Capítulo 14: Una canción

2.1K 352 660
                                    

Osamu nunca imaginó que durante un mes se volvería tan cercano a Yachi Hitoka.

Bueno, en parte si lo sabía. La razón principal era que estaba evitando a toda costa las amistades más cercanas que tiene su gemelo, más que todo en la escuela.

Lo cual irónicamente era nada más Hinata quien siempre se le acercaba para tratar de llevarlo o incluirlo a tal lado, pero Osamu prefería huir y en casi todas las ocasiones en donde Hinata lo llamaba él siempre buscaba una excusa.

¡No le estaba haciendo daño a nadie! En parte si era extraño que él no esté pegado a Hinata, pero en parte tenía sentido.

¿Por qué? Era relativamente sencillo... Todas las tardes era la misma dinámica con Bokuto-sensei por más que él trataba de decir que realmente no haría absolutamente nada, la mujer simplemente se negaba a dejarlo pasar.

Así mismo, resignado y con relativo mal humor paseaba durante quince minutos por todos los clubes, pero únicamente entraba al de arte para visitar a Yachi.

En realidad si tuviese su teléfono simplemente se escondería en la azotea o la biblioteca de la escuela y escucharía música hasta que se hiciera la hora de salida. Sin embargo, su teléfono, que realmente es el de Atsumu; estaba en el salón de baile.

No tuvo de otra que quedarse con una de las pocas personas que realmente es tranquila en toda la escuela, Yachi simplemente se concentraba en que pintar o dibujar y de vez en cuanto le preguntaba a él qué color le gustaría o si ve algo raro.

Osamu por su parte era realmente tranquilo respecto a eso, no sabe casi nada de arte.

Estar casi una semana entera en esa escuela fue casi un martirio.

Además de que el fin de semana tanto Hinata como Bokuto preguntaron si quería ir con ellos a alguna fiesta y él simplemente dijo que no.

Puso la excusa de que estaría en casa de Aran y lo dejaron en paz, esa mentira era en parte cierta, pero quien se quedó en casa del otro fue Aran.

Pensar en aquel fin de semana en donde tuvo que cocinar y además arreglar algunas cosas para comprar ropa interior fue realmente tedioso.

Aunque necesario, Osamu en serio extrañaba la comida cacera de su padre y hasta su presencia.

Osamu ya estaba dormido cuando su mamá regresaba a casa, ella entraba a su habitación, le daba un beso en la frente y luego se iba.

A la mañana siguiente ni siquiera estaba su sombra, aunque siempre le deja como seis mensajes de buenos días y que coma bien.

—No sé porque siento que ahora te quedarían bien los colores fríos. —comentó Yachi tomando el color azul para colorar el fondo del dibujo.

—¿Qué?

—No lo sé —confesó ella con una media sonrisa—. Siempre te identifiqué con tonos claros, como el amarillo o el naranja, como Hinata. Ahora veo es... Pues gris.

—¿Será por mi cabello? —trató de bromear Osamu.

—Puede ser —siguió ella pintando aun sin mirarlo—. También puede ser que te vez un poco desanimado y cualquiera lo estaría, el año pasado me lastimé el brazo y no pude dibujar por tres meses; uno siente que le falta algo ¿No lo crees?

Esta vez Yachi si se giró hacia él, pero Osamu no supo que contestarle.

—Eh... Supongo.

—Es normal sentirse perdido cuando sientes que no encajas.

A decir verdad el nunca tuvo algo que pudiese decir "Oh, esto es lo mío". Ni siquiera con el voleibol lo sintió, claro que le gustaba y jugar con Suna y Akaashi es más que increíble.

Hey Brother Donde viven las historias. Descúbrelo ahora