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Lunes 6 am, Residencia Do.

Sus piernas se movían velozmente sobre el lodo mientras las últimas gotas de lluvia impactaban contra su cuerpo. Su mente trabajaba hasta más no poder intentando idear algo para poder escapar pero nada lo suficientemente bueno se le ocurría.

Llegó al pie de la cornisa y subió sobre la plancha de roca que cubría los bordes, giro hacia la izquierda luego hacia la derecha y suspiró aliviado de haberle perdido pero su corazón se detuvo y luego volvió a latir, dolorosamente, cuando lo vio aterrizar frente a él.

Se sostenía sobre sus fuertes patas, un lobo de casi dos metros, de pelaje negro y sedoso, con los ojos inundados de un rojo brillante y los blancos colmillos, asomándose fuera del hocico, tan largos y filosos intimidando a cualquiera que osé verlos o peor aún luchar contra ellos.

Kyungsoo tembló cuando la bestia ante sus ojos avanzó a paso lento. Retrocedió hasta sentir la pared de piedra tras el y cerró los ojos en un intento por evitar lo que venía. Su corazón latiendo como nunca antes y el aire abandonando sus pulmones de a poco, estaba entrando en pánico.

Sintió el tibio pelaje rozar contra su pecho y una agradable voz hablar en lo más profundo de sus pensamientos.

—Te encontré...— La voz se dirija a el en un tono dulce y amoroso, pero su nombre había sido cambiado.

Más calmado, abrió los ojos y se encontró con la, ahora, oscura mirada del lobo, este lamió su mejilla derecha y se abrió paso hasta hundir la cabeza en su cuello, restregándose enérgicamente provocando risas en el pequeño humano.

—Ya basta..— Murmuró Kyungsoo entre risas mientras se sostenía del suave pelaje.

—Quiero que mi olor se impregne en ti...— Resonó la misma voz en sus adentros, tan cálida y suave.

Un golpe se oyó tras ellos, el lobo se apartó bruscamente y Kyungsoo tembló cuando vio un cuerpo impactar fuertemente contra la roca. Un grito se ahogó en su garganta mientras sus piernas flaquearon dejándolo caer al suelo, su estómago se contrajo y la bilis subió a su boca.

Bajo su rostro y fijo su mirada en la tela del pantalón, un crujido y luego algo siendo arrastrado, Kyungsoo cerró los ojos sabiendo lo que venía. Una mano tomó la suya y sintió el olor a sangre invadirlo mientras un frío aliento chocaba contra su oreja.

—Despierta kyungsoo.— La suave voz del lobo lleno sus pensamientos e ingenuamente abrió los ojos para toparse con el rostro ensangrentado y deforme del chico de su anterior pesadilla.

Abrió los ojos, despertándose, de golpe encontrándose con el techo blanco de su habitación, respiraba rápido y los fuertes latidos de su corazón inundaban sus oídos.

Se sentó sobre el colchón y jalo sus cabellos, ¿Porque demonios estaba teniendo esas pesadillas?

Algo alterado salió de la cama y dio unas cuantas vueltas molesto sobre la alfombra, minutos más tarde su respiración se calmó y su corazón trabajo a ritmo normal haciéndolo suspirar. Todo el lugar estaba en silencio y el sol apenas se asomaba, la alarma comenzó su nefasto sonido y Kyungsoo resopló apagandola, seis treinta, hora de ir a clases.
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7:45 am, Secundaria de Bellas Artes de Seoul. Pabellón de segundo año, aula E12.

Aun con el sueño invadiendo su cuerpo, Kyungsoo, ingreso a su aula de clases y camino hacia la tercera fila para poder tomar su asiento, justo al final de esta.

Bostezó perezosamente mientras dejaba sus cosas en el suelo para luego acercarse a Baekhyun y robar un trozo del sándwich que estaba comiendo.

—Hola y buenos días a ti también.— Murmuró Baekhyun, escondiendo su sándwich.

Kyungsoo solo bufo y tomó asiento viendo a tres chicas entrar emocionadas al salón.

—Ay no, si vienes de ese humor ya no. Tú te llevas y no te aguantas.— Hablo Baekhyun haciendo un puchero al ver la cara de asesino que Kyungsoo ponía cuando estaba de mal humor.

—Ya no de que Baekhyun, ¿de qué hablas?— Pregunto finalmente Kyungsoo.

—Es que iba a continuar con la charla del sábado pero ya no.— Baekhyun le saco la lengua infantilmente y Kyungsoo puso en los ojos en blanco.

El aula se llenó rápidamente y el timbre sonó dando inicio a las clases de ese día. Kyungsoo bufo por tercera vez y saco sus libros con evidente molestia. El profesor ingreso y todos se pusieron de pie siguiendo las instrucciones del presidente de la clase, dieron el saludo al profesor y tomaron asiento de nuevo.

El cuarto bufido salió, provocando que Baekhyun riera. Kyungsoo de mal humor era algo que daba miedo pero en cierto punto era gracioso.

Hora y media de pura palabrería había transcurrido y Kyungsoo sentía sofocarse, cuando estaba a punto de mandar todo al demonio las chicas de su salón gritaron como locas mientras el director se dejaba ver en la entrada.

Baekhyun golpeó suavemente su brazo preguntando que ocurría y Kyungsoo negó confundido viendo a su profesor salir del salón para minutos después entrar y callar a las locas del salón.

—Muy bien, el director acaba de informarme que hay un nuevo alumno...— Inicio mientras veía a la puerta.- Pasa y preséntate al grupo.

Luego lo inesperado-esperado, Chanyeol entró portando el uniforme amarillo de la escuela con sus casi dos metros de altura y su cabellera roja.

—Hola..- Sonrío parándose al frente de la clase.- Soy Park Chanyeol, por favor cuiden de mi.

Muchos gritos se escucharon y Chanyeol sonrió galante, Kyungsoo bufo por quinta vez y giro hacia Baekhyun encontrándolo casi ido viendo hacia el frente. Kyungsoo golpeó a su amigo y este reaccionó a los segundos viéndolo de una torpe manera mientras un extraño brillo inundaba sus ojos.

Oh no.

El brillo Oh Sehun se había convertido en el brillo Park Chanyeol.

—Mierda.

Y este era Kyungsoo soltando la primera maldición del día.




























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Santas chimichangas :0
❤️

Estúpido Alfa 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora