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Respiro profundo una última vez y forzando una sonrisa en su rostro se colocó cerca de su hermana mientras hacía diversos comentarios acerca de la comida que sus padres servían en el restaurante.

Desde que había entrado los omegas más jóvenes habían fijado su vista en el, incomodandolo, pero supo sobrellevarlo...tal y como siempre lo hacía.

Inspeccionó a todas las personas en el lugar y no descubrió mucho, la mayoría de omegas babeaban por él y por cualquier movimiento que hiciese, todos menos una pequeña pareja colocada detrás del sillón más grande. Por lo poco que pudo observar tenían una pelea pues la chica dió un golpe al brazo del joven junto a ella para luego soltar su agarre y fijar la vista al frente.

Chanyeol siguió inspeccionando pero todo parecía igual que siempre y comenzaba a aburrirse, cuando volvió su vista hacia la pareja observó a la chica sola y el pequeño chico ahora reposaba en una esquina cerca de la entrada mientras observaba a los demás con una sonrisa divertida en el rostro.

—¿Que se le hace tan divertido?— Pensó Chanyeol mientras fijaba su vista en algún punto del piso, de repente su padre hablo dejando escuchar su voz con un tono natural de mando.

—Muy bien todos...— Inicio sonriente.       —Antes de pasar a cenar les quiero presentar, de nuevo a mi hijo menor. Park Chanyeol.

El recién mencionado pudo ver como los invitados posaban sus ojos en él, admirandoló así que sonrió tranquilo mientras hacía una pequeña reverencia. Su padre pasó un brazo por sus hombros dejándole sentir el aroma fuerte a café que era típico en él cuando estaba feliz.

Junto al resto de invitados subieron a la terraza donde tomarían la cena, hermosas lámparas esparcidas por diversos lugares y las mesas cubiertas por blancos manteles daban un aire de elegancia, el viento soplaba suave esparciendo pétalos por el lugar haciendo lucir bello el nocturno panorama.

Las mesas se llenaron en segundos y los meseros se movieron por el lugar atendiendo los pedidos de los invitados, lástima que Chanyeol no había podido pasar de la entrada pues en cuanto su padre le dejo para poder ir junto a su madre dos omegas lo habían abordado y estaban insinuandose y tocando sus brazos enviando escalofríos a su espalda debido a la incomodidad.

—Nos puedes tener a las dos si quieres— Ronroneo la rubia mientras acariciaba el músculo de su brazo.

El olor a exitación se hacía más fuerte incomodando aún más a Chanyeol y colmando la paciencia de su alfa.

—Es muy amable de su parte, pero no— Respondió Chanyeol mientras sonreía y alternaba su vista entre ambas omegas.

—¡Me puedes tener sólo a mí!— Dijo la linda castaña posando sus manos en el pecho de Chanyeol.

—No chicas, en serio lo siento.

Sin más Chanyeol dió la vuelta y bajo con calma los primeros cinco escalones, cuando estuvo seguro de que nadie lo veía bajo a toda prisa el resto de la escalera hacia el primer piso. Respiro rápido intentando recomponerse de la reciente carrera y se dirigió a la sala sentándose en uno de los sofás individuales.

Su respiración se calmó segundos después y las esperanzas de encontrar a la extraña persona se desvanecían poco a poco; sus ruidosos pensamientos fueron cortados por los pasos de alguien más entrando a la sala.

Era aquel pequeño chico de antes, este se había dejado caer en el sofá frente a él.

—¡Aaaahh estoy harto!

—Tu también ¿eh?— Sin pensarlo las palabras habían salido de su boca provocando que el chico frente a él abriera demas los ojos por la sorpresa, sonrió un poco debido a ello.

—Si...bueno yo...mm... ¿Sabes donde están los demás invitados?— Soltó por fin, luego de haber tropezado un poco con sus propias palabras.

—Claro, están en la terraza— Respondió Chanyeol apuntando el techo con su dedo índice.

—Oh, muchas gracias— Se despidió amable mientras graciosamente veía hacia donde Chanyeol apuntaba, provocando que este implantará una sonrisa en su rostro.

La primera sonrisa real del día.

—Claro.

El pequeño chico se levanto del sofá así nada más, alejándose tranquilamente, saliendo por completo de la habitación para luego dirigirse a las escaleras, donde se perdió de vista. A Chanyeol, le tomo algunos segundos encajar las piezas, pero finalmente lo logró, ese chico era la persona que había salido al jardín, ese chico era su chico.

Sonrió feliz dejándose hundir por completo en el comodo sillón, al fin alguien que no lo hostigaba. No sabe cuantos minutos estuvo sonriendo de esa boba manera pero debieron ser muchos pues el rostro comenzó a dolerle, aún así no dejo de sonreír.

Pasos nuevamente inundaron sus oídos, los tacones de su madre golpeaban levemente la madera bajo sus pies hasta que el silencio reino de nuevo.

—Chan...— Lo llamo ella —Has estado algo ausente de la fiesta y lo comprendo, es difícil mudarse así que quiero presentarte a alguien.

Su madre sonrió ampliamente frente a él mientras hacía señas hacia la puerta indicándole a alguien que entrara. Chanyeol sólo acertó a apretar con fuerza sus ojos rogando para que su madre no quisiese emparejarlo.

Pero estaba muy equivocado.

—El es Do Kyungsoo, vive a dos cuadras de aquí y sus padres son dueños de la hermosa cafetería frente al VivaPolo— Su madre se veía encantada mientras tomaba de los hombros al pequeño chico de antes.

Alternando la vista entre su madre y el pequeño chi... Kyungsoo, Chanyeol se puso de pie y realizó una venía que fue correspondida al instante por el bajito.

—Los dejaré sólos- Sin más, YoungMi, salio prácticamente corriendo de la habitación dejándolos en un silencio sepulcral.

—Así que.....

—Mi madre es...

Silencio de nuevo, o al menos por cinco segundos pues el gruñir del estómago de Kyungsoo lleno la habitación provocando que este llevará una mano a sus mejillas, intentando en vano ocultarse de la vergüenza.

Cruzando sus miradas, por alguna extraña razón ambos, rompieron en sonoras carcajadas.



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❤️

Estúpido Alfa 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora