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–No me creerás si te lo digo. Verás eran los años ochenta cuando por fin di con él. No había cambiado nada, tenía el mismo rostro, la misma energía y la misma sonrisa.– Chanyeol suspira mientras siente su pecho quemar. –Nos encontramos por casualidad en un lugar apartado en Jeju. Yo estaba aburrido, dando vueltas por las calles y él, él pasó del otro lado de la acera cargando muchas bolsas con sus pequeñas manos.– Una leve sonrisa se instala en el rostro del alfa al recordar el tierno momento. –Se esforzaba mucho en no dejar caer nada mientras tenía esta expresión de molestia en su rostro. Mi corazón se aceleró demasiado cuando lo vi, se sentía como que moriría en cualquier segundo así que corrí. Corrí lo más rápido que pude cruzando la calle para poder llegar a él. Me noto enseguida, su rostro paso de estar molesto a estar confundido tan rápido que no supe que hacer o que decir así que lo besé. En cuanto lo tuve cerca lo besé. Él soltó las bolsas y se quedó quieto, muy quieto.– Chanyeol revuelve sus cabellos mientras un pequeño sonrojo adorna sus mejillas. –Creí que me golpearía, pero al ver su rostro, al ver sus ojos fijamente después de aquel beso apresurado él...lloró. Lloró y se disculpó mucho. Intente calmarlo pero él seguía disculpándose por haberse ido antes y por haber tardado en recordar mi nombre. Se veía desesperado, asustado y feliz.

–Y si se encontraron...– Sehun interrumpe no queriendo ser grosero. –¿Por qué no están juntos?

–No lo se. Ese día yo quise seguirlo hasta donde vivía. Quise quedarme con él. Colgarme como un parasito, pero me evito de todas las maneras y me obligo a prometerle que nos veríamos en esa misma calle a la misma hora el día siguiente. Casi me vuelvo loco, es decir, acababa de encontrarlo después de tanto tiempo y en vez de casarnos en ese mismo instante el quería poner más tiempo entre nosotros.– Con el ceño fruncido Chanyeol ve a Sehun a los ojos intentando ser comprendido.

–¿Aceptaste?– Sehun pregunta recibiendo un asentimiento como respuesta.

–No pude hacer nada más. Así que lo espere el día siguiente y el siguiente y el siguiente y el siguiente del siguiente y así como por casi un año hasta que sentí su olor. Era leve, casi imperceptible, pero lo rastreé como un psicópata. Di vueltas en muchos callejones hasta dar con una pequeña casa. Encontré a quien me dijo era su hermana menor. Según parece WenYan desapareció el mismo día que nos encontramos. Él regresó a casa y dejó las compras que llevaba para luego salir de nuevo y nunca volver.– Mientras un nudo se formaba en su garganta Chanyeol continuó. –Casi veinte años después de eso su hermana me contactó de alguna forma y me dijo que WenYan fue asesinado, pero no se sabe por quien. Termine destrozado y revelándole toda mi vida a ella. Me escucho atenta y decidió que me ayudaría pasando un objeto mío a todas las generaciones de su familia, con la esperanza de que WenYan reencarnara con ellos.

–Entonces...¿dejaste algo marcado por ti como reliquia familiar para una familia en la que WenYan podría o no aparecer?– Chanyeol asiente inseguro reflexionando y con ello destruyendo sus esperanzas.

–Que estúpido.

Sehun asiente ante las palabras del mayor mientras su cerebro revela más y más fallas en el plan de su mayor. –¿Cuál es el apellido de la familia a la que le dejaste la reliquia?

–Eh...– Chanyeol duda, en su cabeza no aparece un apellido y al analizar sus recuerdos, su apreciado WenYan no tiene un rostro. Todo es borroso y confuso porque recuerda las sensaciones y los olores pero cuando se concentra en su rostro todo se distorsiona. –Lo olvide...– Su corazón late rápido y su pecho se comprime por el miedo. – Olvide su rostro...olvide a Wenyan...

Sehun se preocupa cuando Chanyeol comienza a hiperventilar al tiempo que sus manos y cuerpo entero tiemblan. Se ve asustado, aterrado.

–¡Lo olvide, olvide cómo es!

–Está bien, hyung, tranquilo. Lo recordarás, tranquilo.

–¡No lo entiendes! Estoy olvidándolo, estoy dejándolo atrás. Sehun, lo estoy perdiendo.– Repentinamente Chanyeol se quiebra, sus emociones salen a flote haciéndole ver frágil y desesperado mientras busca consuelo en los brazos de su sobrino.


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Kyungsoo suspira, la tarde está cayendo y los últimos coloridos rayos del sol entran por su ventana iluminando la habitación

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Kyungsoo suspira, la tarde está cayendo y los últimos coloridos rayos del sol entran por su ventana iluminando la habitación. Toda la casa permanece en silencio, ya que es el único en ella. Confundido y sin saber que hacer luego de un cansado día de escuela Kyungsoo observa desde su cama la pequeña caja, que seguramente su mamá dejó, sobre el escritorio.

En ella las ultimas pertenecías de su abuela aguardan. Un diario viejo y una chamarra negra igual de vieja, una que otra flor seca conservada entre las páginas del diario y la pluma con que este, en su momento, fue escrito. Kyungsoo había hojeado antes aquel diario, a pesar de ello no recordaba absolutamente nada de lo que decía.

Estando solo y con sus pensamientos atormentándolo se decidió mientras se sacaba la chaqueta del uniforme. Vería una última vez lo que sea que su abuela escribiera en ese diario y lo dejaría en el olvido nuevamente pues quería mucho a la pequeña anciana y recordar que no estaba más afligía su corazón terriblemente.

–Bien. – Kyungsoo intenta darse valor mientras se acerca y toma entre sus manos el pequeño cuaderno. Lo abre sin pensar y la letra cursiva, un tanto desgastada por los años, le da la bienvenida.

No se toma el tiempo de leer algo en concreto, simplemente pasa las paginas encontrándose de vez en cuando con una flor seca hasta que un pétalo blanco cae a sus pies. Kyungsoo deja el diario sobre el escritorio para recoger el pétalo y al incorporarse nuevamente sus ojos se enfocan en las líneas temblorosas frente a él.

''...¿Cómo puedo superarte?, ¿Por qué tenemos que estar separados?, hay demasiadas sombras de tu amor a mi alrededor.''

Kyungsoo siente como su corazón se estruja y duele al leer esas simples líneas. No sabe por qué y eso le confunde. Entonces toma nuevamente el diario y se dirige con prisa hacia la primera página.

'' 26 de marzo, 1880. Es viernes y hay luna llena. Realmente no sé cómo iniciar esto, es algo que leerás más adelante y no quiero que pienses que soy un perro inútil. Yo simplemente quiero...te quiero a ti WenYan. Aunque tal vez ya no lleves ese nombre. ¿Me pregunto si acaso lo recuerdas, recordaras el mío?

Amarok.''

''27 de marzo, 1880. Sábado.

Es primavera y después de una larga charla conmigo mismo he decidido empezar el día dos de este diario con lo que estoy pensando. No sé si vuelvas en esta familia, en este país o si quiera en este continente, pero escribirte mantiene, de alguna manera, mis esperanzas de encontrarte. Este triste lobo que dejaste atrás aún espera que vuelvas. ¿Recordaras si quiera que me has dejado atrás?  Espero que sí.

Amarok.''

Kyungsoo sostiene con cuidado la margarita seca entre sus manos mientras su corazón late fuerte y el nombre de aquella persona hurga profundo en sus pensamientos. Definitivamente, su abuela no escribió ese diario y por primera vez sus últimas palabras cobraban sentido.


























Gracias a todas esas personas que permanecen aquí.
Mil disculpas por la tardanza y si necesitan
un repaso de la historia o aclarar
dudas estoy a la orden.
❤️

Estúpido Alfa 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora