Tomoe no se apareció incluso después de la escuela. Ellos estaban en el mismo turno,
pero cada vez que ellos chocaban con el otro mientras trabajaban, ella escondería su
trasero y miraría a Sakuta como si fuera un enemigo de toda la vida…
A las ocho en punto de esa noche, la prisa en el restaurante mostró signos de calmarse,
con el número de clientes disminuyendo y las órdenes ya atendidas. Incluso la cocina ya
había hecho la mayoría.
Tomoe se acercó a Sakuta mientras él estaba parad o en la caja.
—Hay algo que quiero decirte.
—Si es sobre mi falta de delicadeza, soy consciente de eso,
—Ya me he rendido contigo sobre eso.
—¿Qué es entonces?
Tomoe miró hacia arriba a Sakuta en silencio por un tiempo, con sus nervios siendo
obvios. Debía ser algo importante lo que ella fuese a decir.
—Mi trasero realmente no es tan grande.
Y así, a pesar de la aparente importancia, es de su trasero sobre lo que ella quería
hablar.
—¡Por dios, tan simple!—proclamó Sakuta mientras la consolaba dándole palmaditas
en el hombro.
—¡¿Qué pasa con esa respuesta?!
—Ten más confianza.
—¡¿En qué?!
—En tu trasero con forma de durazno.
—¡Te dije que no es así!
—Ya, ya, eso no es cierto en absoluto.
—¡Bien, entonces! No te hablaré.
Esta vez parecía estar seriamente de mal humor mientras se alejaba rápidamente.
Sin embargo, un momento después, ella tomó una orden que contenía alcohol, algo
con lo que nunca antes había lidiado, así que se volvió tímida otra vez.
—¿Qué debería hacer con la cerveza?—preguntó mientras se movía nerviosamente.
Sakuta pretendió no escuchar mientras rellenaba las copas en la barra de bebidas.
—No me ignores—dijo ella, jugando con su delantal.
El silencio reinaba.
—P-Por favor, dime —ella estaba al borde de las lágrimas—. T-Tengo confianza de mi
trasero.
Hacia eso, Sakuta finalmente miró ahí.
—¿Y los duraznos?
—¡B-Bien! Lo admito, tengo un trasero en forma de durazno.
Ella se rindió totalmente ante la desesperación.
—Ya veo, supongo que tengo que decírtelo entonces.
—Eres cruel, Senpai.
Con Sakuta molestando así a Tomoe, ambos trabajaron hasta las nueve esa noche.
Sakuta la llevó a su casa y luego volvió a la suya en aproximadamente media hora.
Él cambió lugares con Kaede, quien justo había terminado de tomar su baño, y se lavó
el sudor del día.
Una vez se refrescó, dejó el baño y después de ponerse sus calzoncillos fue al
refrigerador y se sirvió un vaso de bebida deportiva antes de tomársela toda de un solo
trago. El frío recorriendo su abrigado cuerpo era placentero. Era una bebida que siempre
le había gustado, pero Mai había estado en un anuncio para esta así que él sintió que
debería reevaluar su sabor. Cada vez que la bebía recordaba a Mai.
Pensando en Mai, ella estaba en Kagoshima grabando un drama de TV por esta
semana. Ya eran las diez en punto, pero Sakuta pensó que probablemente continuaba
grabando. O tal vez ella ya había vuelto al hotel y se haya ido a dormir por ahora; él
realmente no podía imaginarse mucho sobre el mundo del espectáculo.
Se sirvió otra copa y la bebió lentamente esta vez, en tres sorbos.
Lavó la copa y la puso en el escurridor cuando sonó el teléfono.
Él contestó mientras se secaba las manos con una toalla.
—Hola, es Azusagawa.
—Soy yo.
Sakuta sabía quién era en el momento en que contestó.
—Mai-san, ¿qué pasa?
—Pensé que querrías escuchar mi voz así que te llamé.
—En realidad estaba pensando en ti.
—Espero que todavía estés usando tu ropa interior —ella parecía saltar directamente a
desconfiar de él—. Entiendo que no puedas hacer nada con ese tipo de cosas, pero…
Ella parecía ya haber decidido que él estaba haciendo eso.
—Actualmente estoy usando sólo mi ropa interior.
—¿Huh? ¿Por qué solo tu ropa interior?
—Recién salí de bañarme.
—Huh, sorprendentemente normal —dijo, aparentemente disgustada con eso (?).
—En las noches que me mantenga dando vueltas, puedo pedirte ayuda.
—Sí, sí, haz lo que quieras —dijo.
Él había pensado que se avergonzaría con eso, pero ella simplemente lo pasó por alto.
—¿Cómo están las cosas por allá? —preguntó.
—Bueno, todo está bastante igual como siempre.
—¿Fue divertida la cita con tu linda novia?
—Bueno, de cierta forma.
Obtener nuevas reacciones de Tomoe había sido un pasatiempo divertido.
—Hmmm—intervino la respuesta de Mai que parecía aburrida.
—¿Había siquiera una forma de contestar eso?
—¿Te escapas de casa ahora mismo y vienes a verme a Kagoshima?
—¿Entonces puedo abrazarte?
—Eso no va a pasar —dijo ella, su disgusto zumbándole en el oído. Aparentemente,
realmente no quería hacer eso.
—¿Qué tal tú? ¿Has hecho algo aparte de filmar?
—Comí un oso polar.
—Eres una real carnívora, ¿eh?
—Sólo era hielo raspado.
—Lo sabía, es ese con frutas, ¿no?
—Estoy aburrida —dijo con su tono de reina. «Los de la realeza realmente son poco
razonables», pensó Sakuta.
Pero aun así, su voz era tensa y sonaba como si ella estuviera regocijándose de algo.
Ella probablemente estaba emocionada de ser capaz de actuar otra vez.
—¿Te estás divirtiendo en la grabación?
—Lo estoy —contestó honestamente sin un momento de duda— ¿Qué quisieras de
trabajo?
—Los estudiantes normalmente no piensan en sus carreras.
—Es un desperdicio.
—Bueno, entonces supongo que podría ser Santa Claus.
—¿Porque tendrías trescientos sesenta y cuatro días libres?
—Me atrapaste.
—Si dices cosas estúpidas, te volverás un idiota. De todas formas, buenas noches.
—Ah, sí, buenas noches.
Sakuta esperó a que Mai colgara antes de colocar el recibidor en su lugar.
ESTÁS LEYENDO
Seishun Buta Yarou
Teen FictionSíndrome de la pubertad: ciertas experiencias poco corrientes que se rumorea en Internet que son la causa del exceso de sensibilidad e inestabilidad durante la adolescencia. Este año, Sakuta Azusagawa, estudiante de segundo en una preparatoria cerca...