𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏 | #𝐑¹

13| Lo amo

Maratón 2/3

Olivia Greyson

—¿Vas a comer? –pregunta y niego–

Él golpea la mesa haciendo que su taza de café tiemble y el tazón con cereal que preparó para mí también.

Enseguida agarro la cuchara para agarrar leche con cereal y meterlo dentro de mi boca. Haciendo que Nick se calme un poco y siga tomando de su café.

Pasaron dos semanas desde lo sucedido con Nick. Desde entonces comenzó a abusar de mi más seguido y comenzó a golpearme por mínimas cosas. Incluso por estar con mis amigos.

Avani y Jaden tratan de hablarme pero los esquivo. Al principio Jaden no entendía porque cuando pasaba un brazo por mi hombro me alejaba asustada, ahora dejó de hacerlo y dejó de juntarse con el grupo de mis amigos. Avani, ella es mi compañera de departamento así que no puedo ignorarla en todo, pero cuando me pregunta que me pasa le invento cuálquier excusa como que estoy cansada.

Nick viene a mi departamento todos los días después de clases y en las mañanas para llevarme con él a su recidencia y obligarme a cosas que no quiero y tampoco puedo hacer que paren.

Ahora mismo son las 7:21 de la mañana. En unos minutos tenemos que ir a clases y en unos minutos Nick me va a hablar como todos los días, de que tengo que hacer y que no. Trato de sacarmelo de encima pero cuando lo hago él me golpea y vuelve a abusar de mi.

El sonido de mi celular se hace presente en el silencio incómodo que nos rodea. Agarro mi celular y veo la pantalla.

—¿Quién es? –pregunta Nick desde el otro lado de la mesa–

Dudo en decirle pero si le miento va a quitarme el celular y ver quién es realmente.

Así que le digo la verdad.

—J..jaden –tartamudeo–

Su mirada ya no es severa y tranquila, demuestra rabia y enojo. Me saca el celular de la mano bruscamente y atiende. Espera un rato por lo que puedo escuchar Jaden está hablando.

—No soy olivia, estamos ocupado –habla jadeando–

Ruedo los ojos por su estúpida idea, y a la vez me siento mal, ni sé por qué pero me siento mal.

Escucho que habla pero no sé que es lo que dice exactamente.

Nick sigue haciendo como que está agitado y dice, —No pasa nada hermano –y corta–

Deja de jadear y me devuelve el celular. Se levanta de la silla y yo imito su acción.

—Idiota –murmuro con enojo pero creo que me escucho–

Se da la vuelta sobre sus talones mirándome fijamente, —¿Cómo me acabas de llamar? –pregunta entre dientes–

Mi cerebro teniendo un debate si volver a decirlo o no, se decide que si.

—Idiota –vuelvo a decir pero más alto–

Y su mano se estampa contra mi mejilla con fuerza. Un jadeo de dolor se escapa de mis labios y la zona recién golpeada comienza a arder. Mis manos de dirijen a mi mejilla para sobarmela y tratar de calmar el dolor.