Amarte a Ti

Cap 25

Lena

La pelinegra llena de miedo, no sabía cómo iba reaccionar Kara, los nervios estaban a flor de piel y al verla ingresar a aquel lugar, trago saliva, allí estaba, la mujer dueña de todo su ser, la que con una simple sonrisa le robaba el aliento, tuvo que rogar al cielo para que sus nervios no la traicionara, hizo acopio de toda la fuerza en su interior para disimular la voz y la rubia no la reconociera en lo que le indicaba el camino a la terraza.

Y ahí estaban, frente a frente, después de abrirle por completo su corazón y los nervios no se habían ido, más bien se habían incrementado conforme pasaba el tiempo y la rubia no emitía palabra alguna.

L: Kara, yo... – no puedo decir más cuando Kara alzo su mano y comenzó de delinear el rostro de la ojiverde sin tocarla, solo con leves roces.

Kara metida en sus pensamientos, intentaba asegurarse de que todo esto no fuera un sueño, tantas noche soñando son esos ojos verdes que la hipnotizaban, con esa piel tan blanca y suave, esto en verdad estaba pasando y apoyo por completo sus manos en la cara de Lena, acunándola, provocando que ésta cerrara los ojos con el tacto.

K: Estás aquí – dijo casi en un susurro, acercando su rostro al de Lena y acariciándola con la nariz, ambas tenían los ojos cerrados, disfrutando del contacto – eres real – volvió a hablar igualmente en un susurro, aun con miedo de despertar de este hermoso sueño.

L: Sí, amor, estoy aquí, contigo – y la pelinegra que solo había estado disfrutando del contacto que Kara le proporcionaba, llevo sus manos al rostro de la rubia, acunándolo con tanto anhelo y amor, haciendo que sus miradas se encontraran, sus bocas tan cerca, sus respiraciones mezcladas y agitadas, ambas con lágrimas en los ojos – no me iré a ningún lado, no volveré a dejarte nunca más.

Kara solo podía mirarla, disfrutarla, aunque quisiera no le salían las palabras y entonces hablo con el lenguaje del corazón, dejando que él tome el control, uniendo sus labios, haciendo estallar un sinfín de emociones en el estómago de ambas, un beso añorado, un beso necesitado, amado... la pelinegra paso su lengua por los labios de la rubia, pidiendo su consentimiento para profundizar aquel y esta abrió camino, camino que las llevo a cielo, sus lenguas se encontraron y ¡oh, cielos, cómo se habían extrañado! La melodía de aquella canción seguía sonando, haciendo más especial aquel momento.

La falta de aire las llevo a separarse un poco pero sus frentes seguían unidas y Lena sonrió al ver que los brazos de Kara estaban alrededor de su cuello y los de ella se aferraban a su cintura, volvió a mirar los ojos azules que la trasportaba al mismísimo cielo y su semblante se tornó nuevamente serio.

L: Kara, por favor perdóname – pero Kara volvió a interrumpirla sin dejarla terminar.

K: Lena, ¿Por qué me pides perdón? Soy yo la que debo pedírtelo a ti, fui yo la – no pudo terminar y con un nudo en la garganta dio un paso atrás, alejándose de los brazos de Lena y bajó la mirada.

L: No digas que fue tu culpa, porque no lo fue, lo sé, Kara y si hay una culpable soy yo por alejarme y no dejar que me lo explicaras – Kara abrió mucho los ojos sorprendida y con mucho miedo, ¿acaso dijo que lo sabe? ¿Cómo lo supo, Edge le habrá hecho daño?, Lena la volvió a tomar de la cintura – no te alejes Kara, te lo suplico – volviendo a derramar lágrimas y uniendo sus frentes.

K: No, no llores por favor – dijo al momento que limpiaba sus lágrimas – no me alejaré, Lena, MI LENA – dijo sonriendo al momento que también derramaba algunas lágrimas – no podría volver a estar sin ti, sería como dejar de respirar, sé que debemos hablar pero desee tanto este momento, el tenerte así – mientras hablaba, acariciaba su rostro y mandaba su pelo hacia atrás – poder abrazarte, acariciarte, lo desee tanto que sentí miedo de que todo esto no fuera real y que mi mente solo este jugando conmigo, déjame disfrutarte Lena, te prometo que mañana hablaremos de todo.