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Sehun nunca se había puesto a pensar en la primera vez que usaría su voz de alfa, en realidad él nunca se detuvo a pensar en que algún día sería un alfa.

Su cuerpo quemaba y sus huesos dolían mientras sus oídos eran obligados a soportar el incesante ruido que se hacía por la extraña mezcla de los molestos gruñidos de su lobo y las voces histéricas de las personas que le rodeaban. Su madre era la más alterada al tiempo que su padre golpeaba con molestia lo que parecía ser una mesa, sus sentidos no le permitían distinguir muy bien lo que sucedía frente a sus ojos mientras se encontraba recostado sobre la dura camilla de lo que suponía era el hospital general de Seoul.

Pasos moviéndose de un lado a otro, respiraciones rápidas, lentas y profundas, personas tosiendo, llorando, gritando, riendo, vomitando y hablando, golpes incesantes demostrando algún sentimiento de ira o desesperación y lo peor de todo...el llanto silencioso de su madre mezclado con la desesperación que su lobo estaba sintiendo, tenían a Sehun al borde de un abismo profundo de locura.

¿Qué persona en su sano juicio es capaz de soportar tanto sin poder quejarse o pedir que se detenga?

Sehun luchaba internamente por tomar el control de la horrible bestia insolente que se le había dado como lobo, esta parte de él cubierto de un pelaje grueso y grisaseo que gruñía sin parar molesto y prepotente estaba negándole el control de su propio cuerpo mientras destrozaba poco a poco cada músculo y hueso que lo mantenía dentro. Esforzándose como nunca lo había hecho, Sehun, empujó lejos a su lobo y lo mantuvo a raya unos escasos segundos solo para verificar su sospecha.

—Tienen que darme el permiso para poder sedarlo o está estúpida pelea que tiene con su lobo terminara matándolo.— Sehun escuchó a uno de los doctores decirle a su padre mientras esté negaba.

—No es necesario mi hijo es fuerte, él es un Oh y no se dará por vencido.— Su padre contesto y le dirigió una mirada que nunca había visto.

—Por favor...— Su madre suplico y sus ojos se cerraron fuertemente cuando un crujido se escuchó, Sehun supo que otro de sus huesos se había roto

—El lobo esta intentando salir y si no lo dormimos, señor Oh, su único hijo morirá.

Pasos rápidos se acercaron y sus oídos captaron una respiración agitada moverse en dirección a ellos cortando por completo la respuesta negativa que seguramente su padre daría.

—Doctor...— La chica inicio cuando estuvo lo suficientemente cerca.

—Adelante, son familiares del paciente.— El respondió fijando su vista en los papeles que la chica cargaba.

—Según los exámenes de laboratorio, el paciente Oh Sehun muestra en sus células sanguíneas el mismo patrón que el de la señora Oh...— Observando con cautela a todos los presentes la chica extendió los papeles al doctor, quien luego de asentir, dijo.

—Sehun es un omega y debido a la violencia con la que el lobo quiere salir a la superficie me confirma que aún no se han acoplado, es decir que su hijo señor Oh rechaza a su lobo y si no hacemos algo en este momento ambos van a matarse.

—Sehun...— Mientras su madre acariciaba sus cabellos Sehun volvió al pequeño lugar vacío donde se encontraba antes luchando por el control con su lobo.

¿Estaba confundido?

Si

¿Sabía que hacer?

No

¿Su lobo era un Omega?

Demonios, no. Esa bestia era nada más y nada menos el alfa más arrogante que nunca vio en su corta vida.

Estúpido Alfa 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora