Cap 28

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Al oír el relato de la rubia, Imra la miro con cariño y comprensión y luego fue a abrazar a su valiente esposo, aunque la del plan de escapatoria fue la ojiazul, sin embargo la reacción de la pelinegra fue algo distinta pues aún seguía mirando seria con el ceño fruncido pero de un repentino arrebato tomó la mano de la rubia y la llevó hasta la habitación de esta y una vez estando allí dentro en la intimidad del lugar, se abalanzó hacia la rubia y sin previo aviso la despojo de la camisa que llevaba puesta y empezó a girar alrededor de ella, como inspeccionando.

L: Kara, quítate los pantalones - dijo en tono serio.

K: ¿Qué? - reaccionó confundida la ojiazul - es decir, no es que me moleste que quieras verme desnuda - dijo ya algo más divertida - pero... - no pudo terminar por la interrupción de la pelinegra.

L: No es juego, Kara, quítate los pantalones - respiró profundo para poder suavizar su tono de voz - por favor, cariño - suplicó.

K: Hey, ¿Qué sucede, amor? - dijo al ver el semblante preocupado de su pelinegra.

Lena dio un fuerte suspiró y relajó los hombros que habían estado tensos, se acercó y abrazó a la rubia para luego ocultar su rostro en el hueco de su cuello, permaneciendo en silencio unos minutos.

L: Solo quería asegurarme que en verdad estés bien - dijo aun sin mirar a Kara.

K: Cariño, mírame - pidió la ojiazul - estoy bien, amor, no me han hecho nada.

L: Lo siento, es solo que la última vez te habían secuestrado y lastimado, Kara yo, yo no miento y mucho menos estoy jugando cuando digo que sin ti mi vida no tendría sentido - se quedo en silencio por un instante - Kara, si a ti te pasa algo, yo, yo no quisiera seguir viviendo - habló con la voz entrecortada.

K: Lena, no digas eso - acunó el rostro de la pelinegra en sus manos - no me pasará nada, te lo prometo.

L: No hagas promesas que no está en tus manos cumplirlas, Edge es un hombre demasiado peligroso.

K: Te lo prometo porque juntas vamos a acabar con ese maldito - deposito un casto beso en los labios de la pelinegra - no voy a arriesgarme a que dañe un solo cabello tuyo, primero lo mato, así tenga que pasar el resto de mi vida en la cárcel.

L: No digas eso, no vas a matar a nadie y no vas a ir a la cárcel - hablo seria la pelinegra.

K: Aun no puedo creerlo - dijo mientras agarraba de la cintura a la ojiverde, acercandola mas a ella y depositaba pequeños besos en su cuello.

L: ¿Qué es lo aun no puedes creer? - preguntó con los ojos cerrados y con la voz casi en un susurro, dejándose llevar por el contacto de los labios de Kara en la piel de su cuello.

K: Que estés aquí - beso - y que pueda besarte - beso - acariciarte - beso - y...

L: Amor, en primer lugar: más allá de que lo creas - la llevó contra la puerta, acorralandola - es mejor que lo sientas - dijo esto sin darle tiempo a reaccionar cuando unió sus labios, llevándola a las estrellas y trayendo de regreso, un beso cargado de pasión y amor, un beso con encastre perfecto, que las hace sentir completas, solo la falta de aire las pudo separar - y segundo: debemos salir a hablar con tu hermana que estaba muy preocupada y también con Imra y Mike - hablo aun con los ojos cerrados, saboreando aquel beso que quedó impregnado en sus labios, por su parte, Kara solo pudo asentir, también con los ojos cerrados.

Maggie-Sam

M: Llegamos - dijo, tomando su arma de la guantera del auto.

S: ¡Wow! ¿A dónde llevas eso? - preguntó nerviosa.

Amarte a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora