Vol 3 CAP 2 part 6

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Cuando volvió de acompañar a Mai a casa, Kaede estaba en el baño y Rio estaba
leyendo un libro empastado en la mesa, probablemente una novela.
La cocina, la cual él había planeado limpiar cuando regresara ya estaba limpia, las ollas
y los sartenes fueron colocados y las sobras empacadas y colocadas en el refrigerador.
—Gracias, Futaba.
—Seguro —ella respondió brevemente, concentrada en su libro—. Tardaste bastante
solo para llevarla a su casa. —añadió de manera raramente significativa, pero no parecía
acusarlo. Sólo sonaba como si estuviese exponiendo un hecho.
—¿Qué estás leyendo? —preguntó él.
—Tu hermana dijo que era bueno y me lo prestó —respondió volteando el libro para
mostrarle la portada. El título era «El Príncipe Desnudo y la Bruja Infeliz» y la autora era
Yuigahama Kanna, la autora favorita de Kaede.
Sakuta había leído algunos de los libros a recomendación de Kaede, pero no se interesó
en ninguno de ellos. La mayoría no tenía finales con los que él era feliz, todos dejaban un
incómodo sabor después de acabar. Cuando le contó a Kaede, ella dijo que no le había
recomendado esos, pero…
—¿Es aburrido?
—¿Hm? No realmente… Es sobre una chica que recién consiguió su primer novio y se
preocupa sobre aquello —sólo escuchando ello podía decir que la historia era
agradable—. Su novio es popular… así que se preocupa que alguien “plana como yo” no
sea lo suficiente buena para él, y si una linda chica se acerca, empieza a odiarse a sí misma
y a pensar que ellos serían más felices juntos de lo que él lo sería con ella. Aunque ella
todavía no es honesta, así que se desquita con su novio.
Esa fue una descripción excesivamente específica, y sonaba como si la chica era
bastante irritante.
—¿Es entretenida? —Sakuta preguntó simplemente.
—Así es, puedo simpatizar con su personalidad.
—¿En serio es tan divertida…?
—Las chicas son criaturas de simpatía y empatía —le dijo, al parecer analizándolo más
que sintiéndolo, aun cuando de por sí era una chica. Si se estaba analizando a ella misma
tan objetivamente, ¿en serio puede estar disfrutando al leer?
—Ya acabé de bañarme; estoy realmente abrigada —llegó la voz de Kaede, pidiéndole
que le pase una bebida del refrigerador— ¡Ahora tengo tanto frío!
—Puedes seguir al baño, Futaba.
Rio finalmente alzó la vista de su libro y le dirigió una mirada acosadora desde detrás
de sus lentes.
—Sólo para aclarar las cosas, no pienso hacer nada con el caldo que dejes después de
bañarte.
—Azusagawa.
—¿Entendiste?
—Necesitaba que murieras en el momento en que dijiste “caldo”.
—Entonces me adelantaré y tomaré un baño primero, ¿estás segura?
—Segura, esta es una buena parte. —respondió, moviendo sus ojos una vez más a las
palabras finales.
—¿Hay una escena de beso?
—Ella está disciplinando a su novio mirándolo como excremento en el piso.
Eso sonaba como una escena interesante ligeramente salida de lo que él estaba
esperando.
—Suena interesante, lo tomaré prestado cuando acabes —dijo él, dirigiéndose al baño.
Se duchó después de desvestirse, frotando su brazo dominante con jabón corporal en
una esponja, de la misma forma en la que siempre lo hacía, antes de usar ese brazo para
limpiar el resto del cuerpo. Una vez estaba listo, se enjuagó la espuma y aplicó se
shampoo en el cabello. Finalmente lavando su cara y limpiando todo con la regadera para
luego entrar en la bañera, tomando cerca de diez segundos antes de que saliera.
—Futaba, el baño está libre.
—¿Usaste una bañera para pájaros?
—El verano es tan cálido. —dijo. Por supuesto, él se tomaría más tiempo durante el invierno.
—Entonces usaré el baño —dijo Rio, poniendo una señal en medio de las páginas y
entrando al cambiador, firmemente cerrando la puerta. Sin embargo, las únicas puertas
en la casa con cerradura eran la puerta principal y el baño.
Él podía escuchar ligeramente el sonido de la ropa más allá de la puerta. Escuchar más
haría que se asustase, así que Sakuta se sentó en frente del ventilador y lo encendió,
dejando que el viento enfríe su cuerpo.
«¡Llévame con tu líder!» dijo a este, pero se sentía extrañamente sinsentido.
Después de cinco minutos enfriándose a sí mismo, se levantó y se dirigió hacia el baño.
Abrió la puerta hacia el vestidor, escuchando una reacción desde el área de baño, el
cuenco cayendo al piso.
Podía ver una silueta femenina a través del cristal empañado con la espalda hacia él.
Aparentemente ella estaba en medio de bañarse a sí misma.
—Futaba, ¿tienes un minuto?
—¿Puedo empezar?
—¿Hm?
—¿Por qué siempre me hablas cuando me estoy bañando?
—Porque me excita sólo tener una puerta entre una chica desnuda y yo.
Sólo el silencio le respondió.
—Probablemente porque es más fácil hablar sobre ciertas cosas cuando no estás cara a cara.
—¿Qué se supone que significa? —preguntó cautelosamente. Aun así, comenzó a
moverse otra vez, cubriéndose con burbujas.
Sakuta se mantenía alejado de la puerta y se sentó en el piso del vestidor. No pensó
que su conversación terminaría rápidamente.
—¿En qué tipo de casa vives?
—¿Qué estás preguntando? —indagó con duda, pero Sakuta no le prestó atención
continuó.
—¿Un apartamento? ¿Una casa apartada?
—Una casa apartada.
—¿Es grande?
—¿Hay algunas que no lo sean?
—¿De casualidad eres rica?
—Tal vez. —ella respondió fácilmente, sin parecer realmente como si hablara de sí
misma. Sakuta tenía la sensación de que ella no se miraba a sí misma como rica, sino que
a sus padres.
—¿Qué hacen tus padres?
—Mi papá es doctor.
—¡¿En serio?!
—No es nada de qué estar sorprendido, ¿probablemente, no? —ella preguntó.
—¿Tu casa es un hospital?
—Él no practica la medicina, trabaja en un hospital de enseñanza.
—¿Hay alguna rivalidad entre los dos tipos?
—Aparentemente.
—Eso es sorprendente.
Se podía escuchar el agua fluyendo y llevándose las burbujas del baño. Después de un
momento, la silueta de Rio se movió para sumergirse en la bañera.
—¿Y tu madre?
—Ella administra una tienda de ropa importada.
—Así que es la jefa.
—Ella es… Así que, ¿qué querías preguntar? —vino su pregunta calmada, dándose
cuenta que Sakuta sabía un secreto sobre ella— Escuchaste algo de la falsa, ¿no?
—Bueno, es un poco más complicado que eso —él nunca habría pensado que Saki se
había visto involucrada—. Sé lo que has hecho.
—Ya veo —dijo sin mostrar emociones, casi hablándose a sí misma.
El silencio cayó por un momento.
—Creé la cuenta antes de las vacaciones de verano —admitió tranquilamente—, pero
no sabía qué debía escribir.
Ella lo colocó como si fuera algún ejercicio de la escuela.
—Cualquiera lo habría hecho, ¿no? Algo como “estoy enamorada de un chico guapo
que tiene una novia”.
—¿Las personas querrían ver eso?
—¿No son las chicas creaturas de simpatía y empatía?
—Por otra parte, ellas sólo pensarían que soy una mujer amarga y dirían que una bruja
no debe superarse a sí misma.
—Qué humilde. —dijo. Al menos, él nunca pensó que Rio era una bruja o algo así. Ella
daba una impresión plana, pero eso era parte de su encanto.
—No soy lo suficientemente insensible para confesarme a una celebridad al nivel del
país en frente de toda la escuela.
—Estás haciendo algo más atrevido.
No dio ninguna respuesta.
—Nunca me has mostrado tu brillante escote, aun cuando nos conocemos el uno al
otro por más de un año.
—No tengo razones para darte ningún servicio como ese.
—Si no importa a quién se lo muestres, ¿no debería estar bien conmigo?
—En serio eres un idiota.
—Mai-san también me dijo eso —en bastantes aspectos de la misma forma—.
Realmente no lo entiendo, usualmente eres tan cautelosa.
—Realmente odio que seas tan perspicaz…
—Nop, solo eres fácil de leer —le dijo Sakuta.
Ella usaba su falda más larga que las otras estudiantes y siempre tenía su blusa
completamente cerrada. Incluso usaba su bata de laboratorio en la escuela durante una
época del año cuando la mayoría de las chicas ni siquiera usaban sus chalecos. A parte de
tener mangas largas, el dobladillo alto también escondía la mayor parte de sus piernas.
—Y aun así tú todavía me acosas.
—Siempre soy cuidadoso de no pasarme de la línea.
—Eres raro.
—¿Entonces te cansaste de mí e intentaste hacer amigos en línea?
—Me pregunto… Creo que es un poco diferente.
—¿Diferente?
—Creo… Puede que sólo haya querido atención —dijo mofándose de sí misma. Estaba
actuando de la misma forma en la que siempre hacía, no parecía haberse rendido y estaba
hablando en su usual tono plano.
Aunque eso en realidad hacía que Sakuta se preocupara más. Era claro que algo había
pasado que hiciera que Rio subiera esas fotos, pero ese no era el caso. Los melancólicos
días simplemente se apilaron y las cosas terminaron así sin que nada dramático pasara.
Pensó que había sido como la copa del corazón siendo llenada con resentimiento, gota
a gota, antes de finalmente derramarse. Lentamente, lentamente invadiéndola así Sakuta
no se había dado cuenta de nada.
—Material sexy desde el mero principio no es justo
—Es todo lo que tengo.
—Oh, ¿así que tienes tanta confianza al respecto?
—Más que eso, es como un complejo.
Si ese no hubiera sido el caso, no habría entendido por qué ella era tan reservada.
—En la secundaria… Crecí como una mujer más rápido que mis compañeras de clase,
así que llegué a saber cómo los chicos que parecían monos me miraban.
—¿Diciendo cosas como “Hombre, qué tetas”?
—En realidad, dijeron exactamente eso.
Sakuta sabía de por sí mismo acerca de ser como un mono en la secundaria. Incluso
ahora, ni siquiera pensaba que había cambiado realmente, ellos estaban en la edad en
que estaban absortos en el cuerpo de las mujeres; la edad donde incluso las líneas de los
sujetadores vistos a través de la blusa de la escuela los excitaba y molestaba. Si una o dos
chicas hubiesen crecido más, ellas serían el centro de atención, y en la clase de Rio,
parecía que había sido ella.
—Un día después de la escuela, volvía de tomar la basura de la clase para el deber de
limpieza y escuché a los chicos hablando sobre mí… Entonces odié mi cuerpo y pensé que
era sucio…
Había dejado una impresión de larga duración, ya sea porque era sensible o solo por el
shock de la pubertad en sí mismo. Incluso si solo había pasado una vez, se estancaría en tu
corazón e influenciaría la forma en que vives por un largo tiempo en el futuro, incluso si
no te das cuenta al instante…
—Lo siento por eso.
—¿Por qué te disculpas?
—Como un representante de los chicos que eran como monos.
Escuchó una risa ligeramente cansada desde el baño.
—Desde entonces, crecí para odiar la mirada de los chicos.
Obtuvo los detalles de lo que había pasado hasta ahora, pero era inconsistente con lo
que estaba haciendo.
—¿Pero aun así subes esas fotos?
Eso parecía completamente ilógico. Rio odiaba las miradas de los chicos, pero aun si
estaba escondiendo su rostro, ella todavía estaba subiendo esas fotos arriesgadas.
—Obtienen reacciones.
—¿Quieres ser adulada por viejos que dan miedo?
—Las únicas personas que pueden escoger son las que tienen el encanto para hacerlo,
no todos pueden obtener lo que quieren.
—Nunca te pedí que me dijeras los hechos.
—Solo sus reacciones me tranquilizan, de quien sea que provengan.
—Ciertamente suena como que así no es como quieres ser.
—Esa podría ser la razón. Al final, no pude superar mi odio a ser vista… lo cual significa
que el método que estaba usando era contrario al objetivo, creando más estrés. Entonces
eso hizo a mi consciencia divergirse; al menos parece plausible. —se analizó a sí misma
calmadamente.
—¿Separándose en la “Futaba que quería atención” y la “Futaba que no podía permitir
esos métodos”?
Pensó que sonaba ridículo, pero encaja bien y Rio podría tener razón.
—No creo que es una distinción clara… pero eso encaja en la dirección de la
explicación.
—Ya veo.
Miró al techo, a donde la luz estaba parpadeando. Pensamientos sin relación llenaron
su cabeza por un momento, acerca de cómo debería remplazar la bombilla pero luego
sobre lo caras que eran, hasta que se desvanecieron.
—Entonces la otra Futaba todavía está subiéndolas.
—Lo sé. Lo revisé en un café internet. Iba a borrar la cuenta, pero ella ya cambió la
contraseña.
—¿Qué vas a hacer?
—No hay nada que pueda hacer —dijo resignadamente.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Ella también soy yo, ella no va a parar fácilmente, si lo hiciera simplemente no lo
habría hecho.
—Aunque no dijiste que nadie pueda pararla fácilmente.
Rio se quedó callada.
—¿Qué quieres?
—Quiero detenerla, si es posible. —quebró el silencio
—Entendido, déjamelo a mí.
No había pensado en un método, y no pensó que respondería a su persuasión. Justo
como Rio había dicho, si ella fuese a detenerse fácilmente, no era porque la situación se
hubiese desarrollado así.
Sakuta se levantó.
—Azusagawa, ¿qué vas a hacer?
—Iré mañana a la escuela.
—¿Y entonces?
—Le hablaré todo el día.
—¿Y después de eso?
—Ir el día después también.
—Ya veo… y luego hablarle todo el día otra vez.
—Supongo.
—Eso suena molesto.
—Bueno, no vendrías a la playa si te invitara, ¿no?
—Te rechazaría, un ciento veinte por ciento.
Eso fue bastante persuasivo y definitivamente lo que Rio diría.
—Tenías razón —ella dijo—. Hay cosas que son más fáciles de decir cuando no son cara
a cara.
Sakuta pretendió no escuchar la última oración y salió del cuarto, exprimiendo su
cerebro hacia las preguntas en incremento…

Seishun Buta YarouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora