— ¿Que es esto? — Kyungsoo sintió como su pecho dolía mientras finas lágrimas se resbalaban por su rostro, en la habitación retumbaba el insistente sonido de la alarma y pequeños rayos de sol comenzaban a colarse por las cortinas de la ventana. Su cuerpo entero estaba siendo abrumado por esta tristeza repentina que de alguna forma se había instalado en su corazón que casi parecía que alguien la había puesto ahí.
—Kyungsoo...— Mamá Do dijo suavemente antes de asomar su rostro por la puerta. —¿estás despierto?— Ella ingreso lentamente a la habitación, dándole el tiempo suficiente a Kyungsoo como para limpiar la humedad de su rostro. —Que bueno, ya estás despierto ¿cómo te sientes?
—Bie...— Kyungsoo carraspeó un poco para aclarar su voz y repitió. —Bien.
—¿Seguro?— Ella pregunto al tiempo que recogía unas cuantas prendas de ropa del piso y apagaba el despertador que aún seguía sonando.
—Si mamá estoy bien.
—¿Estuviste soñando con tu abuela?— Dejando la ropa sobre la cama ella acerca sus manos hacia el rostro de Kyungsoo para poder limpiar las pocas lágrimas. —No has tocado el regalo que te dejo.
—Estoy bien mamá y no necesito lo que sea que haya dejado.
—¿Ni siquiera vas a verlo?
—¿Para que? ¿Para recordar que ya no está?
—Para que tengas siempre presente lo mucho que te amó.
Kyungsoo niega mientras sale de la cama dispuesto a comenzar a arreglarse para ir a clases. Él toma su toalla del gancho colocado tras la puerta y sale rápidamente intentando esquivar las miradas de su madre.
—Voy a traerlo a tu habitación para que le des un vistazo, ¡ya ha pasó un año, creo que está bien ahora!— Kyungsoo le escucha decir antes de cerrar con seguro la puerta del baño.
El tiempo se le va volando y cuando menos cree se encuentra ya caminando por la misma acera de siempre, el mismo trecho que ha recorrido desde que tiene memoria. Los árboles de cerezo a cada lado de la acera se encuentra abarrotados de flores y en ese día el dulce aroma es acompañado de una brisa fría, esto a pesar de que el sol se eleva alto en el cielo.
Su andar le lleva rápidamente hacia las puertas de la escuela y luego a su real destino, el aula E12. Cuando ingresa la mayoría de asientos están vacíos y este hecho le confunde pues siendo ya las siete de la mañana el lugar debería estar repleto. Sus pies lo hacen avanzar hasta su asiento y antes de que pudiera tan siquiera dejar su mochila la voz de Junmyeon lo interrumpe.
—Kyungsoo-ah, el profesor Xiao se reportó enfermo. Puedes hacer lo que quieras en este primer periodo.
Kyungsoo asiente suavemente mientras deja su mochila sobre la mesa del pupitre y sin observar a su alrededor sale al pasillo con dirección a los patios traseros. Su corazón se acelera y mientras baja las escaleras siente que el aire se le corta, sus manos tiemblan y su cuerpo se desespera. El camino se le hace interminable y cuando por fin logra dar con la puerta sus músculos se relajan.
Los árboles se mueven tranquilos afuera y algunos pájaros cantan sobre las ramas más altas, el pasto verde le llama y sin poder evitarlo se deja caer logrando percatarse de que el cielo está completamente azul esa mañana. —Hermoso...
Unos minutos después escucha pasos detrás de él y en cuanto puede percibir el olor un caramelo su mente trabaja en un solo nombre, en una sola persona. Baekhyun.
—¿Ya te sientes mejor?— Baekhyun pregunta mientras toma asiento. Kyungsoo se encuentra perdido y nervioso, él no sabe que hacer o qué decir y sus pensamientos están enredados como una bola de estambre. —No tienes que decirme que te pasa, sólo quiero saber si estás bien.
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Estúpido Alfa 🍃
Fanfiction🍃 Se conocieron en el inicio de los tiempos mientras sus nombres originales se grababan letra por letra en los pensamientos del otro. Amarock, el alfa del bosque, y WenYan, un simple humano, entrelazan sus corazones prometiéndose amor eterno el cua...