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Dulce
El día catorce del mes que daría la bienvenida al otoño, Louis se halló en el sur con sus hermanas. Estaba en el Palacio de Bouchard, en la sala de reuniones con la Cámara de los Lores.
—Yo, su alteza, considero que la prostitución debe ser penada. Las mujeres, si es que se las puede llamar así, que acuden a ello deben ir a prisión, no hacen más que esparcir enfermedades, bajo el ideal de obtener placer y dinero al mismo tiempo —opinó uno de los representantes del oeste— Contaminan a nuestros habitantes, las mujeres que aspiran a más en nuestra sociedad pueden verse distraídas por ideales tan bajos.
—Si me concede la palabra, su majestad, yo opino que las mujeres que recurren a la prostitución, es porque realmente no tienen otra alternativa y debemos permitirles el oficio de tal.
Algunos, ante aquella declaración, exclamaron indignados.
La discusión había tomado largas horas de la mañana, y Louis deseaba acabar con ella y poder llegar a una conclusión para poder prepararse mentalmente para la reunión con la Cámara de los Comunes, que tomaría toda su tarde.
—Habiendo oído las posiciones de cada uno de los miembros —comenzó a hablar, generando silencio entre los presentes— y habiendo investigado y consultado acerca de la problemática con sabios, he llegado a la conclusión de que las mujeres que recurren a la prostitución lo hacen por la falta de otra alternativa para obtener dinero para vivir. —declaró, pero continuó con su discurso antes de que alguien pudiese objetar— Sin embargo, no permitiré que se continúe con ello. Mi propuesta es comenzar un plan para reubicarlas en las diferentes formas de trabajo, tales como la agricultura o la ganadería, que fomentarían aún más el desarrollo económico del Reino y las integraría a la sociedad. Quiero traer a colación el exitoso ejemplo del Imperio Romano, que, en su existencia, mantuvo más de veinte siglos de gloria a base del sistema agrícola-ganadero, y en ella prueba histórica baso mi fundamento en que es una actividad que debe fomentarse en nuestro reino. Si están de acuerdo, podemos comenzar a votar a favor o en contra de este sistema.
—¿Entonces dices que fue un éxito? —preguntó Félicité, que se encontraba caminando a su lado.
—Sí, el proyecto fue aprobado por casi la totalidad de ambas cámaras, pronto se pondrá en marcha.
—Estoy orgullosa de ti, Lou —le confesó— Esto que has hecho es realmente importante. Generará un gran cambio en el reino.
—Sólo quiero lo mejor para esas mujeres —confesó— Venden su cuerpo a cambio de unas monedas, y ni siquiera tienen una oportunidad de cambiar la situación.
—También hay muchas mujeres que están allí de manera obligada —le recordó.
—Será un duro trabajo para los oficiales, pero sé que podrán acabar con esas redes.
Observó a su hermana, que asentía pensativa, pero, al ver que sus ojos se abrían y su ceño se fruncía, se preocupó.
—¿Qué sucede? —le preguntó.
—¿Qué hace ella aquí? —preguntó, señalando al camino de los jardines. Louis cambió el foco de su mirada, y, al ver donde su hermana indicaba, se encontró con que frente a ellos estaba Eleanor. Eleanor de Moord. Los observaba fijamente, con el mismo rostro angelical que siempre la había caracterizado.
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El príncipe del reino Azul [L.S]
FanfictionEl príncipe Louis de Gormwolf detestaba demasiadas cosas del príncipe Harry de Glas Hare. Su asfixiante personalidad, sus odiosos aires de superioridad, los irritantes rizos que cubrían su cabeza, y, sobre todas las cosas, detestaba terriblemente no...