Epilogo I

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Kara&Lena

El sol se hacía paso entre las cortinas, dándole una tenue claridad a la habitación dónde rubia y pelinegra yacían dormidas luego de una larga noche de pasión.

Kara al sentir un pequeño rayo de sol que le daba justo en el rostro, despertó recordando inmediatamente la magnífica noche que había tenido con su mujer, giró la cabeza en dirección a su amor y la vio, ahí tan bella y durmiendo tan llena de paz. Lena se encontraba boca abajo con el rostro hacia la rubia y uno de sus brazos bajo la almohada que utiliza y la otra justo rodeando a Kara o más bien con su mano acunando uno de los pechos de la rubia, Kara al querer girar y abrazarla, sintió aquella mano y sonrió con picardía y amor, aún no se hacía a la idea de que hacía un mes había hecho su esposa a la hermosa mujer que dormía junto a ella, la tomó del brazo que la rodeaba y la atrajo más a ella, sustituyendo la almohada de la pelinegra por su brazo, entre sueños, la ojiverde sintió la acción de su mujer y se acurrucó en su pecho, afianzando su agarre en la rubia como un pequeño koala.

Kara solo tenía amor en su corazón, y recordó el momento que Lena le había pedido que se casara con ella, justo después de la estrepitosa caída en aquel aeropuerto en que se volvieron a encontrar luego de que todos la creían muerta y casi vuelve a perder a su Lena.

Flashback

Ambas mujeres, pelinegra encima de la rubia, ocho pares de ojos, observando, entre ellos los de Maggie, Alex y Sam. Pelinegra con ambas manos acunando el rostro de la rubia, temiendo que solo fuera un sueño, la rubia sonriéndole.

H.S: Señorita ¿Se encuentra bien? - el hombre de seguridad fue el encargado de romper aquella burbuja en que ambas mujeres se encontraban.

Lena lo miró como pidiendo que volviera a repetir lo que había dicho.

H.S: ¿Qué si se encuentra usted bien? - volvió a preguntar.

L: Yo... si, yo estoy... - volvió a mirar hacia abajo y la vio nuevamente cayendo en cuenta - ¡Kara! - gritó y la volvió a ver con detenimiento, pudiendo notar lo lastimada que estaba - ¡Oh, por Dios! - hizo ademán de levantarse tan rápido como le era posible pero una mano se apoderó de su cintura, impidiendo a qué se moviera.

Lena volvió a mirar de llenos aquellos ojos que tanto amaba, esos ojos azules que la transportaba derechito al cielo, sin duda, esos ojos eran de su ángel, aquel que cayó sobre ella en aquel hotel de las montañas y tenía que hacerlo, sin demorar un segundo más, no vaya a ser que sea en verdad un sueño y todo se termine al despertar.

L: ¡Cásate conmigo! - soltó sin más

K: ¿Qué? - dijo no creyendo lo que escuchaba y en ese momento Lena aprovechó el estado atónito de su rubia y se paró, ayudando también a Kara a levantarse - ¿Qué cosa has dicho? - volvió a hablar como despertando de un sueño y entonces vio a la pelinegra arrodillarse en una de sus piernas y sacar una cadenita de su cuello, en el colgaba un hermoso anillo de compromiso, al igual que la pulsera la piedra principal era una verde esmeralda y alrededor pequeños diamantes.

L: Por favor, se mi esposa, yo, yo, yo te lo iba pedir allá en Paraguay pero todo, todo se pasó tan rápido y y y ahora - y aunque las palabras le salían tan apresuradas por su miedo a que fuera a despertar en cualquier momento, no pudo terminar pues una inconsciente Kara había caído en sus brazos - ¡No, no, no, Kara! - gritó e inmediatamente Alex y las demás habían corrido a su lado.

A: Tranquila, Lena. Maggie, llama a la doctora, dile que vamos para el hospital, ahora - sin dar lugar a réplica, la agente había dado la orden.

Amarte a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora