2|Cafetería

6.7K 298 63
                                    

Olivia Greyson

—Si vuelvo y no estás preparada, las vas a ver conmigo –escucho a mi mejor amiga–. Te doy quince minutos mientras compro algo para desayunar –avisa antes de cerrar la puerta a sus espaldas.

Me levanto al instante. Avani enojada no es algo que me gustaría presenciar tan temprano.

Voy al baño, hago mis necesidades y me preparo para una mañana agobiante y llena de exámenes. Una vez he terminado con mi rostro y cabello, vuelvo a mi cama para coger la ropa que preparé la noche anterior.

Algo sencillo como unos pantalones negros y una camisa holgada. Y como no, un abrigo que me dobla en tamaño.

Mientras reviso los horarios de hoy, la puerta se abre y Avani aparece con una sonrisa y una bolsa en manos.

—Por fin te despiertas –dice con un tono divertido.

Avani es mi mejor amiga y la única desde que somos pequeñas. No solo compartimos habitación, sino que compartimos vida.

—Gracias. No quiero perder ningún examen.

Agradezco, mientras que ella se acerca y me plata un beso en la frente. Me pone en frente el refresco y lo sostengo. 

—No tenían caramelo, así que pedí que le echaran nata.

—No pasa nada –le quito importancia y bebo un sorbo.

Me tomo un momento y veo como Vani se aleja, rebusca en sus cosas y se queda en silencio. La noto tensa, y un poco extraña.

—¿Estás bien? –cuestiono confundida. Bebo otro sorbo.

Deja lo que está haciendo y me mira nerviosa.

—Ayer me desperté a media noche y no estabas en tu cama –menciona–. ¿Volviste a soñar con eso...? –murmura con una mueca.

El corazón deja de latir por un segundo para recordar la razón por la que casi me caigo de una gran altura.

Y recuerdo a el chico de ojos claros... Jared, Jacob, Justin, ¿Jaden?

Si, Jaden.

Desvío la mirada al suelo tratando de no pensar en lo que ocurrió por la madrugada.

–Si... –admito algo desanimada.

Enseguida se acerca a mi y me abraza. Mis ojos no tardan en cristalizarse, pero no permito que ninguna lágrima se escape, no quiero llorar ahora. 

—¿Estás bien? ¿Queres hablar sobre eso? –pregunta acariciando mi espalda.

Me separo un poco para poder verle el rostro, niego con la cabeza y trato de recuperarme.

 —Estoy bien, no hace falta hablar –sonrío como puedo–. Bien, vamos.

La cojo por el brazo y con mi mano libre el café. Avani como puede agarra nuestras mochilas y las llave del departamento.

No dice nada. Solo me sigue el rollo y se dispone a seguirme.

Cerramos la puerta de la habitación y nos dirigimos hacia el ascensor. 

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏 | #𝐑¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora