El príncipe del reino Azul [L.S]

28. Mejor que las palabras

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Mejor que las palabras

A pesar de que realmente le había insistido a Geoff para poder estar en la costa de Gormwolf unos días, Louis apenas en esos momentos estaba cayendo en cuenta de que probablemente esa había sido la peor decisión que había tomado desde que había comenzado a tener el mando del reino, porque no solamente estaba exponiendo a toda su familia a caer en manos de algún altercado en el camino, sino que también había dividido las fuerzas que se encontraban en el castillo, generando que algunos oficiales tuviesen que quedarse en el castillo principal, y otros debieran viajar junto a ellos.

Aún sabiendo que aquella no había sido la decisión más sabia, no podía reprenderse por ello.

No cuando veía a sus hermanas, a Liam y a Edward jugar con la arena a unos metros de él.

No cuando la sonrisa de Harry resplandecía más que el mismísimo sol encima de sus cabezas.

—Y pensar que no querías admitir que estás enamorado —susurró Zayn, a su lado— Si no lo hubieses confesado, hoy estaría presionándote para que lo hicieras —rio, echándose hacia atrás para poder apoyarse sobre sus codos.

El rey lo miró con una ceja alzada.

—¿Por qué me dices esto? —cuestionó.

—Porque no puedes dejar de mirarlo —obvió.

Louis asintió, preguntándose si realmente era tan evidente.

—Tú tampoco has podido dejar de observar a una persona que se encuentra aquí.

—Nunca he podido dejar de hacerlo, pero tú eres tan ciego que nunca te diste cuenta —carcajeó— O quizás eres un terco que nunca quiso admitir la realidad —se encogió de hombros.

—¿Desde hace cuánto...? —comenzó a preguntar Louis, pero se acercó a él para poder susurrarlo —¿Desde cuándo tú y Liam tienen algo? —cuestionó.

Zayn lo miró de soslayo para luego volver su mirada al castaño que estaba unos metros más adelante de ellos y pensar su respuesta.

—Yo... a diferencia de Liam, yo siempre fui ligeramente consciente de mis... preferencias—susurró finalmente— Cuando nos presentaste, no tuve dudas de que había algo en él que me atraía, aunque era muy pequeño como para entender que era románticamente —explicó— cuando tus tiempos se acortaron radicalmente por los estudios fue que nuestra situación cambió... comenzamos a pasar más tiempo solos porque tú estabas ocupado, entonces comprendí qué era lo que sentía, y comencé a percibir que Liam también sentía algo similar... o al menos eso me demostraba —se encogió de hombros.

Louis asintió ante las palabras de su amigo y procesando la información que acababa de recibir, un poco sorprendido. Sus amigos habían comenzado una relación hacía más de ocho años y él apenas se estaba dando cuenta de eso.

—¿Fue fácil? —quiso saber.

—¿Qué cosa? —se extrañó su amigo.

—Que él notase lo que sentía.

—Sinceramente no lo sé... no sé si esa conexión que sentí en un principio fue un poco creada por mi cabeza por la ilusión que me causaba la idea de estar con Liam, sé que luego la tensión se empezó a sentir y en un punto fue imposible no aceptar que algo sucedía —confesó, suspirando— En un principio se notaba un poco reacio a tener alguna clase de acercamiento... pero luego, en una de mis visitas, él se mostró realmente decidido a comenzar alguna clase de relación. Incluso me lo confesó. No esperaba eso de él... pero es un poco imposible poder acertar en los planes de Liam, siempre es tan ocurrente que me limito a no esperar nada, porque sé que, de todas formas, me sorprenderá —dijo entonces, sin poder ocultar su sonrisa— Estoy agradecido de que haya sido así, porque no sé si yo hubiese tenido las agallas para confesar algo así, y no sé si podría imaginarme junto a alguien que no fuese él.