Albus (Hinny).

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El llanto de James los despertó como de costumbre, siendo como siempre Harry quien se levantó para calmarlo antes de dárselo a Ginny para que le diera pecho. Dormir sin interrupciones parecía un lujo, y envidiaban a los Harry y Ginny de hacía 5 meses, quienes no parecían haberlo apreciado del todo.

-Shhh, ya, mi niño. Papi te tiene, ahorita te llevo con mami...- consolaba Harry adormilado, meciendo al pequeño de camino a la cama. Ginny bostezó sonoramente antes de recibir al nene en brazos, quien se calmó al instante de ver a su mamá.

-Creo que Jaime ya tiene favoritos...-se burló levemente, acomodando al bebé para que mamara en paz. Harry rio despacio, retomando su lugar al lado de ella y viendo la escena con ternura.

-No lo culpo, también te preferiría...

El 18 de noviembre del 2004 había sido una fecha especial para la pareja, pues ese día su amado y primogénito James había nacido. Desde entonces decir que su vida había sido un caos era quedarse cortos: no dormían bien, apenas y tenían tiempo para comer sin ser interrumpidos y, junto al trabajo, los mantenía como muertos vivientes andantes, ojerosos y distraídos. Y, aun con todo aquello, los dos estaban felices, enamorados del pequeño bebito que ahora comía, satisfecho y calmado en los dulces brazos de su madre, quien lo miraba embelesada.

-Hacemos lindos bebés, ¿no crees? - los ojos mieles de James seguían adormilados la dirección de las voces en el cuarto, yendo de su mamá a su papá distraídamente

-Sí, eso parece: unos torbellinos adorables. Ojalá el siguiente tenga tu pelo- Ginny rio suavemente, cediéndole el bebé para que lo hiciera eructar antes de acostarlo. Ginny se acomodó el pijama y observó con dulzura como Harry arrullaba a James con una melodía desconocida (quizás una nana muggle), dando rebotes suaves por el cuarto camino a la cuna...

Y entonces, lo sintió. Un retortijón en el estómago, como rara vez había sentido, la cual le llevó corriendo al baño a vomitar. Escuchó a Harry llamarla preocupado en el fondo, pero estaba más enfocada en no mancharse el cabello que otra cosa.

- ¿Qué pa...? ¡Ay, amor! ¿Quieres algo? ¿Vamos al hospital? Vamos al hos...- Harry se había apresurado a verla, angustiado de verla agachada frente al inodoro. Ginny, más tranquila, se levantó a enjuagarse la boca, tratando de calmarlo.

-No, amor. Seguro me sentó mal la comida...-trató de consolar ella, el amargo sabor del vómito aún presente en su garganta. La verdad es que ella no vomitaba, la única vez en que lo había hecho fue durante su embarazo...pero no...era demasiado pronto... ¿Verdad?

- ¿Segura?

-Sí. Más tardamos en que nos atiendan en San Mungo que en yo sentirme mejor...Ya va a amanecer, me duchare, y luego vuelvo a la cama, ¿Si? Me tomaré el día, si me siento mal voy después...

-Como quieras, Gin...- cedió, poco convencido, pero sabiendo que no la convencería de lo contrario.





-Aww, que lindo mi ahijado- halagó Hermione con ternura, tomando en brazos a James y acomodándole el trajecito con cuidado. Todos se habían arreglado para asistir al bautizo de James, de quién Ron y Hermione serían padrinos.

-Solo pisamos iglesias en bautizos. El señor ya lo sabe, nos mira raro...- Hermione rodó los ojos ante el comentario de su prometido.

En general los brujos se ponían algo nerviosos al entrar a ese tipo de edificios, pero siendo una capilla en un pueblo de brujos como lo era el Valle de Godric...Lo más probable era que no fueran a quemarlos.

-... ¡Ron, no seas nervioso! Es imposible que sepa algo. Lo más probable es que sea brujo también... ¿Ginny, te encuentras bien?

-Sí, solo...Déjenme me siento un rato. Ya los alcanzó- la pareja la miró preocupada, pero decidieron obedecer, tranquilos de dejarla con Harry mientras seguían su camino con el bebé en brazos. Ellos, junto a los señores Weasley, eran a los únicos a quienes confiaban a James sin su presencia.

One-shots de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora