"Bien hecho, ¡Equipo de Japón!". El presentador que estaba bien emocionando comenzó con las noticias mañaneras.
"Buenos días, hoy es viernes, junio 27. ¡Qué les parece si comenzamos el día con futbol!".
La TV en la sala de estar mostraba el momento culminante de un partido de una copa mundial que tuvo lugar en el otro lado del mundo. Era un partido de la liga del segundo grupo, que había sido jugado tarde por la noche en Japón. Era antes del medio tiempo y el equipo japonés perdía por un solo punto.
El numero 10
había llevado la pelota por todo el campo pero fue atacado por una defensa oponente demasiado entusiasta. El silbato se escuchó por el estadio y un tiro libre se les fue otorgado desde justo detrás del área de penal.
El numero 4 colocó la pelota en el campo y retrocedió un paso a la vez. Podías sentir la tensión incluso a través de la pantalla de TV.
Sakuta, distraído, miraba la pantalla.
"Yo ya...he visto esto".
Él no habría visto un juego en vivo tan tarde por la noche. Sakuta había visto estos momentos culminantes ayer por la mañana. La pelota pasaría al portero y encontraría su hogar en la red anunciando un gol.
Aguantando la respiración, Sakuta miraba la escena. La pelota trazó una trayectoria en arco justo como Sakuta recordaba, volando hacia la red.
Habían empatado y sus oponentes se mordían los labios en consternación. El numero 4 dejó salir un rugido de triunfo, acompañado de los gritos de los demás jugadores y los aficionados.
Aún con el momento de ese gol, el equipo japonés había ganado un punto adicional en la segunda mitad y mantuvo la delantera hasta una gloriosa victoria.
Los resultados fueron justo como los recordaba, por lo que, para asegurarse de no estar loco, metió su cabeza en su habitación para revisar el reloj despertador.
Estaba a un lado de su cama, su pantalla digital mostraba así mismo la fecha y la hora.
Junio 27.
Igual a como el presentador había reportado.
"Qué...diablos...".
Por lo que Sakuta podía recordar, debería ser veintiocho.
Pero aun así, tanto la TV y el reloj decían que era el veintisiete. Hoy era ayer y ayer era hoy.
"...Ya veo, un sueño".
Sakuta regresó a la cama cubriéndose a sí mismo con el edredón y regresando a dormir.
Si hoy era ayer, él podía dormir hasta mañana. Justo mientras pensaba en eso y cerraba sus ojos, la puerta se abrió.
"¿Onii-chan, no acababas de levantarte?". Escuchó la voz de su hermana. Ella se acercó con pasos lentos.
"No puedes volverte a dormir, despierta".
Ella lo sacudió.
"Voy a dormir hasta mañana".
"¿No te importa faltar a clases?".
"Para nada".
"Entonces dormiré contigo", dijo ella haciéndose lugar en el edredón mientras hablaba.
"Entonces me levanto".
Él se levantó de inmediato.
"¿Eh? ¿¡Tan rápido!?".
Se levantó y pasó a la par de Kaede mientras ella iba de camino a la cama con su pijama de panda.
Moderó sus fantasías y regresó a la sala de estar. Las noticias de la mañana aun hablaban de futbol.
Kaede vino jadeando desde atrás.
"Oye, Kaede".
"¿Sí?".
"Puede que lo que pregunte resulte raro".
"N-No es nada pervertido, ¿verdad?".
"No".
"N-No puedes hacer algo como eso, Onii-chan,"
dijo mientras se retorcía y cubría su rostro, sin escucharlo.
"¿Ayer viste este reportaje?".
"¿...El de futbol?" Preguntó ella, viendo a través de una abertura entre sus dedos.
"Sí."
"Umm, ¿no lo creo?" Kaede casi pregunta, confundida por lo que él preguntaba, frunciendo el ceño levemente.
"Eso pensé... no importa."
Mientras él respondía, Sakuta sintió ansiedad creciendo en su estómago, como si estuviera a punto de verse envuelto en algo malo.
Aun sintiéndose como en un tipo de ilusión, Sakuta desayunó junto a Kaede, quien aún no comprendía la situación, y salió a la escuela.
¿Quizás todo tenga sentido si salgo?, pensó.
"Te veo después, Onii-chan."
Kaede lo despidió con una sonrisa. Contrario a sus hábitos, él fue directo a la estación mientras prestaba especial atención a sus alrededores. Caminó pasando los departamentos y casas independientes que se alineaban por las calles a un lado del parque y cruzó el puente que llegó a su vista dentro de la calle principal.
Mientras se acercaba a la estación, su mirada se llenó con hoteles de negocios y tiendas de electrónicos.
Durante el viaje de Sakuta, no hubo nada que sobresaliera. Había otros
trabajadores yendo a la misma estación que él, amas de casa sacando la basura e incluso el anciano dueño de la floristería limpiando la tienda.
Había tomado alrededor de diez minutos llegar a la estación Fujisawa, justo en medio de la ciudad del mismo nombre, en la prefectura de Kanagawa. Había multitud de trabajadores y estudiantes caminando alrededor del área.
Los trabajadores estaban cambiando a la Línea Tokaido y los estudiantes fluyendo por la puerta de tickets de Odakyu hacia la estación Fujisawa Enoden, al igual que Sakuta. Ninguno parecía flaquear en su camino, caminando rápidamente hacia su destino. Ninguno ni siquiera se permitía dar una mirada a los lados, Sakuta era el único que veía para todos lados sin descanso mientras veía las acciones de los demás.
"¿Soy solo yo...?"
Mientras pasaba por la taquilla de tickets, pudo sentir una inquietud
hormigueante bajo su piel que le decía que ese era, sin duda alguna, el caso.
Esperó en la plataforma por dos minutos antes de abordar el tren que llegaba. Era uno viejo, de solo cuatro vagones. La campana sonó para advertir de las puertas cerrándose y el tren salió.
Después de ser sacudido por el tren alrededor de quince minutos, llegaron a la Estación Shichirigahama en la costa, a unos minutos a pie de la preparatoria Minegahara, la escuela a la que asistía Sakuta. Otros estudiantes con el mismo uniforme que él, deambularon en la plataforma. La esencia de la brisa salada golpeó a Sakuta mientras salía, un signo del verano que se acercaba. En diez días
más, las playas cercanas estarían abiertas y llenas con el público yendo a nadar al océano.
Cuando veía hacia el mar, podía ver las velas de varios windsurfistas* que aprovechaban este buen clima dentro de la temporada lluviosa. Era una vista familiar, nada particularmente raro.
El corto camino a la escuela era el mismo de siempre, lleno con estudiantes de la preparatoria Minegahara. Había chicos de primer año junto a sus compañeros, estudiantes de tercer año con libros en mano, chicas charlando sobre la noche de karaoke que tuvieron después de la escuela el día anterior...
A donde quiera que mirara, Sakuta podía ver lo de siempre.
No había una sola conversación del tipo:
"Oye, ¿esta no es la segunda vez que vivimos este mismo día?".
"¿Verdad? ¡Yo también lo creo!".
"En serio me asusta".
Era solo Sakuta que caminaba aturdido, confundido por este segundo 27 de junio.
"Hola, Sakuta. Tienes el cabello desarreglado de nuevo", uno de sus únicos dos amigos, Kunimi Yumma, le habló después de haber pasado la puerta escolar y entrado a la escuela en sí.
Yuuma había terminado de entrenar con el club de basquetbol, y estaba usando pantaloncillos hasta las rodillas y una playera. Había muchos estudiantes de clubes deportivos que iban a clase con ese tipo de vestimenta y no usaban el uniforme en todo el día, Yuuma era uno de ellos.
"Es mi estilo de cabello."
"Nueva moda, eh...", Yuuma contestó con una sonrisa. Esto también era
normal...de hecho, Sakuta recordaba esta conversación, era exactamente igual a la que recordaba de 'ayer'.
Sakuta guardó silencio.
"¿Qué ocurre, Sakuta?"
"...Nada."
"En serio, ¿qué ocurre?"
"Me molesta que seas tan popular."
"¿Eh? ¿Y eso por qué?"
Sakuta no dijo nada sobre de que estaba siendo la segunda vez que el día de hoy había ocurrido y tan solo siguió la conversación hasta alcanzar su salón de clases.
Las cuatro clases que Sakuta tuvo esa mañana: Matemática, física, inglés, y
japonés, junto con los temas cubiertos por dichas clases, eran, también, idénticos a los de ayer. Incluso el monótono "Esto entrará en el examen" del profesor de
matemática, las mismas bromas tontas del profesor de física, el "Pon atención,Azusagawa" del profesor de inglés y el pintalabios en el cuello del profesor de japonés eran los mismos que había experimentado Sakuta 'ayer'.
Mientras pasaba el tiempo, las dudas de Sakuta comenzaron a solidificarse en una convicción.
Solo mis recuerdos regresaron a ayer.
Ese concepto convertía estas aparentes escenas tranquilas de los salones de clase en algo espeluznante. ¿El mundo se había vuelto loco o, Sakuta mismo era el loco?
"Es el mundo, obvio", se dijo a sí mismo.
Su cuerpo se sentía normal, con los pies en la tierra, sin nada que hiciera parecer a esto un sueño.
Aun batallando con esto, llegó la hora de almuerzo.
"Si hoy es ayer..."
Sakuta debía cumplir una importante promesa a la hora de almuerzo, y solo para asegurarse, salió del salón de segundo año.
Diez minutos después, Sakuta se sentaba en un salón abierto en el tercer piso de la escuela. El mar era visible desde la ventana y sentada frente a él estaba
Sakurajima Mai, una estudiante de tercer año y su senpai.
Tenía una expresión fría en su hermoso rostro. Su apariencia hacia palidecer a las actrices...de hecho; ella era una actriz, una actriz con talento puro y que había actuado desde su niñez. Ella era una celebridad de fama nacional. Durante el año pasado había entrado en hiatus, pero recientemente regreso a sus actividades.
Sobre el escritorio entre ellos había un almuerzo que ella había hecho para Sakuta, la misma comida que él había comido el día anterior.
Pollo frito condimentado, huevos fritos, algas y judías hervidas, y una ensalada de patatas aderezada con pequeños tomates.
Comiendo uno por uno, usaba los palillos para meter la comida a su boca y saborearla. Estaban un poco faltos en condimentos, pero tenían sabores suaves.
No era solo la apariencia, incluso el sabor era el mismo que recordaba.
Sakuta no pudo decir ni una palabra debido a la confusión causada por lo
ocurrido.
"¿Sabe bien?"
"¿Hm?"
Sakuta levantó su cabeza como respuesta a la voz de Mai, encontrándosela de frente.
Ella no ocultaba su desagrado en lo más mínimo y su mirada era sofocante.
Perdido en sus pensamientos, Sakuta había olvidado por completo darle sus impresiones sobre el almuerzo. O mejor dicho, al haber tenido los recuerdos de haberlo hecho, él pensó haberlo hecho ya en ese momento.
"Está delicioso." le aseguró él.
"Pues no se ve que en serio pienses eso."
"Es en serio. Tanto que quiero comerlo todos los días."
"Una propuesta de la era Showa no me va a convencer. ¿En qué pensabas al momento de comer mi almuerzo?"
Mai era perspicaz.
"Pensaba en lo feliz que soy de ser capaz de comer algo que tú hiciste."
No creía que debiera hablarle a Mai sobre esta situación. Ni siquiera él sabía lo que estaba pasando, así que decirle unas impresiones vagas a Mai la harían preocupar innecesariamente.
"Hmmm", Mai dijo llena de dudas.
"Mai-san, ¿puedo preguntarte algo extraño?"
"¿Es algo pervertido?" Kaede había dicho lo mismo, ¿por qué todos tienen esa impresión de mí? Era preocupante en extremo.
"No te diré el color de mi ropa interior."
"Está bien, imaginármelo es suficiente para mí."
"Uwah, que asco", Mai retrocedió, a pesar de que él había hablado en forma de broma, "Entonces, ¿de qué cosa rara hablas?"
"¿Qué soy para ti, Mai-san?"
"Nada más que un insolente kouhai," respondió sin dudarlo ni un momento,asegurándose de enfatizar el "Nada más" tan solo para molestar a Sakuta.
"...Ya veo. Entonces, ¿qué crees que eres para mí?"
"Una belleza...por la que tienes un amor no correspondido, tu amable senpai a la que deseas desde el fondo de tu corazón."
"Correcto", mientras hablaba él llevó un huevo a su boca y lo masticó. Era una pena, pero la relación entre ellos había regresado a su forma anterior, a pesar de que ella había aceptado tener una cita con él.
Deberían ser novio y novia, pero él había sido regresado a ser un insolente kouhai.
Sin embargo, si algún tipo de extraño fenómeno se metía en el camino del
romance de Sakuta, tan solo tenía que conseguir otra cita con Mai.
No podía ponerse de mal humor por un contratiempo tan pequeño, rendirse era impensable.
"Esa fue una muy rara pregunta, en serio, ¿por qué?" Mai lo veía con reservas.
"Pensé que debería asegurarme de conocer como es la situación antes de continuar,"
Sakuta evadió la pregunta con lo que parecía una razón plausible. No
había mentido, él en serio quería saber qué era esta incomprensible situación.
"Lo dudo," dijo Mai mientras estrechaba sus ojos, acercándose a su rostro.
"Más importante, Mai-san."
"No intentes cambiar de tema."
"Te amo, por favor sal conmigo." Sakuta continuó como si no la hubiera escuchado.
Mai seguía mirándolo incesantemente.
"Dije que no intentaras cambiar de tema."
"Y yo preferiría que no ignoraras mi confesión."
"Estoy cansada de escucharla."
"Ya veo... tal parece que fallé. Supongo que iré a buscar a alguien más entonces."
"Oye, espe..."
"Gracias por todo hasta ahora," él la interrumpió con una reverencia y un profundo y desilusionado suspiro de amor no correspondido.
"N-No dije no... ¿¡Qué, ya te estas rindiendo!?" Mai lo veía con un puchero.
"¿Entonces serás mi novia?"
"Ugh... eres tan insolente para ser alguien como tú."
"¿Sí o no?" preguntó de nuevo, sin rendirse.
"...Sí," respondió ella en una apenas audible voz asintiendo
"Lo seré."
Entonces, como si fuera para esconder su vergüenza, Mai sin mediar palabra metió un huevo frito a su boca. Fue un acto tan adorable que Sakuta sintió escalofríos pasar por todo su cuerpo.
"Mai-san."
"¿Q-Qué?"
"¿Me dejas abrazarte?"
"Por qué razón," Mai preguntó cautelosamente, girando sus ojos hacia arriba mientras daba pequeños vistazos a Sakuta.
"Porque justo ahora estas muy linda."
"Entonces no, absolutamente no."
"¿Ehh?"
"Te ves como si fueras a usar eso de pretexto para tirarte sobre mi... Además, esas cosas no son algo a las que puedo decir simplemente 'claro, adelante'."
Las quejas de Mai continuaron.
Su cita a la hora del almuerzo llegaba a su fin con la campanada para clases y ambos partieron a sus respectivos salones.
Durante su viaje, Sakuta vio a alguien familiar en el rellano de las escaleras que tomaba. Ella tenía el cabello corto como era de moda, y maquillaje a penas visible espolvoreado en sus mejillas para agregarles un poco de color, haciendo que su expresión general diera una impresión suave.
Su nombre era Koga Tomoe.
Era una estudiante de un año menor que Sakuta, al cual había confundido con un pervertido.
Su encuentro había dejado a Sakuta tal impresión que él era capaz de recordar ese nombre, Koga Tomoe. En aquel momento, él había intentado ayudar a una niña perdida a encontrar a su madre, puramente por la amabilidad que albergaba en su corazón, pero incluso así, ella había gritado '¡Muérete,lolicon pervertido!' y le había dado una patada en el trasero.
Ella era la misma persona, pero ahora parecía más dócil, con la cabeza baja. Al ver más de cerca, vio que estaba parada frente a alguien. Un chico alto y delgado.
Tenía una buena complexión y probablemente estaba en un club deportivo.
Tenía cabello marrón, el tacón de sus zapatos de interior se veía desgastado al igual que su uniforme. Probablemente era de tercer año, un chico guapo por excelencia.
"Maesawa-senpai... ¿de qué querías hablar?" Tomoe lo veía nerviosa.
Aparentemente, el joven se llamaba Maesawa.
"Dime, ¿te gustaría salir conmigo?"
"¿¡Eh!?"
"¿No quieres?"
"A-ah, um, uh...déjame pensarlo un poco", Tomoe respondió confundida.
"Entiendo, esperaré tu respuesta," contestó Maesawa fluidamente antes de subir las escaleras. Pasar a su lado sería problemático, así que Sakuta rápidamente regresó al corredor.
"Ella es popular. Bueno, es linda." normalmente Sakuta esperaría que todo eso terminara mal, pero hoy estaba de humor para celebrar la felicidad de otros.
Después de todo, había logrado que Mai saliera con él. "Ahora... si llega el
mañana, las cosas serían perfectas."
Esa era la más grande preocupación que tenía Sakuta por el momento.
Correcto, Sakuta estaba cansado de hacer lo mismo, así que decidió poner una idea en práctica, no dormir toda la noche.
Cuando había despertado esa mañana, seguía siendo el mismo día, entonces, ¿qué pasaría si él no durmiera? Así, todo lo que tenía que hacer era evitar dormir y esperar hasta mañana.
Cuando alcanzó las dos de la mañana. Sakuta reprimió un bostezo mientras encendía la TV para distraerse. Estaban pasando un partido de futbol. Los jugadores usaban playeras azul oscuro, eran los Samurái Azules, el equipo nacional de Japón con sus jugadores titulares.
"En serio, dos partidos seguidos..." Incluso si tenían una agenda ocupada, las reglas deberían dictar que debía haber tres días entre cada partido... "¿Hmm?"
Algo llamó la atención de Sakuta. Mientras miraba el desarrollo del juego, pudo ver lo que era.
"Ya he visto esto," murmuró para sí mismo.
Fue justo antes de que acabara la primera mitad... el numero 10 tomó un pase en el centro y llevo la pelota hacia el campo del equipo rival rápidamente. Mientras evitaba a otros dos jugadores, uno de sus oponentes lo pateó desde atrás.
El silbato sonó un poco antes del área de penal, dándole a Japón un tiro libre.
Era la misma escena que había visto esa mañana en lo más destacado de las noticias.
Pero la palara LIVE estaba estampada en letras grandes en la esquina superior derecha de la pantalla, así que lo que se veía en pantalla era una transmisión satelital del partido que ocurría en ese momento al otro lado del planeta.
"...Que buena broma." Él regresó a su habitación a revisar el reloj. Junto con la hora: dos de la mañana con diez minutos, la fecha 'junio 27' era mostrada justo frente a su rostro.
Sakuta no dijo nada. Había bajado su guardia pensando que ya era 'mañana', pero en lugar de eso, había regresado al 'ayer'.
Yendo a la sala de estar, Sakuta miraba el partido. Al silbatazo del réferi, el numero 4 corrió y pateó la pelota. Esta última encontraría su hogar en la red...pero justo cuando anotar parecía inevitable, el poderoso tiro rebotó hacia el campo al chocar con una de las barras de la portería, donde fue barrida y alejada por un defensa del equipo opuesto, negándole así el punto a Japón.
"¿Eh? ¿Qué?" Las cosas habían terminado diferentes a como Sakuta pensaba, y recordó una conversación que tuvo con su amiga, Futaba Rio.
"Entonces, es como....el equipo de futbol japonés tiene un partido, si reviso las noticias veo que ganaron ¿pero si fuera a verlo en directo entonces perderían?"
"Jamás debes ver futbol por el bien de nuestra selección. Ni lo pienses."
Eso fue cuando estaban hablando de algo como...la observación teniendo
influencia en el resultado, pensó.
"No, no hay manera en que..."
El tan solo ver el partido no haría que Japón perdiera.
Prácticamente rezando, Sakuta seguía viendo el partido hasta el silbatazo final, apoyando a Japón, que no pudo remediar el punto faltante, acabando así el juego, perdiendo 0-1.
El presentador de noticias y el comentador en vivo habían hablado de las fallas del equipo. Hablaban sobre cómo el equipo había tenido el mal hábito de no continuar en momentos decisivos...era un punto débil del equipo japonés que era
mencionado mucho.
El presentador informó a Sakuta de cómo el equipo ahora tenía que ganar el próximo partido que tenían contra un país veterano para salir de las ligas
grupales.
"Tendré que hablarle a Futaba sobre esto mañana...supongo que ese mañana es hoy, pero también ayer..."
Sakuta no podía hacer más que sostener su cabeza en sus manos mientras se sentaba solo en la habitación en la profundidad de la noche
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Seishun Buta Yarou
Fiksi RemajaSíndrome de la pubertad: ciertas experiencias poco corrientes que se rumorea en Internet que son la causa del exceso de sensibilidad e inestabilidad durante la adolescencia. Este año, Sakuta Azusagawa, estudiante de segundo en una preparatoria cerca...