CAPÍTULO 1

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Sergio estaba terminando de preparar el equipaje para viajar a los Estados Unidos con Alicia revoloteando a su alrededor mientras hablaba sin parar de lo bien que lo iba a pasar con sus "primas".

Él todavía no creía que lo hubiesen invitado a la gala de la entrega de premios más importante del año a nivel mundial. Nunca lo habría soñado unos años atrás cuando tocaba en una parada de metro a cambio de las monedas suficientes para sobrevivir.

- ¿Todavía no lo tienes todo? – Preguntó Manu, su gran amigo que hacía las funciones ahora de jefe de seguridad en cada uno de sus desplazamientos.

- Sí, ya está casi. Solo me falta terminar de recoger unas cosas de Alicia. Si pudieses entretenerla un poco y quitarla de en medio creo que terminaría antes- pidió Sergio algo desesperado mirando el reloj y comprobando que se acercaba la hora de ir al aeropuerto.

- Claro, yo me la llevo de aquí- Manu se giró hacia Alicia y la levantó en el aire- Vamos, princesa. Tenemos que dejar a papá terminar o no saldremos nunca.

- ¡Yo no soy una princesa! – protestó Alicia riendo.

- Ah, ¿no? Y, ¿qué eres? – Sergio escuchaba a Manu bromeando con la niña sin poder evitar una sonrisa. La infancia de la pequeña Alicia era todo lo que él habría querido para su hermanita, todo lo que él no tuvo.

- ¡Soy un súper héroe! ¡Soy más fuerte que tú! – gritaba Alicia riendo.

- Yo soy muy fuerte, no hay ningún súper héroe más fuerte.

- ¡Claro que sí! Seguro que Thor es más fuerte. ¡Yo soy Thor! – Alicia saltó sobre Manu desde arriba del sofá y él la hizo volar provocando más risas.

Para Sergio que había crecido huérfano y solo en un internado, la risa de su hija era la mejor de las melodías y lo único que necesitaba para convertir un mal día en el mejor momento del mundo.

- ¿Nos vamos? – preguntó Sergio sin dejar de mirar la escena.

Salieron de casa cargados con sus maletas dirección al aeropuerto. La gala era la semana siguiente, pero Sergio había decidido viajar unos días antes para poder pasar tiempo con los Parker antes de tener que regresar.

Mientras tanto, al otro lado del océano, seis niñas de entre cinco y ocho años jugaban en la piscina común de sus casas mientras el pequeño Jayden, de cinco años, miraba desde el césped a su hermana y sus primas saltando al agua una y otra vez.

- ¡Eh! ¡Jay! ¿Por qué no te metes al agua? – preguntó Andy, uno de los tíos del niño, alborotándole el pelo.

- No tengo ganas de bañarme- respondió el niño sonriendo a su tío.

- Hace calor. Ve a bañarte con tus primas- animó Andy.

Jayden se puso en pie y caminó despacio hacia la piscina.

- ¡Jay! ¡Vamos! ¡Tírate al agua como una bomba! – animó su prima Jessica, también de cinco años.

- ¡No seas cobarde! – gritó Danny, la mayor de las primas Parker.

Jayden saltó al agua y empezó a jugar con su hermana y sus primas olvidando por qué prefería quedarse en el césped.

- ¡Chloe! ¡Sal del agua! Tu madre está a punto de llegar- Andy avisó a su hija Chloe que disimuló como si no lo hubiera escuchado- Sé que me has oído. Sal del agua.

- ¡No quiero ir con ella! Prefiero quedarme, con ella me aburro- protestó Chloe sin salir de la piscina.

- Mi padre dice que Karen está loca- dijo de repente la pequeña Anne, una de las gemelas de Dave.

Los ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora