Hey Brother

Capítulo 4: Extraño

Para Osamu era extraño estar con Atsumu.

La primera vez que lo confundieron con el otro chico Osamu pensó que simplemente era coincidencia o una similitud banal, pero al verlo en persona y que casi eran lo mismo le sorprendió de verdad, hasta se podría decir que se asustó un poco. Además de que Ginjima le había repetido una y otra vez que había encontrado a su gemelo perdido y que prácticamente son lo mismo a excepción de los ojos, al menos eso notó Osamu.

Los ojos de Atsumu se asemejan a la miel.

También es que es mucho más agradable que él o casi todo el tiempo, ya que en otras ocasiones puede ser un idiota de primera. Un egocéntrico de mierda, también se puede agregar.

Al principio decidió no prestarle tanta atención, después de todo ese chico de seguro sería de los más populares del campamento y eso era algo que Osamu no quería.

Ni siquiera le interesaba estar ahí, mucho menos ser el centro de atención, algo que Atsumu realmente le gusta.

Lo que había pasado el primer día fue simple y sencilla casualidad, no se iba a repetir; él estaría por un lado y Atsumu por otro.

Aunque ni él mismo se lo creía, las personas se sorprendían tanto por su parecido que incluso empezaban a llamarlos "los hermanos Miya" cuando, en efecto tienen el mismo apellido, pero no son hermanos.

Osamu corregía aquello cada vez que lo escuchaba, pero Atsumu lo dejaba pasar. Si ellos no se hablaran o intercambiaran palabras tal vez sería más creíble para a los otros campistas realmente creer que ellos no son hermanos.

Sin embargo, era un poco difícil con Atsumu. Es cierto que él no le llama "hermano" o algo por el estilo, pero Atsumu lo seguía la mayor parte del tiempo y a pesar de que muchas otras personas hablaban con Atsumu, este tenía tiempo para casi todos a pesar de que en algunos momentos mostraba esa personalidad tan terca que puede llegar a tener.

Akagi y Ginjima se sorprendían del parecido físico y del contraste mental.

Atsumu podía hablar hasta por los codos mientras Osamu se mantendría al margen de la cosas y hablaría solo cuando es verdaderamente necesario.

Sin embargo había momentos en donde parecían la misma persona, esa forma tan competitiva de participar en las cosas los dos lo tienen o al menos Osamu descubrió ese lado de su personalidad con Atsumu.

Al principio Osamu no quería ser para nada cercano de Atsumu, a él le gustaba más estar cerca de la cafetería que hacer alguna actividad deportiva o de exploración, pero ahí estaba Atsumu para arrastrarlo y convencerlo para realizar cualquier locura que se le puede cruzar por su cabeza.

Por eso era tan difícil ahora decir que no eran hermanos, pero poco a poco le daba igual a Osamu.

Le gustaba bromear con Atsumu y molestarlo, se la pasaban realmente bien juntos.

Era algo extraño decirlo, pero Osamu sentía que Atsumu era su mitad, ese lado que le faltada a su vida y como si fuese la más sencilla respuesta... Ahí estaba Atsumu.

Apenas lo llevaba conociendo unos días, pero estar al lado de Atsumu se le hacía bastante confortable.

Por más irritante y hasta ruidoso que pueda llegar a ser, la compañía de Atsumu es bastante agradable.

No se había podido contactar con Suna o con Akaashi, les quitan los teléfonos apenas llegar al dichoso campamento; sin embargo, apenas llegara a su casa les hablaría sobre Atsumu, de verdad que es algo bastante peculiar.

Bueno, mas que todo a Akaashi.

—Entonces vives en Tokio. —Dijo Osamu que se sentaba en el pasto.