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Las ásperas páginas, plasmadas de esperanzas rotas, provocan en Kyungsoo la sensación más extraña. Su pecho duele y unas cuantas lágrimas amenazan con salir luego de leer un poco más de la mitad de aquel diario.

–¿Es normal?– Kyungsoo se pregunta de vez en cuando ante sus repentinos sentimientos.  –¿Esta bien sentirme así por alguien que no conozco?

Dejándose caer rendido sobre su cama, Kyungsoo,  cierra los ojos con la última interrogante rondando en su cabeza una y otra vez. Se siente agotado y poco a poco comienza a dormirse, pero la suave caricia de una mano sobre su cabeza lo detiene. Sin abrir los ojos se incorpora, espera ver a su madre junto a él,  pero se lleva una gran sorpresa cuando logra ver quien está a su lado.

WenYan...– Kyungsoo dice apenas en un hilo de voz a punto de explotar en llanto. –No lo puedo creer, ¡WenYan!–

Lanzándose sobre el pequeño chico, que le recibe con gusto, Kyungsoo llora de felicidad y agradece, agradece con todas sus fuerzas. Ambos ríen y se estrujan en un cálido abrazo que parece durar una eternidad hasta que WenYan se separa y limpia las lágrimas de su rostro.

No tenemos mucho tiempo...– WenYan inicia. –Tienes que recordarlo todo, cada vida en la que haz estado, tienes que recordarlo. Ahora que estoy aquí, que logramos encontrarnos...– WenYan sorbe por la nariz intentando no llorar. –Ella no tiene oportunidad.–

–Lo se...– Kyungsoo sonríe cálidamente y juntando su frente con la de WenYan se permite por primera vez en siglos recordar Hyehwa Dong y la historia del alfa por la que ofreció su vida.

Resulta confuso, pero hace ya un año, antes de que la abuela Do muriera, mientras Kyungsoo se encontraba cuidándola esta le hablaba una y otra vez de un alfa que había encomendado un favor especial a la familia. Un diario que debía pasarse a todos y cada uno de los integrantes hasta encontrar el indicado.

–¿Y como sabes quien es el indicado?– Kyungsoo pregunta mientras toma con cuidado el diario que su abuela le cede con manos temblorosas.

–Al leer, el indicado aparecerá al leer.– La pequeña anciana sonríe y Kyungsoo no tiene más opción.

Luego de unas cuantas páginas las lágrimas cubrían su rostro. Los recuerdos venían pausadamente confundiendole, dirigió su mirada hacia la anciana intentando encontrar respuestas pero dio con el rostro incrédulo de ella.

–Mi pequeño Soo...tu...– Deteniendose a respirar profundamente ella palmeo un par de veces su rostro. –No pronuncies su nombre, no puedes, tienes una enemiga muy peligrosa, si lo recuerdas todo ella te encontrará así como lo hizo hace años. Tienes que esperar. Tienes que buscar el modo de recordar sin que ella lo sepa.

Kyungsoo se rehace en su asiento confundido, sabe de quién su abuela habla pero al mismo tiempo siente que no es así. Todo da vueltas en su cabeza, en un momento las cosas tienen sentido y al segundo lo pierden. ¿Que debería hacer? ¿Como es que llego hasta esto?

–Relajate, no pienses.– Su abuela le habla intentando tranquilizarle. –Estaras bien, encontraremos la manera.

Con el diario entre sus temblorosas manos Kyungsoo se siente perdido, su abuela intenta ayudar pero es difícil y más cuando al pasar los días comienza a soñar con esta mujer que le susurra cosas hasta que una noche se presenta enteramente como Selene, sus recuerdos llegan de golpe y el miedo lo invade. Él no puede recordar su pasado debido a la conexión que tiene con YangMin, el regreso de sus recuerdos significa el regreso de YangMin y por eso se niega.

Tiene que encontrar la manera de recordar sin que ella se de cuenta pues en cada ocasión donde Selene le devuelve los recuerdos YangMin también los recupera.

Semanas de angustia y de peleas con Selene dentro de sus sueños lo dejan agotado, su abuela intenta ayudar pero es en vano. No hay manera de recordar sin que YangMin aparezca, o eso es lo que piensa, pues cuando estaba a punto de perder las esperanzas Selene deja de aparecer directamente en sus sueños y en cambio le da la oportunidad de volver a vivir su primera vida siendo WenYan.

Cada noche al dormir Selene le dejaba volver hasta Hyehwa Dong donde aún poseía su pequeña magia. Esto le dio la increíble idea de conectar su yo del presente con WenYan para que fuese él mismo el que le devolviera los recuerdos. Fue sumamente complicado,  ya que no podía interactuar con WenYan directamente así que comenzó a intentarlo espiritualmente.

Todo marchaba bien hasta que llegó el día de la trágica muerte de la abuela Do. Toda la tristeza que le invadió descolocó sus emociones y también arruinó casi por completo el arduo trabajo que había estado llevando acabo. Aún con todo ese dolor en su corazón intento una última locura, aprovechando la oportunidad que Selene le otorgaba al dormir, forjó un pequeño hilo que conectaba ambas vidas obligándoles a compartir memorias.

Este puente espiritual que había forjado funcionaria el día que Kyungsoo rechazara por completa la ayuda de Selene para así poder brindarle paso a WenYan, quien le otorgaría todos sus recuerdos y también se encargaría de conectar todas las vidas pasadas.

Les había tomado mucho tiempo pero finalmente se habían encontrado. –Estamos juntos ahora.– WenYan susurra con un brillo de esperanza inundando sus ojos. Kyungsoo le sonríe y dispuesto a recordar, por primera vez en años,  se deja llevar por las sensaciones.

Absolutamente todo vuelve a él. Es abrumador al principio pero todo se acopla tomando su lugar.

Un suspiro pesado sale de los labios de Kyungsoo antes de que fije sus ojos en los de WenYan. –No puedo creer que también tengamos a Yeonsun en esta vida.– Kyungsoo ríe nostálgico y WenYan le acompaña.

Si ya sabes quien es Yeonsun, tu...– WenYan detuvo su pregunta en el aire al notar como Kyungsoo volvia la mirada al suelo.

No tengo idea de quién pueda ser Amarock y no entiendo el porqué.– Kyungsoo toma las manos de WenYan antes de continuar. –Pero lo encontraré, lo prometo.

Ambos se abrazan apoyándose silenciosamente antes de que el hilo se rompa por completo. Kyungsoo estruja fuertemente entre sus brazos a su vida pasada intentando compensar todo lo malo que tuvo que atravesar hasta que sus brazos se cierran por completo dando por entendido que la conexión entre ambos se ha roto.

Despertando al fin, Kyungsoo, observa el techo de su habitación sintiendo las lágrimas correr al costado de sus mejillas. Se siente cansado, adolorido y muy caliente. Con dificultad logra sentarse sobre el colchón y es cuando se da cuenta de que está empapado en sudor. Sus manos tiemblan y un pequeño aroma dulce comienza desprenderse de su piel.

–Así que esto es una presentación...– Kyungsoo se dice así mismo sonriendo, burlándose de si mismo por el miedo que le tenía a tal acontecimiento.

Su cuerpo quema haciéndole sudar más por lo que toma la decisión de encaminarse dificultosamente hacia el baño. Tropieza con todo cuando logra salir de la cama y casi que le toca arrastrarse hacia la tina pues sus piernas no respondían debidamente.

El agua fría en contacto con su piel se sintió agradable, por dicha razón se permitió cerrar los ojos sin importarle que el grifo del agua aún siguiera abierto.  No sabe exactamente cuanto tiempo pasó pero la voz preocupada de su madre le obligó a abrir los ojos nuevamente.

Ella se encontraba desesperada, poniendo toallas en el piso para intentar detener el agua que caía abruptamente desde la tina en la que Kyungsoo yacía sumergido aún con el uniforme puesto.

–¿Estas bien?– Ella pregunta realmente preocupada al percatarse de que Kyungsoo la observaba. –Estoy aquí, no te preocupes. Todo estará bien.

Kyungsoo cierra nuevamente los ojos dejándose consumir por el cansancio cuando siente los brazos de su madre rodearle en un abrazo.






















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Estúpido Alfa 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora