Capítulo 13: El mundo de Miya Osamu

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Era extraño, sumamente extraño ver fotos de Osamu con su padre.

No en el sentido de que no existan tantas, más bien era ver una vida alternativa.

Volviendo a ver las pocas fotos que estaban en la sala, más bien la mayoría estaban en álbumes que tenía su padre en su biblioteca, guardadas con mucho cuidado.

En todas aparece Osamu con un rostro sumamente tranquilo observando la cámara. También existen fotos de padre e hijo. Cosas comunes como enseñarle a andar en bicicleta o a ayudarle con la tarea, su madre nunca tuvo tiempo de cosas como esas.

Quien le enseñó a andar en bicicleta fue el padre de Aran y quien lo ayudaba con sus tareas eran los maestros que la madre de Aran contrataba o hasta el propio Aran cuando tenía tiempo.

Ver esas fotos hacia que Atsumu imaginara cosas que nunca podrían pasar.

Imaginar una vida con sus padres juntos, vivir en Hyōgo y jugar con los mismos amigos que su hermano.

Sería una viva muy bonita a decir verdad.

El dolor en su pecho se sintió un poco más punzante de lo que debería ser, pero no necesitaba imaginar cosas que nunca pasaron.

Era absurdo imaginar o esperar que tus memorias se distorsionen a tal escala de idear algo al surrealista como eso.

Completamente absurdo.

Atsumu siempre tuvo a su madre y Osamu siempre tuvo a su padre; eso era algo que nunca podrían cambiar.

Como el hecho de que Atsumu en realidad quería un momento de calma, por más extraño que sonara y Osamu quería conocer a su madre.

Las dudas siempre vendrán y tristemente el... el pasado, el 90% de las situaciones será una mierda total.

En especial la vida de Atsumu.

Decidió ver los videos que Osamu le mandó para poder practicar para el baile final de graduación.

No debía perderse absolutamente.

Arrugó la nariz al ver que a quien grabó fue a Kageyama.

De verdad que ese tipo es un condenado prodigio en el baile.

La gracia y la delicadeza con la que muestra cada paso es impresionante, aunque también mostraba la fortaleza de su danza; Atsumu se limitó a chasquear la lengua con disgusto y todavía más cuando Shoyo se le unió.

Completamente distinto al chico de cabello oscuro el baile de Shoyo es desordenado y volátil, no tiene ningún sentido alguno; pero de alguna manera tiene su encanto.

¿Y qué pasa cuando combinas algo impecable con algo encantador? Tienen ese baile que estaba viendo.

Atsumu no le molestaba que a veces en medio de la grabación se gritaban de que uno pisó a otro o que alguno se equivocó en algún paso, eso era algo sumamente común con el duo de fenómenos, lo que realmente le enfurecía era el hecho de las miradas que se daban ese par.

Las podía ver por el espejo que mostraba mejor sus pasos, Atsumu podía ver la alegría del dúo idiota por bailar juntos.

Las risas disimuladas y la mirada llena de añoranza.

¿Por qué diablos no salían de una y ya? Esos idiotas de verdad están ciegos.

Lo peor es que Osamu debajo del vídeo decía:

"¿Seguro que no salen? Me da náuseas verlos con corazones en los ojos."

Tal vez Atsumu los soportaba porque en el fondo de verdad quería que su amigo estuviese con alguien así, además de que es un romántico de mierda.

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