Capítulo 8: El popular

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A pesar de que se levantó, tomó sus cosas, se puso el uniforme y práctico más de mil veces en el baño como debía actuar... Osamu se sentía enfermo.

Por primera vez en su vida no tenía hambre en lo absoluto, los nervios hacían que su estómago se hiciera pequeño.

—Siento que voy a vomitar. —Confesó en la videollamada que estaba teniendo con su gemelo.

Su teléfono estaba sobre el pequeño espacio entre el espejo y donde se colocan las cosas como cosméticos, cepillos de dientes y medicinas.

Atsumu por su parte se estaba colocando los zapato.

—Yo también, creo que tenemos telepatía de gemelos. —Fue la respuesta de Atsumu.

—¿Todavía crees que es una buena idea? —Preguntó Osamu.

Ya se estaba arrepintiendo completamente de esto, es cierto que por fin vio a su madre lo cual era prácticamente un sueño frustrado para él, la mujer le pareció una persona bastante agradable, extrovertida y un poco irresponsable.

En serio Osamu quiso decirle que a quien le hablaba no era al hijo que cuidó y amó, sino al que abandonó y olvidó.

Osamu en realidad quería gritarle en la cara y decirle porque lo había dejado. Sin embargo, al ver como su madre lo abrazaba y lo mirada con ese cariño maternal que nunca tuvo simplemente no tuvo corazón para decirle algo.

Incluso si el plan de Atsumu nunca se hubiese hecho de seguro Osamu tampoco tuviese corazón de gritarle a su padre, porque estaba más que seguro que lo estaría esperando con alguna cena deliciosa.

—Te confesaré algo... "Idea" más "buena" usualmente no está en mi diccionario de palabras ocurrentes en mi boca. —Sonrió su hermano a través de la pantalla.

Odiaba cuando trataba de convencerlo, nunca le salía bien.

—Lo que me sorprende es que puedas pronunciar bien la palabra "Diccionario".

—¡Samu deja de burlarte!

Mostró una sonrisa cerrada, no se podía asemejar en lo absoluto a la brillante sonrisa que mostraba Atsumu cada vez que algo le divertía, pero algo es algo.

—Deséame suerte.

—¡Recuerda que debes ir a las clases de baile y explicar que te lesionaste el tobillo! —La voz de Atsumu le estaba aturdiendo los oídos—. Igual debes tomar videos a los otros estudiantes para que yo pueda practicar aquí.

—Lo sé, lo sé.

—¡Y trata de evitar a Saku...!

Osamu le trancó a Atsumu, a veces se cansaba mucho de que le recordara a toda hora que debía hacer.

Es más inteligente que él, por favor.

Osamu buscó con la vista a su madre en la sala, de seguro salió antes que él.

Cerró la puerta del departamento y suspiró, esperaba que no fuese un día tan desastroso.


Olvídenlo, será desastroso.

La escuela es gigante, además de que todos los estudiantes se mueven a su gusto.

Unos gritan y otros simplemente corren como si no hubiese un mañana.

Osamu ya quería regresar a su casa, no está acostumbrado al alboroto.

—¡Oh, Miya-san! —Osamu escuchó a lo lejos.

Al darse media vuelta se percató de que era Hinata Shoyo.

Aunque no estaba solo, andaba con un chico de cabello oscuro y ojos azules y una pequeña chica de cabello rubio.

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