17|Qué Mierda...

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Olivia Greyson


Un mes, un mes más en que sigo soportando está mierda. Soportando a Nick, sus golpes, vivir la mayoría del tiempo con él, y soportando las llamadas de Jaden borracho cada noche.
Un mes más en el que mi ansiedad está empeorando y mis citas al psicólogo son más seguidas.

Un mes más en el que no salgo del departamento solamemte para que la gente no me mire raro, nadie quiere ver a una chica con ojeras y cara cansada.
Y un mes en el que el amor que le tenía a Nick se va desvaneciendo poco a poco, y el odio está apareciendo también. Poco a poco.

Justo ahora estoy en la cama desnuda con Nick a mi lado, otra vez. Ya es costumbre despertar y ver su cuerpo desnudo junto al mío que está de igual manera casi todas las mañanas.
Me desperté hace unos minutos y sigo en la misma posición en la que me desperté solamemte que quite su brazo de mi abdomen.

Hoy es sábado, significa que no tenemos clases. Eso significa que voy a poder librarme de Nick en la noche ya que se va de fiesta en la casa de uno de sus amigos. Pero voy a tener que pasar toda la mañana y toda la tarde. Cómo todos los días.

El calor de su cuerpo se hace presente justo en mi abdomen, puedo sentir su brazo grande y pesado que rozan los huesos de mis costillas. Me quedo quieta tratando de parecer dormida pero no funciona cuando sus dedos comienzan a dibujar círculos en mi abdomen. Mi cuerpo tiembla ante su tacto.

—Otra vez –gruñe– ¿es muy temprano? –su voz es ronca y rasposa–

Me trago el nudo que tengo en la garganta y me giro sobre mi cuerpo para encontrar esos ojos celestes que ya estoy cansada de ver. Su pelo está despeinado y tiene pequeñas ojeras. Ayer bebió así que debe tener resaca y no durmió bien, supongo.

—Son las diez de la mañana, Nick –respondo en un susurro–

Cuando tiene resaca no puedo hablar muy alto en las mañanas hasta que se tome una pastilla porque suele gritarme que me calle. Y no quiero que me grite, no otra vez.

—Bien, ¿vamos a desayunar amor? –tiene los ojos entrecerrados, intentando adaptarse a la luz–

Sonríe y su cuerpo se acurruca en mi pecho, buscando cariño. El cariño que ya no puedo darle por voluntad propia porque le tengo miedo, tengo miedo tan solo sentir su piel rozar con la mía. Pero él parece no darse cuenta de que ya no lo amo más y que le tengo miedo. Eso es lo único que siento por el, miedo.

Enseguida me levanto de golpe y me levanto, dejando mi desnudes a simple vista. Nick me da una mirada lenta llena de deseo y lujuria mordiendo su labio. Mi reacción es agarrar mi ropa y vestirme enseguida. Nick resopla y se va a el baño, desnudo.
Saco la mirada de él y agarro mi celular que está en la mesita de luz, camino hacía la puerta y salgo de la habitación para bajar las escaleras y entrar a la cocina. Ahí se encuentran Chase y Ryland. Los compañeros y amigos de Nick.

—Buenos días, Liv –saluda con una sonrisa–

Camino hacía la heladera y miro por encima de mi hombro, —Buenos días, Ryland –le devuelvo el saludo–

Ryland y Chase son los mejores amigos de Nick y comparten recidencia. Creo que ellos no tienen idea de lo que me hace Nick, porque suelen comportarse como siempre, amables y generosos. Bueno menos Chase que la mayoría de veces está metido en el celular escuchando música con los auriculares.

Cierro la heladera viendo que no hay leche y camino hacía la cafetera dispuesta a hacerme un café pero la vos de Nick se hace presente.

—Vamos a desayunar en el Starbucks, amor –dice entrando a la cocina–

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏 | #𝐑¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora