Harry Payne es un exitoso miembro de la Policía Científica. Logró el puesto deseado, convive con la mujer que ama, y disfruta de los amigos de siempre. Hasta que Virginia Wade regresa a su vida con una noticia inesperada que puede arruinar su matri...
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Volver a verte - Capítulo 9: Reconocer lo que se siente
Harry bajó las escaleras como alma que lleva el diablo. Hacía tiempo que no se sentía tan furioso en una situación personal. Los casos laborales eran el ámbito dónde perdía los estribos, y descargaba la furia contra los delincuentes, ladrones y asesinos. Estaba furioso, descontrolado... sentía unas irracionales ganas de agarrar a Wild de la camisa y darle su merecido. A Virginia no quería volver a verla nunca, era una desubicada. Llegó al pie de las escaleras y se hizo un silencio espantoso. Su semblante no necesitó interpretación. Luna bajó la música y le dirigió a Jonas la misma mirada de incomodidad.
Harry le hizo una seña de irse a Nicholas y luego a Oliver, pero esa vez destiló odio por sus verdes ojos. El muchacho arqueó las cejas, desconcertado por su seriedad.
-¿Ya te quieres ir? - se atrevió a preguntar Oliver.
-Sí, ya nos vamos- dijo imperativamente.
-¿Por qué? - Harry contó hasta mil para no sacarlo a patadas.
-Es algo tarde, ¿no te parece? -enfatizó fríamente.
-Bueno, no tanto - sonrió, sin darse por aludido - Son la una de la mañana.
Jonas y Luna no se atrevieron a pronunciar palabra. Se notaba la tensión e incomodidad entre los amigos.
-¿Qué parte no entendiste Wild? Dije que nos vamos.- Harry miró fijo a Oliver, y cuando estaba por saltarle encima, Ginny llegó al pie de las escaleras.
-Harry tiene razón, es tarde y Kyara se durmió - Oliver parecía desilusionado, Nicholas le tocó el hombro enérgicamente. Saludaron a todos en medio de un silencio incómodo; cuando Wild se acercó a Ginny, le dio un beso muy cerca de su boca. Nicholas lo tomó del brazo, y lo apartó presintiendo que Harry podía reaccionar.
Salieron por el pasillo de la vivienda. Hacía menos cuatro grados centígrados, pero de la furia que sentía, Harry no sufrió el frío. Apenas Jonas cerró la puerta, y caminaron media cuadra, se giró.
-¿Qué se supone que fue eso? - rugió a Oliver, furioso.
-¿Qué te sucede, Harry? - se desentendió el joven.
-No me tomes de estúpido, estuviste coqueteando con Virginia toda la noche.
-¿Y con eso qué?- desestimó Oliver.
-Es la madre de mi hija, como te atreviste a...
-Disculpa, entre Ginny y tú no hay nada, que yo sepa -lo atajó, cortante.
-¡Eso no tiene nada que ver, imbécil! -dio un paso adelante. Nicholas se interpuso entre ambos.
-¿Qué tal si nos calmamos? -propuso con sarcasmo.
-¡Dile a Harry! - saltó Oliver, señalándolo- ¡Me está atacando porque hablé con Ginny!
-No hablaste, ¡por poco la besas antes de irte!- reclamó Harry con fiereza.
