El príncipe del reino Azul [L.S]

14. Hermoso

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Hermoso

Nunca imaginó que su hermana se casaría incluso antes de su coronación, pero ahí estaba, viajando en camino al palacio que había en Mendihotza, la región más poblada e importante al sur de Gormwolf, Charlotte se casaría en la abadía, un mes luego de su propuesta.

—No puedo creer que te casarás— admitió.

—Yo tampoco —suspiró ella, mirando por la ventana de aquella mansión.

El viaje hacia el sur era largo y tortuoso, habían salido en la mañana y ya había anochecido. Por ello se habían detenido en una casa señorial a medio camino.

Vio como unas lágrimas se resbalaron por las mejillas de Charlotte, y Louis no dudó en estrecharla entre sus brazos.

—¿Qué sucede? ¿No quieres casarte? ¿Magnus te ha tratado mal? —preguntó, sintiendo cómo los delgados brazos de su hermana estrechaban su cintura. Mojó su camisa con sus lágrimas, pero no pudo importarle menos.

—No es eso —hipó— Siempre creí que nuestros padres estarían en mi boda —se quejó— que madre me ayudaría a diseñar el vestido ideal, y que padre me llevaría hasta el altar.

Louis se esforzó por no llorar por eso que estaba escuchando, y se dijo que lo haría solamente cuando estuviese solo.

—Ahora resulta que no será así, que no los tendré a mi lado en este momento.

—Ay Lottie, no pienses así, mi vida. Ellos están aquí, con nosotros, ¿No eres tú creyente, como yo?

—Sí —susurró contra su pecho.

—Entonces no hay más que discutir, ¿no es así? Quizás no los veamos, pero están entre nosotros, guiándonos, y aunque no puedan verte en estos momentos, sé que están orgullosos de este paso tan enorme que estás dando, tanto como yo lo estoy.

Ella asintió.

—¿Puedo dormir contigo esta noche? —preguntó en un susurro.

—Claro que sí, linda —acarició su cabeza.

Al recostarse ambos, Lottie lo abrazó por detrás. Louis se sintió como un oso de peluche, pero no se opuso al gesto, porque se sintió como un niño, como cuando a Lottie le daban pesadillas e iba a dormir con él a su cuarto. Esa misma Charlotte se casaría en tres días, no podía creerlo.

Apenas el cielo aclaró decidieron continuar el viaje. Louis no se quería levantar porque eso significaría seguir el camino que lo separaría de su hermana menor, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

A diferencia de la primera mitad del camino, Liam viajó con ellos en la segunda. Le preguntó unas cuántas veces si se encontraba bien, pero Louis se limitó a contestarle que sí, porque no quería abrir sus sentimientos con sus hermanas allí, y con la fecha importante tan cerca de ellos. Entre la pérdida de sus padres, las preparaciones para la coronación y la boda de su hermana, no podía hacer más que perderse en sus pensamientos para no caer en la locura, era demasiado que procesar.

Al llegar al palacio de Bouchard -el más grande del sur de Gormwolf-, salió del carruaje y se estiró. Debían cenar y acostarse para comenzar con todos los preparativos al día siguiente.

El lugar era enorme, siempre que Louis lo visitaba pensaba que era más grande de lo que lo recordaba -como todos los palacios del sur-, y era esa la razón por la que sus padres decidieron no criarlos ahí, a pesar de que solían llevar a cabo los grandes festejos en donde se encontraba en ese momento, los palacios del norte, siendo grandes, no dejaban de sentirse cálidos, quizás pensaba así porque allá había crecido la mayor parte del tiempo, pero era cierto. Ningún palacio del norte era tan grande como los del sur, pero no le molestaba aquello.