Cap 22

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Morgan Edge

Martes por la mañana, Edge se encontraba en su oficina caminando de un lado a otro, había estado llamando al señor Dey y este no había contestado el teléfono, necesitaba saber el paradero de Kara, no podía retrasarse más ¿Qué tan difícil podría ser dar con su domicilio?

ME: Eso me pasa por contratar ineptos – bufo para sí mismo – Señorita Rose, llame a la firma de abogados que llevara el caso contra L-Corp, que mande al mejor de ellos – habló a su secretaria por la línea interna.

R: Sí, señor, enseguida – contestó la secretaria ya dispuesta a hacer lo que su jefe le ordeno.

ME: El inepto de Dey me las va pagar, bastante dinero le pago para estar a mi disposición a la hora que yo lo requiera – bufo nuevamente para sí mismo.

William Dey

Un nervioso Dey se encontraba en una cafetería viendo la pantalla de su teléfono, donde el identificador de llamadas le indicaba que su jefe, Morgan Edge, lo estaba llamando.

X: ¿No piensas contestar? – una voz femenina lo cuestionó.

W: No – dijo de manera contundente – debe aprender quien es el que depende de quién, por más dinero que tenga, sin mí, él está perdido – hablo con una malvada sonrisa en los labios.

X: ¿No crees que sospeche algo? – volvió a preguntar aquella mujer.

W: No lo verá venir, va lamentar haberse metido con nuestra familia – sentencio un muy enojado William Dey.

Alex

S: Alexandra Danvers – la castaña llamo la atención de su novia, tomándola de la cintura y llenando de besos el cuello de la pelirroja.

A: ¡Hey! ¿Por qué me llamas así? Tú no tienes permitido llamarme de otra manera que no sea: Amor, Amor Hermosa, Cariño, Cielo y cosas dulces como esas – reclamó mientras intentaba mantenerse seria pero fallando deliberadamente ante el contacto de los labios de su novia en su piel – a menos claro que vayas a regañarme pero aun así, debes hacerlo de manera cariñosa – dejándose llevar por los besos de su amada.

S: Más te vale, Alexandra, no mirar a ninguna paraguaya cuando estés con tu hermana, sabes muy bien que terminaré enterándome de todo – y era verdad, a la castaña no se le escapaba ni una, terminaba enterándose de todo, sabe Dios como lo hace.

A: Sabes muy bien que yo solo tengo ojos para ti – hablo, ahora era ella quien devolvía los besos a su castaña – voy a extrañarte tanto, ansiosa estaré esperando a que llegues en aquel aeropuerto.

S: Más te vale, agente Danvers, debemos salir para el aeropuerto, el avión de L-Corp debe estar listo para despegar.

A: Solo estoy esperando que me avisen que tenemos camino libre, Jonn mando dos agentes para que distraiga al sujeto que me tiene vigilada para que podamos salir.

Dicho esto, un mensaje llegó al teléfono de la pelirroja, confirmando que tenían camino libre y que debían darse prisa.

A: Amor, es hora, hay que darnos prisa, yo llevo esta maleta, tu llévate la mochila por favor – terminando de hablar, tomaron camino rumbo al aeropuerto, claramente con mucha cautela y precaución de que nadie las esté siguiendo.

Una vez en el aeropuerto, Sam índico el camino donde la aeronave de L-Corp la esperaba, la castaña podría ir a ese lugar hasta con ojos cerrados por las innumerables veces que acompaño a su amiga en sus viajes de negocios o vacaciones.

Amarte a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora