Vol 3 CAP 2 part 3

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Sakuta dejó atrás el gimnasio y se dirigió directamente a la entrada de visitantes, a
unos treinta metros de la entrada principal. Había una oficina dentro, ese no era un lugar
al que él fuera regularmente, no era un lugar al que los estudiantes fueran en general.
Normalmente usaban la enfermería, que estaba a dos puertas.
Se sacó los zapatos en la silenciosa entrada de visitantes y se puso las zapatillas. No fue
hacia la oficina a oscuras, envés de eso, se detuvo frente a un teléfono verde de pago.
Tomó una sola moneda de diez yenes de su mochila y levantó el auricular, depositando
sólo esa moneda.
Marcó el número de su casa y contestaron rápidamente.
-Hola, habla la familia Azusagawa.
Inmediatamente supo que, quien contestó, era Mai.
-Mai-san, repítelo una vez más, por favor.
-Hola, habla la familia Azusagawa -repitió, sonando más como si estuviera
atendiendo una llamada de negocios que con su voz amable de antes. Prácticamente
podía ver su expresión cansada.
-Intenta decirlo más como una recién casada.
-Estás demasiado excitado por una llamada telefónica.
-Bueno, es porque es una llamada contigo.
-No actuaré como una recién casada, ni siquiera si tú lo pides.
-No tienes que avergonzarte.
-¿Cómo van las cosas por allá? -Mai regresó a la conversación principal, ignorando
completamente los intentos de Sakuta.
Quería mantenerlo por mucho más tiempo, pero diez yenes tenían sus límites, así que
decidió responder honestamente, después de todo, para eso había llamado.
Sacó otra moneda de diez yenes.
-Futaba vino a la escuela -le dijo.
-Ya veo. También ha estado aquí todo el tiempo.
-¿Qué ha estado haciendo desde que salí?
-Principalmente, viendo estudiar a Kaede. Ahora le está enseñando ciencias.
-¿A Kaede?
-Bueno, hay un poco de distancia entre ellas -dijo Mai, dejando salir una pequeña
risa. Kaede probablemente estaba espiando hacia afuera del cuarto mientras que Rio le
enseñaba desde la sala. Kaede era más alta que Rio, por lo que ciertamente daba una
impresión de comedia. Kaede medía 162cm de altura, mientras que Rio solo medía unos
155cm, por lo que comprendía el motivo de la risa de Mai.
-¿Y qué has estado haciendo?
-Limpié tu habitación -contestó, agregando un tono de travesura a su voz.
-Entonces, Mai-san, abriste mi guardarropa y viste mi ropa interior.
-Ordené todas las cosas ilícitas en tu habitación.
-¿En serio...?
-Ya no necesitas el traje de conejita, ¿verdad?
-¡Esa es mi segunda cosa más preciada! -dijo mientras se acercaba más al auricular.
-Entonces, ¿cuál es la más preciada?
-Tú, por supuesto.
-Vale, vale.
-Estaba hablando en serio.
-Entonces, ya no necesitas la segunda en la lista.
-¿Eh?
-Es suficiente con tenerme a mí, ¿verdad?
No tenía respuesta.
-¿Me equivoco? -llegó su aguda pregunta.
-Es suficiente -respondió en voz baja, sin nada más que decir.
-No tienes que deprimirte tanto por eso. Lo dejaré a un lado envés de tirarlo.
-Eres mala, Mai-san.
-Oh, sí. ¿Te gustan las idols? -preguntó Mai, cambiando repentinamente el tema. Era
tan repentino que Sakuta no sabía que quería escuchar.
-¿Eh? ¿Por qué preguntas?
-Había un manga con la imagen de una idol en la portada, de hace unos tres meses.
-Ah, solo me olvidé de tirarla, puedes deshacerte de ella.
-Ya veo -respondió brevemente. Pero, su respuesta sonaba como si estuviera
pensando en algo más.
-¿Mai-san?
-Oh, sí, mi mánager viene en unos diez minutos, ¿no hay problema si la dejo entrar?
Um... Después de todo, debo mantener a Futaba-san bajo vigilancia, ¿verdad? -preguntó,
hablando un poco más bajo en consideración a Rio.
-Si dices ese saludo de nuevo.
-Hola, habla la familia Azusagawa -dijo suavemente, dándole a sus palabras un aura
de felicidad, tal y como Sakuta se imaginaba a una recién casada-. Sakuta, ¿te quieres
casar conmigo?
-En este momento, quiero ser tu novio -respondió.
-No quería que simplemente respondieras "sí", pero eso suena extraño para un
rechazo.
-Honestamente, el matrimonio aún no se siente real para mí.
-Hmm -dijo, aparentemente sin convencerse del todo-. Bueno, concuerdo al
respecto, la escena de una familia feliz no realmente tiene toda la realidad.
Mai estaba hablando para ella misma, Sakuta pensó que era porque sus padres se
habían separado cuando ella era más pequeña, y había vivido sola con su madre durante
mucho tiempo, y ahora tenía una relación pobre con ella y vivía aparte.
-En realidad, sí me quiero casar -dijo Sakuta.
-¿Por qué dices eso tan de repente?
-Quiero tener una familia feliz contigo.
-Vale, vale, ¿y entonces? ¿Ya vas a regresar a casa?
-Ese es el plan, tengo algo que preguntarle a Futaba.
-Ya veo. Bueno, te veo más tarde.
-Está bien.
Sakuta esperó a que terminara la llamada y volvió a acomodar el auricular, y regresó la
moneda restante a su mochila antes de darse la vuelta para salir.
-Geh -no pudo evitarlo cuando vio a alguien de pie detrás de él. La novia de Yuuma,
Kamisato Saki, estaba parada a unos cuatro o cinco metros.
-¿Qué se supone que significa ese "Geh"? -preguntó mientras lo veía con las manos
en la cadera.
Sus miradas se cruzaron por varios segundos sin decirse una palabra. Decidiendo que
era bueno, y ya que no tenía nada que necesitara hablar con ella, él inmediatamente fue a
cambiarse de nuevo a sus zapatos.
-Hey -le dijo bruscamente, haciendo evidente su disgusto.
Sakuta siguió poniéndose los zapatos.
-El que pretendas que no me escuchas es muy molesto -dijo fríamente.
Suspiró mentalmente antes de voltear a verla.
-Mi error, es sólo que jamás soñé siquiera con que tú, Kamisato Saki, vista como la
chica más linda de nuestra clase, me hablara a mí, el solitario de la clase. Uwah, estoy tan
sorprendido. -respondió con un tono aburrido y monótono para transmitir su propio
estado de ánimo.
-¿Qué pasa contigo? Eso es muy molesto -dijo mientras lo miraba como si fuera
basura. Qué humillante. Si lo iban a mirar así, hubiera preferido que fuera Mai, eso
terminaría siendo una recompensa para él, pero viniendo de Saki, sólo era desagradable.
-Estoy al tanto de que soy molesto.
Por supuesto que sería molesto si lo llamaban molesto, pero, particularmente, la falta
de rechazo hacia su existencia, conocida como la más linda, debió ser abundantemente
placentera para ella.
-¿Entonces qué quieres? -preguntó- ¿Vienes a pedirme de nuevo que rompa con
Kunimi?
-Yo soy la que está saliendo con él.
-En realidad, nosotros somos una pareja en secreto.
Saki no contestó, pero sus mejillas se pusieron ligeramente rojas.
-Kamisato, ¿te interesan esas cosas?
-¡Por supuesto que no!
-Quédate tranquila, a mí tampoco. No me interesan los hombres, me gustan las
mujeres. Tanto que, si intento escribir "mujer", acabo poniendo "Wow, viejo"
.
-¿De qué hablas?
-Entonces, para evitar que me vuelva incluso más problemático, apresúrate y ve al
punto.
Mai lo esperaba en casa, así que quería volver rápido.
A pesar de que ella comenzó la conversación, Saki dudó ligeramente, viendo alrededor
como si buscara las palabras.
-Azusagawa, eres amigo de esa mujer, ¿cierto?
Él permaneció en silencio.
-¿Qué? -preguntó ella.
-Por "esa mujer", asumo que te refieres a Futaba.
-La mujer de la bata de laboratorio.
-Claro, Futaba.
Saki cerró la boca de nuevo, pero ésta vez, su mirada volvió a él inmediatamente con su
usual expresión de confianza, la primera expresión que había visto de ella.
-Esa mujer está haciendo cosas bastante peligrosas, ¿no crees?
-¿Cosas peligrosas?
Por un momento pensó que estaba hablando sobre el Síndrome de la Adolescencia de
Rio, pero había dicho "haciendo", lo que no encajaba con ello, y empezó a sentirse
inquieto.
-¿Qué? ¿Está haciendo una bomba en el laboratorio? -preguntó con tal de
apresurarla, incapaz de saber a lo que se refería por su cuenta.
-¿Huh? ¿Eres idiota? -le dirigió una mirada de disgusto desde el fondo de su corazón.
-¿Entonces qué? Apúrate y dímelo -la apresuró, manteniendo a raya su enojo.
-Ella... -Saki dejó de hablar una vez más. Esa era la primera vez que la veía
expresándose con tanta dificultad. Ya cuando estaba comenzando a irritarlo, dijo algo
impensable- Hace como una semana... tomó una foto de lo que hay debajo de su falda.
Le tomó un minuto comprender lo que había dicho.
El silencio cayó entre los dos, y pudieron escuchar débilmente los gritos del gimnasio.
-¿Huh? -finalmente dijo Sakuta después de unos cinco segundos.
-¡Te lo acabo de decir! Tomó la cámara de su teléfono, y... -Saki deslizó su propio
teléfono por debajo de su falda y cruzó las piernas, tomando una extraña posición que
conseguía ocultar su ropa interior.
-Creo que algunos juegos pervertidos se están volviendo populares entre las chicas en
la actualidad.
-No es así.
-Kamisato, ¿estás excitada?
-¡Claro que no!
-Mantén las cosas con medida.
-¡Como dije, no se trata de mí! Es esa mujer, ¡Futaba! Eres realmente molesto, sólo
muérete.
La última frase fue dicha en un tono frío, todo lo demás sonaba en serio. Sakuta se
percató de que lo había llevado demasiado lejos y de disculpó mentalmente.
-¿Es Futaba...?
Sin embargo, no podía creer lo que Saki había dicho.
-Así es -asintió a la pregunta que se había hecho a sí mismo.
-¿Es ella?
-Sí.
-¿Eees eeellaaa?
Ya no contestó más, y simplemente se miraron entre ellos por varios segundos.
-Entonces, ¿eso fue todo?
Sakuta estaba completamente sorprendido, y honestamente, lo sorprendió más que el
que hubiera dos Rio. Sin embargo, no lo había visto por sí mismo, así que no se sentía real,
por lo que no pudo evitar escandalizarse menos por ello que Saki.
Dejando de lado el Síndrome de la Adolescencia, Sakuta estaba preparado para aceptar
cosas más ridículas.
-No lo comprendes del todo, ¿verdad, Azusagawa?
-¿Se tomó una foto por debajo de la falda? Comprendo eso.
-¿No crees que podría estar mostrándosela a alguien?
-¿Huh?
-En verdad no lo pensaste -dijo, mirando consternada al percibir su estupidez.
-No comprendo lo que quieres decir con mostrársela a alguien, para nada.
Saki apartó la mirada después de escucharlo y comenzó a juguetear con su teléfono
con una expresión de aburrimiento.
Luego levantó la cara del teléfono y se acercó a él con largos pasos y su expresión de
aburrimiento en el rostro. La brisa llevó una esencia cítrica a la nariz de Sakuta,
probablemente era su perfume.
-Aquí -dijo, poniendo el teléfono frente a la cara de Sakuta.
Era la cuenta de Twitter de alguien. La foto de perfil era sólo una foto de su boca, así
que era difícil saber quién era, pero Sakuta tenía una idea. Los dos pequeños lunares al
lado derecho de sus labios estaban en una posición similar a los de Rio.
El primer post decía "solo un poco", fue publicado ayer con una sola foto. Era de su
blusa, con los tres botones de hasta arriba desabrochados, y abierta de forma sensual. El
ángulo desde arriba, daba una espectacular vista de su escote.
La foto era de cuadro estrecho, pero parecía que tenía un uniforme familiar.
-Ésta es la cuenta oculta de esa mujer.
-¿Cuenta oculta?
-Una cuenta que se mantiene en secreto de amigos y relaciones en la vida real -le
dijo agotada.
-Hmm.
¿Realmente eran eso esa docena de personajes raros?
-Aunque no parece que esa mujer tenga una cuenta pública, así que podría ser
cualquiera de las dos.
-Entonces, ¿por qué sabes de la cuenta secreta de Futaba?
No tendría sentido tener una cuenta privada, si la gente que la conocía en la vida real
podía encontrarla. Ellas no eran amigas, ni siquiera se relacionaban, así que no deberían
haber intercambiado cuentas.
-Vi su teléfono antes, cuando fui al laboratorio -admitió fácilmente que lo tomó por
sí misma para ver.
-En serio, en qué te estás metiendo mientras tu novio tiene un partido de práctica...
-¡Esto no tiene nada que ver con Yuuma! -Saki reaccionó de forma exagerada, mirándolo directamente.
-¿Qué? ¿Están peleados?
Ella permaneció en silencio y simplemente le dirigió una mirada asesina.
Aparentemente tenía razón y algo había pasado en los días posteriores a su cita en la
playa.
-Bueno, como sea, Futaba ha sido descuidada y tú has sido imprudente -dijo Sakuta.
Gracias a ello obtuvo información que no hubiera obtenido de otra forma, pero...-
¿También revisas el teléfono de Kunimi?
Saki no dijo nada y simplemente siguió viendo a Sakuta con la misma expresión
aterradora de hace rato. Tal vez eso fue lo que causó la pelea. Pensó que sería mejor no
seguirle la cola al conejo hasta el agujero, antes de que todo el enojo se dirigiera a él.
-¿Puedo ver? -preguntó.
Después de decirlo, tomó el teléfono de Saki y pasó por las fotos.
Pronto alcanzó el final, no había más de diez fotos. La primera, era una foto de su
pijama, un conjunto esponjoso con capucha, con unos shorts en la parte baja, por lo que,
sus piernas, con sus suaves muslos hasta arriba, estaban completamente visibles. Sus
suaves y provocadores muslos. Había sido publicada con la frase: "Postearé de nuevo si le
gusta a la gente".
Había nueve publicaciones similares, sin mostrar su rostro en ninguna de ellas. El
primer post tenía la fecha del 20 de julio, una semana atrás.
En cada foto había largas listas de respuestas.
«¡Esos son unos buenos muslos!»
«Esa pijama es linda, ¡quiero usar una así!»
«¿Una chica de preparatoria? ¿¡Con ESE escote!?»
«La forma de "I" demuestra que son naturales, los falsos forman una "Y" ...»
«Lol, ya llegó el profesional en senos"
Y así... Muchas respuestas pidiendo más, y otras pidiendo ver más.
-Si en verdad es Futaba.
-Estoy segura -dijo cortante.
-¿Por qué lo está haciendo?
-Para conseguir más seguidores.
Actualmente, tenía alrededor de dos mil seguidores.
-¿Y qué se logra con ello?
-No se consigue nada.
-¿Qué demonios?
-Todo lo relacionado a la sensualidad es porque que quiere atención -le dijo Saki.
-Ya veo -Sakuta asintió, aún sin entenderlo en realidad. No podía encontrar una
razón del por qué ella se tomó las fotos, o por qué las subió. Pensando lógicamente, era
una acción estúpida, eso era todo. Pero seguramente la misma Rio lo sabía, por lo que, si
había otra razón por la que lo haría pese a su conocimiento, no se le venía a la cabeza.
-¿Cuándo hacen éste tipo de cosas las chicas de preparatoria? -preguntó.
-Yo no lo hago.
-Sólo dilo sin ser violenta.
-Ya te dije que no lo hago, ¿eres idiota?
-¿Aunque hayas tomado éstas fotos? -preguntó mientras le mostraba una foto que
él mismo había abierto.
Era una selfie de Saki abrazando a un oso de un metro de altura, un personaje con la
diabólica expresión de un "oso Gaburincho".
-¡O-Oye! ¡No revises mi teléfono! ¿¡En qué estás pensando!?
-Cuando te vas a quejar sobre otras personas, es importante recordar lo que tú mismo
has hecho.
Le arrebató el teléfono.
-Dios, puedes simplemente preguntarle a ella el resto -dijo antes de retirarse en una
rabieta.
-Tiene una extraña manera de preocupase por los demás -se murmuró a sí mismo
mientras la veía irse. Tenía un extraño sentido de la justicia.
-Bueno, ¿y ahora qué hago...?
Ahora que Saki se había ido, sus pensamientos volvieron a Rio. Ahora mismo estaba en
el laboratorio de física realizando algún experimento, por lo que sería fácil hablar con ella,
pero notó algo...
En la cuenta que Saki le había mostrado, la primera publicación fue hecha hace una
semana, y Rio había dicho ayer que habían pasado tres días desde que había otra Rio. En
otras palabras, hace una semana solo había una Futaba... por lo tanto, ella estuvo
tomándose fotos eróticas y las estuvo subiendo antes de que su Síndrome de la
Adolescencia fuera un problema.
-En serio, ¿qué voy a hacer...?
Tenía conocimiento de la existencia de chicas de preparatoria que estaban
acostumbradas a su sexualidad, que la usaban... o estaban acostumbradas a ello. La frase
"Negocio JK"(estudiante de preparatoria)
" aparecía continuamente en las noticias actuales.

Sakuta solía tratar ese tipo de cosas como algo que pasaba en algún país lejano, y no


estaba realmente informado al respecto. No había escuchado ningún rumor de alguna de


sus compañeras haciendo algo así, y jamás se había involucrado con nada por el estilo por


sí mismo.


-Tengo que hablar con alguien... -se dijo a sí mismo, pero no podía pensar en nadie


que tuviera conocimiento sobre este tipo de cosas-. ...En realidad, sí hay alguien.


No eran personas a las que quisiera ver, mucho menos con quienes quisiera estar en


deuda, pero no había nadie más con quien pudiera acudir.


Suspirando, se quitó los zapatos y regresó al teléfono de tarifa, sacando una tarjeta de


presentación de su mochila al mismo tiempo que las monedas

Seishun Buta YarouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora