Epílogo I/III

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Epílogo I/III

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La verdad



Once horas antes.

La garganta de Louis abandonó una fuerte exclamación al dar con su mano derecha una estocada con su arma. Su adversario le igualaba en destreza, y lo superaba en fuerza. Hacía ya unos minutos había perdido de vista a Liam, Gemma, Albert y a Desmond, y aquello no dejaba de preocuparlo.

El cielo había comenzado a oscurecerse levemente, por lo que pronto sería de noche y la batalla sería aún más difícil de llevar a cabo. Los soldados de Moord se habían reducido en gran medida, pero aquellos que quedaban de pie estaban dispuestos a dar batalla a pesar de la gran desventaja.

Había visto a muchos de los suyos caer ante una espada de los enemigos y eso también distraía su mente, porque esperaba no ver en el suelo, bajo ninguna circunstancia, a su mejor amigo.

Quizás fue por ese despiste que el hombre que luchaba contra él logró dar una embestida que provocó una herida en su brazo izquierdo.

Louis jadeó, sintiendo la sangre fluir desde aquel corte, pero no permitió que su guardia bajara ante eso.

Con su mano derecha dio un giro de muñeca ante el nuevo ataque que el Moordiano estaba propinando, y logró introducir su espada entre las piernas del hombre, provocando una profunda herida en el muslo derecho del mismo.

Su adversario gruñó, pero Louis no le dio tiempo para volver a levantar su arma, porque se acercó a él, golpeando con la empuñadura de su espada la cien del hombre, generando que se marease y perdiese la consciencia.

Suspiró, complacido por haber podido sacarse de encima al contrincante que más le había costado derribar.

Llevó su mano a su brazo izquierdo, dejando soltar un gemido de dolor al sentir el ardor que le invadió el cuerpo ante generar tacto en aquel lugar.

—Cielos —suspiró, cortando un pedazo de sus vestimentas con su espada y atando rápidamente aquella tira de tela sobre su lastimadura. Ardía como los mil demonios.

Al encontrarse desocupado, decidió hacer una búsqueda visual de sus seres queridos.

Vio que, a lo lejos, Desmond luchaba con furia contra un soldado novato. De Albert y Liam no encontraba rastro. Buscó entonces a Gemma, y la encontró luchando contra Eleanor en las inmediaciones de las ruinas del castillo. La Glas-Harense manejaba su espada con gracia y precisión, incluso con más habilidad que la Moordiana, a pesar de que la chica que había sido su amiga llevaba mucho tiempo más en la práctica del combate.

Un guerrero se unió a la princesa de Moord, dificultándole la lucha a su casi hermana.

Louis bufó ante eso, comenzando a correr hacia el lugar para unirse con Gemma. Los tres que luchaban en un momento se introdujeron a lo que una vez fue el interior del palacio, imposibilitándole la vista, por lo que comenzó a correr más rápido. Al entrar se sintió aliviado al ver a la chica en buen estado, quien le sonrió fugazmente al verlo posicionarse a su lado.

Se enfrentó entonces al soldado, comenzando a blandir su arma contra él. A su lado, su cuñada había adquirido más confianza, reduciendo rápidamente a Eleanor. Apenas pasaron unos crudos minutos de chocar filos cuando Gemma había acorralado a Eleanor contra un muro y presionado su espada contra su cuello. El guerrero que estaba luchando contra él se detuvo en seco, debatiéndose entre ayudar a su princesa y no quitarle la vista de encima a Louis.

El príncipe del reino Azul [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora