Vol 3 CAP 1: Una maravilla llegó a ser llamada una maravilla

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Parte 1
Sakuta soñó ese día. Soñó sobre días pasados hace… Bueno, en realidad solo habían
sido dos años atrás.
Soñó cuando estuvo en su tercer año de Escuela Media, diez días antes de que los
misteriosos cortes fueran marcados en su pecho y fuera llevado al hospital cubierto de sangre… Sakuta se había cansado de ver la cara en problemas del doctor y había dejado elhospital antes de abordar un tren en la estación más cercana.
No tenía un sitio al que quisiera ir, así que simplemente decidió ir al mar porque el
programa de televisión que había visto para matar el tiempo el día anterior tenía un
personaje que había mirado hacia el mar con una expresión melancólica. Parecía un lugar apropiado para ir cuando se estaba desanimado.
Así fue como llegó a la playa Shichirigahama y caminó a través de los sorprendentemente fuertes sonidos de las olas rompiéndose antes de alcanzar el borde del mar.
La briza del mar traía la esencia de la sal, y el sol del atardecer se sentía placentero
sobre su piel. Había un camino hacia el sol sobre la superficie del mar. ¿Estaba la
atmósfera despejada más allá de esa distancia? Podía ver claramente el horizonte.
Empezó a mirar el límite entre el mar y el cielo durante un rato y luego notó que había alguien a su lado.
—¿Sabes? La distancia entre la línea de visión de una persona y el horizonte son cerca de cinco kilómetros.
La voz apenas se notaba y tenía un tono muy débil, pero tenía una frescura contenida
en su interior.
Sakuta se quedó en silencio por un rato y miró a su lado. Parada allí estaba una chica en uniforme de preparatoria, sosteniendo su cabello mientras el viento la azotaba. Estaba vestida con una blusa de color crema y con una falda de color azul marino mientras sus pies estaban descalzos sobre la arena.
Él no reconoció su cara, y no sabía su nombre.
Al notar la mirada del Sakuta, la chica le dio una sonrisa levemente juguetona. Al final,
no había nadie más en los alrededores. Sakuta podía ver una pareja de abuelos dándole un paseo a su perro, pero no había ninguna otra explicación para que la chica le hablara a él.
—¿Toda la gente de por aquí actúa de esa forma? —le preguntó a la chica
—¿Hm? —inclinó su cabeza, sin entender la parte principal de su pregunta
—¿Todos aquí empiezan a hablar con extraños así de la nada?
El lugar era un área de turismo marítimo. Enoshima estaba al Oeste y Kamakura al Este, así que tal vez la cultura de ser amistosos con los visitantes era para serlos sentir bienvenidos.
—¡Ah! ¿Es posible que te parezca una persona extraña?
—Nope.
—Gracias a los dioses… —hizo un suspiro de alivio.
—Solo pienso que eres molesta.
—Decirle eso a una chica de preparatoria es tabú… —puso sus manos en su cadera,
aparentemente cabreada—“Molesta, lamentable, incapaz de leer el ambiente” son palabras tabúes para una chica de prepa.
—Eres irritante entonces… —se corrigió Sakuta.—Y esa es la cuarta —le dio algo así como una mirada de reproche antes de
continuar—. Parece que estas bastante lejos de casa, ¿acaso paso algo malo?
—Temprano… —respondió Sakuta completamente ignorando la pregunta actual.
Probablemente era por este tipo de actitud que le había dicho que él parecía estar lejos de casa.
—¿Ah, sí?
Incluso con su pregunta ignorada, la chica no frunció el ceño, por el contrario, sonrió
alegremente. Su expresión cambió del puchero que tenía.
—Estabas hablando sobre el horizonte… —Sakuta tomó la iniciativa antes que ella, aun sin ganas—¿Son realmente cuatro kilómetros?
—Es sorprendentemente cerca, ¿no?
La chica tomó una ramita de la playa y dibujó un círculo en la arena húmeda. Encima de ese círculo, añadió un círculo en representación de una persona y una línea recta antes de añadir finalmente una línea recta que tocaba el círculo.
—Si usas la geometría que aprendes en la preparatoria, puedes calcular fácilmente la
distancia hacia el horizonte.
Usando la playa como tabla, escribió una ecuación, pero fue borrada por una fuerte
ola. Frustrada, retrocedió un paso.
Sakuta se quedó en silencio y miró al horizonte. Antes parecía tan distante, pero ahora parecía extrañamente cercano.
—Ahora te toca a ti responder a mi pregunta…
En el momento en que dijo eso, Sakuta decidió ignorarla, pero al final, terminó
contándole sobre por qué había venido al mar.
—Yo…
Empezó diciéndole que tenía una hermana, y luego que esa hermana había sido víctima del bullying en la escuela media.
Una vez que abrió la boca, no podía dejar de hablar. Habló de que su hermana tenía
cortes y moretones extraños debido al acoso, de cómo no podía hacer nada por su
hermana herida y, finalmente, incluso sobre la extraña herida en su propio pecho.
Finalmente, terminó diciéndole que nada iba bien... sobre cómo había venido hoy aquí para escapar de la sensación de impotencia que lo agobiaba.
No era que él quisiera simpatía, y tampoco era que quería que lo confortaran. De
hecho, había pensado que la chica, que repentinamente había aparecido de la nada, daría vuelta atrás y se iría una vez que lo escuchara. Esos sentimientos maliciosos fueron los que llevaron a Sakuta a hablar. Era justo como ella había dicho, estaba lejos de casa.
—Así que eso es lo que pasó.
Sorprendentemente, la chica no mostró ningún indicio de duda, incluso después de que había terminado de contárselo todo. No le dio ni un rastro de simpatía ni intentó
consolarlo. Ni siquiera aludió a las cicatrices en su pecho o parecía dudar de que la historia fuera la verdad, solo le ofreció su mano derecha.
—Soy Makinohara Shouko, Makinohara Shouko es de Makinohara en el "Área de
Servicio de Makinohara", y el Shouko de "un niño que vuela por el cielo". ¿Cómo te
llamas? —dijo.
—Yo soy… —Sakuta abrió la boca reflexivamente, intentando responder a su apretón de manos, pero antes de que pudiera agarrar su mano, el sueño terminó.
La mano de Sakuta que se había movido en vano dentro de su sueño tocó algo. Una
sensación redonda y suave llenó su mano…
En eso, Sakuta notó el calor de un cuerpo, la piel ligeramente húmeda contra el lado
derecho de su cuerpo. La suavidad y el peso de ello le hizo pensar en una chica.
Mientras estos pensamientos bailaban vagamente por su cabeza, sintió que una lengua lamía sus labios.
Lentamente abrió los ojos.
Había una criatura blanca y esponjosa frente a los ojos de Sakuta, un gatito de pelo
blanco que le lamía la cara con su lengua áspera.
Hubo una razón para esto, era el gato que había venido a vivir a la casa de Sakuta hace quince días... el último día del curso escolar.
Levantó el gato blanco de su cara. Sin embargo, todavía no podía levantarse. Había otra pequeña... bueno, llamarla pequeña no estaba bien, otra criatura grande sobre él.
Ella era un panda, o bueno, su hermana menor llevaba un pijama de panda. Tenía
quince años, pero todavía se metía en la cama de Sakuta de esa forma.
En la parte superior de su pecho estaba la mascota de la familia Azusagawa, Nasuno,
que era un gato color calicó. La fuente de la sensación suave y redonda en su mano era
aparentemente la parte de atrás del gato y Sakuta suspiró aliviado de no haber tocado a tientas a su hermana accidentalmente.
Sakuta quitó su mano de Nasuno y pellizcó la nariz de Kaede mientras exhalaba
ligeramente con su aliento mientras dormía.
—Mgh. —salió un ruido de la garganta de Kaede mientras ponía expresión de dolor,
pero pronto abrió la boca y mantuvo su suministro de oxígeno. Consideró taparle la boca, pero decidió que no era algo que debería hacerle a su hermana adolescente.
—Kaede, despierta… —le dijo.
—¿Ngh? Ah, onii-chan. Buenos días. —respondió, reprimiendo un bostezo mientras se frotaba los ojos.
—¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de meterte en mi cama?
—¿Es porque vas a despertar a un amor prohibido?
—No, no es eso.
—Está bien, me hundiré hasta las profundidades que quieras.
—Es solo porque hace demasiado calor.
Siendo verano, era la época del año en que el calor de la piel de una persona no era lo
más agradable. En todo caso, era la temporada en la que querías evitar el contacto lo más posible.
Por supuesto, su novia senpai, Sakurajima Mai, era una excepción, y prefería estar en
contacto con ella todo el año.
Sin embargo, el mundo no era justo, y los días sin contacto de parte de Mai continuaron y solo pudieron encontrarse un par de veces desde que comenzaron las
vacaciones.
Mai había vuelto al mundo del espectáculo y, por lo tanto, estaba ocupada grabando
dramas de televisión, anuncios e incluso modelando las portadas de revistas de moda, haciendo entrevistas y apareciendo en eventos publicitarios, por lo que sus días estaban llenos de trabajo.
Ella había dicho que durante las vacaciones “la mitad del tiempo estaré trabajando”,
pero su agenda se había llenado en un parpadeo y apenas si tenía tiempo libre.
—Ah…
Fue por esto que Sakuta suspiró abatido una o dos veces a lo largo de los días.
—¿Qué pasa, onii-chan? —preguntó Kaede.
—Kaede, ¿qué día del mes es?
Kaede miró el despertador digital y luego contestó.
—Es dos de agosto.
—Así que estamos cerca de una quincena de vacaciones.
—Sí.
—Y, sin embargo, no he podido divertirme con Mai-san.
—Entonces, ¿quieres divertirte conmigo? —preguntó ella, de repente acercando su
cara a la de él.
—No, no quiero… —respondió Sakuta, empujándose a sí mismo más allá de Kaede, quien todavía no mostraba señales de cansarse de él.
—¿¡Qué es lo que te disgusta de mí!? —Kaede gritó, inclinándose hacia delante de
repente. Estaba muy cerca de tirarlo a la cama, por lo que Sakuta se levantó rápidamente.
—Hoy estás muy desesperada.
—Eso es porque actualmente estoy enfrentando la crisis más grande en la historia del Kaedeismo.
—¿Qué demonios se supone que significa eso?
—¡Necesito dominar el imoutodo lo antes posible! —Kaede proclamó en voz alta, con
un asentimiento a sus propias palabras.
¿Qué rayos es imoutodo? Sakuta se preguntó a sí mismo. Bueno, estaba formado por
los caracteres de 'hermanita' y 'camino', como 'kendo' estaba formado por espada y
camino, y el judo estaba compuesto por 'suave' y 'camino', así que tal vez fue ¿algo
parecido? No, decidió, si los reúno de esa manera, puedo ver a las organizaciones que se ocupan de eso llamando para quejarse.
Mientras su mente estaba ocupada con ese tipo de pensamientos inútiles, el timbre
sonó. Mirando el reloj, pudo ver que eran las diez de la mañana, así que ya sabía quién era antes de llegar a la puerta. Sólo había una chica que venía a esta hora.
—Sí, sí, ya voy… —Sakuta dijo, ahogando un bostezo mientras salía a saludar a su
invitado.
La visitante era una joven de aspecto elegante con un vestido blanco que promovía su inocencia aún más.
Ella tenía doce años y estaba en su primer año de escuela media, pero su cortés
reverencia y su saludo compuesto: “Muy buenos días, siento la intromisión”. La hacía parecer más adulta y su comportamiento general era educado y cortés.
Entró en el pasillo y se quitó los zapatos cuando el gato blanco salió corriendo de la
habitación de Sakuta para acurrucarse al alrededor de los pies de... Makinohara Shouko, frotándose la espalda contra ella.
—No hemos comido todavía. —Sakuta le dijo.
Kaede miró el despertador digital y luego contestó.
—Es dos de agosto.
—Así que estamos cerca de una quincena de vacaciones.
—Sí.
—Y, sin embargo, no he podido divertirme con Mai-san.
—Entonces, ¿quieres divertirte conmigo? —preguntó ella, de repente acercando su
cara a la de él.
—No, no quiero… —respondió Sakuta, empujándose a sí mismo más allá de Kaede, quien todavía no mostraba señales de cansarse de él.
—¿¡Qué es lo que te disgusta de mí!? —Kaede gritó, inclinándose hacia delante de
repente. Estaba muy cerca de tirarlo a la cama, por lo que Sakuta se levantó rápidamente.
—Hoy estás muy desesperada.
—Eso es porque actualmente estoy enfrentando la crisis más grande en la historia del
Kaedeismo.
—¿Qué demonios se supone que significa eso?
—¡Necesito dominar el imoutodo lo antes posible! —Kaede proclamó en voz alta, con
un asentimiento a sus propias palabras.
¿Qué rayos es imoutodo? Sakuta se preguntó a sí mismo. Bueno, estaba formado por
los caracteres de 'hermanita' y 'camino', como 'kendo' estaba formado por espada y
camino, y el judo estaba compuesto por 'suave' y 'camino', así que tal vez fue ¿algo
parecido? No, decidió, si los reúno de esa manera, puedo ver a las organizaciones que se ocupan de eso llamando para quejarse.
Mientras su mente estaba ocupada con ese tipo de pensamientos inútiles, el timbre
sonó. Mirando el reloj, pudo ver que eran las diez de la mañana, así que ya sabía quién era antes de llegar a la puerta. Sólo había una chica que venía a esta hora.
—Sí, sí, ya voy… —Sakuta dijo, ahogando un bostezo mientras salía a saludar a su
invitado.
La visitante era una joven de aspecto elegante con un vestido blanco que promovía su inocencia aún más.
Ella tenía doce años y estaba en su primer año de escuela media, pero su cortés
reverencia y su saludo compuesto: “Muy buenos días, siento la intromisión”. La hacía parecer más adulta y su comportamiento general era educado y cortés.
Entró en el pasillo y se quitó los zapatos cuando el gato blanco salió corriendo de la
habitación de Sakuta para acurrucarse al alrededor de los pies de... Makinohara Shouko, frotándose la espalda contra ella.
—No hemos comido todavía. —Sakuta le dijo.
—Um, ¿Sakuta-san? —preguntó la chica, girándose desde donde Sakuta la observaba
mientras pensaba.
—¿Hm?
—Yo, uh, lo siento.
—¿Por qué?
—Por este pequeño… —respondió, acariciando suavemente la espalda del gatito mientras comía— Dije que quería adoptarlo, pero no he podido mencionárselo a mis
padres.

Seishun Buta YarouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora