Cap. 12

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Esa noche, Lena se bebió toda la botella de whisky, pensando en cómo había cambiado tan drásticamente su día, esa mañana estaba tan esperanzada, tan segura de que todo cambiaría, que de alguna manera Kara podría explicarle que todo había sido un mal entendido o alguna explicación que ella entendería pero ahora esas esperanzas se habían ido, junto con Kara.

Kara

Las primeras horas del domingo, Kara se encontraba ordenando todo, aunque no tenía mucho, había quedado con los Matthews que almorzarían allí, en su nuevo departamento para celebrar un nuevo comienzo, además los Matthews querían presentarle a alguien muy importante para ellos.

Por momentos Kara aun sentía la angustia que el mal sueño le había provocado, no podía evitar pensar en Lena, en cómo estará, es algo que le consumía, pensarla es inevitable pero al menos tendría la tranquilidad que ella y Alex estarían a salvo mientras se mantenga lejos de ellas.

En el momento que Kara metía al horno fuentes de lasagnas, una de pollo y otra vegana pues no sabía cuál de los dos preferirían sus ahora amigos, los Matthews y por su puesto la persona a quien querían presentarle, escucha que llaman a la puerta.

K: ¡Voy! – Grita desde la cocina mientras cierra la puerta del horno - ¡Hey, hola! – Saluda alegre – ¿No vendría alguien con ustedes hoy? – pregunta intrigada.

IyM: Hola, Kara – Saludan al unísono con el mismo entusiasmo.

I: Así es – dice sonriendo y separándose de Mike que hasta el momento estaban muy juntos, dando a conocer a una niña de tres años de pelo castaño y ojos azules – ella es Margarita, nuestra hija, le decimos Maggie, le pusimos ese nombre en honor a una gran amiga – dijo presentando a su hija con una sonrisa nostálgica.

M: Maggie, ella es Kara, nuestra nueva amiga, saluda hijita – añadió a la presentación de su esposa.

Kara al escuchar el nombre, quedo paralizada con los ojos empañados con el último recuerdo de su amiga ensangrentada en el suelo por salvarle la vida. Hasta que unas pequeñas manitos que jalaban de su camisa, la sacaron de su trance, Kara se sentó en cuclillas quedando a la altura de la pequeña Maggie.

K: Hola, Maggie, tienes un bello nombre ¿Lo sabías? – habló con cariño acomodando un mechón de pelo detrás de la pequeña oreja.

La niña solo la veía a los ojos, hasta que con sus manitas acuno el rostro de Kara, pasándola de arriba abajo cómo dibujando el contorno y finalmente posando sus manos uno en cada lado de los ojos de Kara.

Ma: Yvagaicha iporâ la nde resa – dijo en guaraní la pequeña, mirando los ojos de Kara.

K: ¿Qué fue lo que dijo? – pregunto sonriendo ignorante del significado de esas palabras.

I: Ella dijo que tus ojos son hermosos como el cielo – sonriendo.

K: Oh, linda ¿Me dejas darte un abrazo? – pregunto a la niña.

Maggie solo asintió con la cabeza y acepto feliz el abrazo de la rubia con hermosos ojos como el cielo.

M: Oye, trajimos sopa paraguaya, te va a encantar – habló Mike.

K: Genial, pero pasen, pasen por favor, están en su casa – dijo feliz de tenerlos allí y ahora con una nueva amiguita.

Lena

En ese mismo momento en que Kara recibía a sus visitantes, Lena despertaba y solo quería saber dónde demonios se apaga el sol, su brillo impedía que pudiera abrir enteramente sus ojos y la cabeza parecía estallarle con la simple insinuación de aquel brillo o algún sonido pero había un dolor aún más fuerte, uno que no se le quitará con alguna aspirina, el dolor de un corazón roto.

Amarte a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora