Harry Payne es un exitoso miembro de la Policía Científica. Logró el puesto deseado, convive con la mujer que ama, y disfruta de los amigos de siempre. Hasta que Virginia Wade regresa a su vida con una noticia inesperada que puede arruinar su matri...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Volver a verte. Capítulo 4. La playa
Fue en cámara lenta... Ginny y Kyara miraron a Harry volar por los aires, y estamparse contra la pared. Afortunadamente, los entrenamientos físicos para ser policía eran muy duros, y lograba manejar su fisonomía con impresionante habilidad: en el último segundo, se acomodó y logró caer parado, sintiendo un pronto mareo. Se sujetó del banco, incrédulo. ¿Qué mierda había sucedido? ¿Virginia estaba armada? La miró, pero ella parecía tan asustada como él. Y Kyara, paralizada, quieta, y muy seria. Lo miraba de una forma extraña, le dio hasta pavor ver tanto resentimiento en esos ojos, idénticos a los suyos.
-¡Maldita sea!- oyó gritar Ginny, a punto de llorar.
El personal del Hospital fue corriendo hasta ellos a causa de los gritos y el ruido que causó el golpe de Harry contra la pared. Enseguida se vieron rodeados de médicos, enfermeros, recepcionistas, secretarias, y observaron el panorama, sin entender lo sucedido. La rajadura en la pared que iba de extremo a extremo, y luego a Harry Payne quién parecía en estado de shock. ¿Era real lo que había sucedido o estaba dentro de una película de ciencia ficción? Le sangraba la nariz pero no tenía nada grave. El problema era su mente, no podía procesar qué había sucedido. ¿Lo atacó la niña? ¿La niña hizo...eso?
-¿Que sucedió aquí? -habló por fin un médico- Está sangrando, señor Payne.
-Perdón, mami- se disculpó Kyara, a punto de llorar. Payne confirmó sus sospechas, se estaba declarando culpable, pero no podía ser. ¿Como lo hizo? - ¡Quería lastimarte!
-Shh...cállate- susurró Ginny apenas moviendo los labios.
-¿Por qué pide perdón? - se desconcertó una enfermera. - ¿Acaso una niña de dos centímetros puede lastimar al jefe de policías, Harry Payne? - todos murmuraron onomatopeyas de escepticismo, y hasta soltaron risitas.
-¿Entonces quién lo atacó? ¡Usted, señorita!-la acusó un médico con vehemencia.
-Yo...yo...
-Solo fue...fue... un accidente - explicó Harry, limpiándose la sangre con un puño. Le temblaban las manos, estaba asustado. - Me resbalé y di contra la pared...
-Eso es imposible, señor Payne. ¡Casi le hace un boquete! - manifestó otro profesional. - ¡Le dispararon o qué!
-No me dispararon.... ¿acaso me ve herido? - improvisó.
Ginny no esperó un minuto más, corrió hacia la salida del hospital.
-Muy sospechosa la actitud de esa muchacha...me imagino que denunciará esto, y dirás la verdad, Harry.- se cruzó de brazos el doctor, que lo conocía.
-Ya saben la verdad, ¡me resbalé! -dijo histérico - No armen revuelo, no fue nada grave. -dicho esto, se retiró a grandes zancadas.
Harry divisó la cabellera de Ginny, entrando a una cochera justo al lado del Hospital. Logró colarse antes que las puertas mecánicas se cerraran. Ginny le ajustaba el cinturón a Kyara que lloraba, escuchó la conversación lejos de ellas.
