Miya Atsumu siempre ha sido el centro de atención desde que tiene memoria.
Adora bromear con sus amigos, disfruta las veces que viaja con su madre y es bastante popular en la escuela.
Todo lo que desea lo tiene, bueno, la mayoría de las veces; él s...
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—¡Estoy en casa! —exclamó Atsumu cerrando la puerta de la entrada de su casa.
Pasó por la sala y entró a la cocina, ya se había acostumbrado al hecho de encontrar a su padre cocinando cuando regresa de la casa de Suna o Akaashi.
Aunque en esta ocasión simplemente había ido a la tienda para comprar helado, le había provocado comer mientras ellos veían películas juntos.
Su padre se estaba secando las manos y apenas lo vio entrar a la cocina lo observó detenidamente.
Aquella mirada que le dio su padre hizo que Atsumu se sintiera inquieto, parecía que acababa de ver un fantasma.
Sus ojos estaban llenos de incredulidad, parecía que no se estaba creyendo lo que estaba viendo.
—¿Papá?
El hombre se acercó a él con cuidado y siguió observándolo, estaba detallando cada parte de su rostro.
—¿Cómo pude ser tan ciego? —murmuró el hombre con asombro.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien?
Lo rodeó con sus brazos y lo abrazó con fuerza.
—¿Papá? —volvió a preguntar Atsumu— ¿Estás bien? ¿Pasó algo?
La respuesta de su padre fue abrazarlo todavía más fuerte, parecía que no se estaba creyendo lo que estaba pasando y Atsumu ya se estaba sintiendo nervioso ante todo esto.
Luego el hombre se alejó de él y pasó una mano por su cabello, sus ojos se volvieron cristalinos.
La mirada de su padre estaba llena de incredulidad, pero sobre todo de tristeza.
Una profunda y devastadora tristeza.
—¿Realmente eres tú?
Al escuchar eso el estómago de Atsumu dio vueltas, sintió una opresión en su pecho que posiblemente pudo hacerlo caer de espaldas.
Solo retrocedió un paso, trató de hablar.
Abrió la boca, pero no salió nada.
No pudo, simplemente no pudo.
¿Osamu le había dicho algo a su madre?
¿Por qué mierda le dijo a su madre?
Hoy es el cumpleaños de los dos, debió pasar el tiempo con ella.
