El príncipe del reino Azul [L.S]

13. Cautivador

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Cautivador

Louis sabía que, si su padre estuviese vivo, aquel momento no sería tan estresante. Es más, siempre había imaginado los preparativos de su coronación como un tiempo extra que pasaría con sus padres, que viviría con ansias, felicidad, nervios.

Pero no, eso no era así. Lo único que sentía en su cuerpo era tensión, el incesante deseo de echarse al suelo y consumirse allí.

Se subió al carruaje, dispuesto a pasar en tranquilidad las largas horas que tenía por delante. Iría con sus hermanas a la ciudad de Salford. Era necesario que continuase las tradiciones de su padre, y debía viajar alrededor del Reino para asegurarse de que todo se encontrase en orden. Allí sería que seguiría organizando cosas para los próximos meses con Francis, el consejero real, que ya estaba allá.

Lottie se subió detrás de él, junto a Phoebe.

—Magnus probablemente ya esté allá cuando lleguemos —comentó, mirando a Louis con nerviosismo. Él suspiró, era evidente que estaba enamorada de él.

Había pasado dos meses desde la primera visita de Magnus de Noruega al Gormwolf, y, desde ese entonces, no había vuelto a su reino. Se había quedado allí, y eso, en parte, no dejaba de satisfacer a Louis, porque el joven había estado varios días merodeando por el reino, pidiendo permiso para pasear por los jardines y por el pueblo con Charlotte, demostrando realmente su interés. Eso le alegraba.

Sólo cinco días atrás el muchacho le había comentado que visitaría algunas regiones del reino que no conocía. Fue entonces que Louis le hizo saber que para esas fechas viajarían a Salford, y que estaba invitado a visitar el castillo de esa región. Evidentemente, había aceptado.

Cuando su hermana lo supo, no comprendió si lo que había alegrado a Lottie era que fuese a ver de nuevo a su amado, o que fue Louis quien lo invitó.

—Probablemente esté allí —asintió— no me sorprendería que así fuera, es un jovencito lleno de intensidad —le hizo saber, logrando que riese.

—Quizás, pero es adorable.

—Eso ya no puedo determinarlo yo.

Daisy y Félicité subieron entonces, sentándose en los asientos vacíos. Louis se levantó y se asomó por la puerta. Fuera del mismo había dos decenas y media de guardias en caballos, dispuestos a custodiar el viaje de la familia real. En la puerta del palacio habían más de ellos, custodiando el castillo. Sentado en la parte de atrás del carruaje estaba Liam.

—Liam, ¿no quieres entrar? —le preguntó— Para tener guardia adentro también —aclaró, a pesar de que fuese mentira.

Estaba aterrado. En un viaje había sido que sus padres habían muerto, y a pesar de disponer de más del doble de la seguridad que usualmente tendría, seguía sintiéndose inseguro, pero prefería tener un hombre menos en la custodia si eso significaba que Liam estaría adentro con ellos, más seguro que afuera.

No podría permitirse perder a su mejor amigo.

No a él.

Liam asintió, y rápidamente entró también al carruaje, sentándose a su lado.

—Todo saldrá bien —lo tranquilizó, poniendo una mano en su hombro— Así que, ¿Magnus irá hacia allá, o desaparecerá una semana más? —le preguntó a Lottie y ella sonrió.