Capítulo 16: Llamada inesperada

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Esto no era nada de lo que había planeado Osamu.

En serio, no era nada de lo que Osamu quería.

Pasó su fin de semana en paz y en completa tranquilidad sin la invasión de dos individuos verdaderamente revoltosos en su casa, pero olvidó que Atsumu tiene amigos hasta en otros continentes.

Así mismo ahora estaba en una videollamada con Oikawa Tooru.

Ver a ese tipo que es extremadamente parecido a su gemelo lo aturdió un poco al principio y al menos podía poner la excusa que era por la hora en la que lo llamaba que seguía algo adormilado.

¿Quién llama a sus amigos a las dos de la mañana? Osamu no suele contestarle a nadie a menos que sea Akaashi y es porque a esas horas sus crisis existenciales están en lo más alto.

Es decir que Akaashi Keiji está en la mierda y Osamu, además de Suna por supuesto, debían estar para él cuando llamaba por dichas razones.

No porque simplemente estaba aburrido y quería saber sobre su vida.

Lo peor de la situación es que Oikawa se veía tan fresco y tranquilo.

—¡Entonces le dije a Marco que se quedara quieto que ella volvería, pero que no quería que estuviera de nuevo la habitación! Nosotros la compartimos, debería respetar la privacidad de las personas —se quejaba a todo volumen Oikawa.

—Espera... ¿Quién era Marco?

—¡Mi nuevo compañero de habitación, idiota! Es de Argentina y hace comida muy buena ¿Por qué toda la comida que hacen los latinos es muy buena? Mi anterior compañero era de Colombia y realmente los dulces que hacía eran muy buenos... —y así Oikawa nuevamente perdía el hilo de lo que sea que estaba hablando.

Osamu ya se quería dormir, ni siquiera sabía por qué aquel tipo lo llamaba a esas horas, que él sepa no es tan cercano como para que hablen de esa manera.

¿O es que Atsumu habla con cualquier persona en la madrugada? Pero si su gemelo no tiene ni un tercio de las ojeras que tiene Akaashi...

Mierda, tiene mucho sueño.

—Lo peor es que Iwa-chan no me ha llamado ni una sola vez esta semana —se continuó quejando Oikawa, aunque Osamu se había perdido por completo de lo que estaba hablando— ¡Soy su novio, por favor! Estoy al otro lado del mundo y ni siquiera se digna en llamar, sé que está ocupado estudiando, pero cinco minutos no lo va a matar.

—Sí, por supuesto —realmente Osamu tenía mucho sueño.

Tanto así que no le importa mostrarse la cámara con un rostro destruído y sumamente agotado.

Es la madrugada, tal vez donde sea que esté Oikawa es la tarde o la mañana, pero es la condenada madrugada para Osamu.

Y Osamu duerme mucho, necesita descansar.

—¿Sabías que el otro día fui a la academia a la que irás? Es muy impresionante, estoy seguro que vas a llorar de la emoción cuando vengas a Nueva York.

Bueno, el sueño ya se fue al carajo porque esa última oración lo despertó por completo.

Tanto así que Osamu se levantó de su cama y se sentó en ella.

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