Capítulo 40: Acciones

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—¿Realmente esto saldrá bien?—preguntó temeroso Gin

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—¿Realmente esto saldrá bien?—preguntó temeroso Gin.

—Es muy fácil —tranquilizó Kogane—. Lo hago al menos dos veces al mes, es ida y vuelta. Nos vamos a las seis de la mañana y regresamos en el último tren; fácil y sencillo.

—Creo que tengo nauseas —confesó Akaashi agarrando su estómago.

Suna y Osamu eran los únicos que estaban callados mientras caminaban hacia la estación de tren.

De cierta manera Osamu agradecía que el juicio final fuese después de los exámenes finales, de no serlo de seguro se iría solo y no tendría manera de cómo ubicarse en la gran cuidad.

Bueno, ahí es donde entraba Kita Shinsuke.

Era cierto que él no estaba para nada de acuerdo con esa descabellada idea, pero igual lo ayudó un poco.

Habló con un primo lejano que vive en Tokio y dicho primo se comprometió con guiarlos a su destino, al parecer el chico también tenía un amigo ahí y estaba feliz de poder ayudar.

Aparte de eso estaba Kogane, quien digamos es su guía en la travesía del tren, tiene un novio estudiando en la misma escuela que Atsumu.

—Pero... ¿Cómo se conocen? Quiero decir, tu novio y tú —quiso saber Osamu cuando agarró los boletos del tren—. Vive un Tokio y tú aquí.

—¿Acaso se conocieron por internet? —indagó Suna.

El chico más alto les mostró una leve sonrisa.

—Lo conocí en un viaje que estaba con mis padres, es agradable y le pedí su número —se encogió de hombros después de eso—. Al principio éramos sólo amigos, después nos convertimos en pareja y ya. No es la gran cosa.

—¿No es la gran cosa? —cuestionó Gin casi gritando—. Él está en Tokio y tú Hyogo. Además, siempre lo visitas tú ¿No te cansas?

—Dejen de chismorrear —Se interpuso Akaashi—. Es grosero indagar sobre la vida personal de las personas.

—¡Pero es genuina curiosidad!

Como respuesta Kogane se encogió de hombros, era como si no le importaba ir en tren durante casi cuatro horas y volver, según los cálculos que realizó Osamu era más el viaje que la estadía en la ciudad.

Prácticamente duraba más viajando que viendo a su novio.

—Sus padres son estrictos, demasiado estrictos —murmuró mientras hacía una mueca—. Cualquier cosa que no sea música o la escuela no lo dejan salir, así que miente diciendo que practica con un amigo. Me da igual ir y venir, sé que él también se esfuerza por verme. Eso es lo que importa.

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