✧Hate Or Love? (L. S.)✧

𝐓𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐎𝐧𝐞.

Veinte semanas de gestación.

Un mes había pasado, en unos días tenían cita con el doctor para ver que todo se encontraba en orden.

La pancita de Harry ya era más notable, usaba ropa holgada para su comodidad. Mientras que Louis, lo protegía mucho. En realidad ese instinto protector se activo desde que sospecho que el bebé estaba en camino y se fortaleció cuando el doctor le afirmó sus sospechas.

Además era claro que no iba a dejar que dañaran a su novio. Al parecer Eleanor había aprendido y aunque nunca se entero de quien fue el culpable de su "accidente" no volvió a meterse con Harry.

(...)

El rizado estaba tomando un baño, para luego salir y vestirse con un pantalón deportivo, una sudadera amplia, tenis y peinar un poco sus rizos. Por lo que Louis se encontraba en casa arreglandose un poco, luego tomó su teléfono, cartera y llaves para salir, dando un grito de despedida hacia Charlotte.

Tomo el auto y fue camino a la casa de Harry, pasaría a recogerlo para luego ir a la cita en el médico. Tal vez estaban un poco (demasiado) emocionados, quizás les dirían el sexo del bebé. Ya eran aproximadamente cinco meses, por lo tanto si tenían suerte y el/la bebé quería, sabrían el género.

Llegó a su destino y bajó del auto para tocar el timbre, sonriendo cuando una cabellera rubia apareció en la puerta.

—¡Hola, Ni! ¿Que tal todo?

—Hey, todo genial. En un momento baja Harry, estaba buscando un papel.

—Oh sí, bien.

—Hola BooBear—saludo algo tímido.

—Hola pequeño, ¿ya estas listo?—el rizado asintió.

—Nos vemos más tarde, Ni—se despidió y salió con su novio.

Louis le abrió la puerta para que subiera, después de colocarle el cinturón de seguridad se dirigió a su lugar al otro lado del coche. También se coloco el cinturón e iniciaron el recorrido hacia la clínica.

Llegaron a buen tiempo, preguntaron por el doctor que les iba a atender, el mismo de siempre en realidad, y luego los pasaron al consultorio.

—Buenas tardes chicos ¿como va todo?—saludo animadamente.

—Buenas tardes doctor Reynolds, todo va muy bien—respondió Harry con una sonrisa.

—Ya veo que si, bueno... Vamos Harry, por acá—lo dirigió a la báscula.

Tomo altura y peso, también signos vitales y todo estaba muy bien.

—Hasta ahora todo perfecto, así que vamos a ver como va el embarazo, pasa a la camilla y recuestate, Harry.

Los dos fueron hacia la camilla y Louis ayudó a que subiera, alzó la sudadera lo suficiente para dejar ver su pancita, dio un respingo cuando el frío gel tocó su piel.

Ambos se encontraban viendo la pantalla donde ya era más clara la imagen, se podían distinguir sus brazos y piernas.

El momento más sentimental donde los dos sacaban lágrimas de emoción, fue cuando el doctor les dijo que podrían escuchar los latidos del corazón del bebé. Louis aceptó sin dudarlo, al igual que Harry. Y estaban demasiado felices.

Quien diría que después se llevarían una gran sorpresa...

—Chicos, hay una noticia...

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