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Varios días pasaron.
Terapias...
Pláticas...
Todos se preguntaban cómo es que el secuestrado podía estar tan cómodo al lado de la persona que lo dañó tanto psicológicamente como físicamente. Ya que aunque Luzu no recordaba lo ocurrido Auron podía recordar todo a la perfección, la mayoría cree que es un caso de Síndrome de Estocolmo...
Otros...que como Auron ya conocía a Luzu y porque ve a la persona antes era, por eso podían ser amigos de nuevo.

Luzu de nuevo contemplaba aquella nota la cual estaba seguro que le había enviado Auron y que le daba esperanzas de que tal vez podría salir adelante. Cuando fue a guardarla escuchó la puerta abrirse, se alejó del escondite y se volteó a la puerta, de cierta forma esperando que apareciera Auron por esta, sin embargo, quien había venido a visitarlo para su sorpresa era Mangel, que él supiera no había razón por la cual este estuviera ahí.
-Luzu, ven. Vamos a dar un paseo
Desconcertado Luzu le siguió, era la primera vez que iba con otra persona que no fuera el de ojos negros profundos sin esposas en sus muñecas. Esperaba que esto fuera algo bueno.
Se sentaron en el jardín que se encontraba detrás del hospital.
-He oído que has hecho un gran avance desde que entraste a este lugar.
-La verdad no sé el porque, solo soy la misma persona de antes, o al menos eso creo.
Mangel solo asintió
-Creemos que ya van a poder salir de este lugar, sin embargo, Luzu no puedes volver a tu actual casa.
-¿Por qué no?- preguntó Luzu extrañado
-Los doctores piensan que el volver a tu antigua casa podría...alterar los avances realizados. Así que por el momento vivirás en una del pueblo, hace poco una familia se mudó, así que ya tenemos el lugar.- informó -Aunque debo decirte que está oportunidad de rehabilitación es de una sola oportunidad, un error y tendremos que llevarte a prisión.
-Comprendo, ¿Y cómo va todo Mangel? Hace mucho que no te veo
Mangel le miró con un poco de sospecha, a la cual Luzu respondió con una débil sonrisa y luego apartó la mirada. Mangel suspiró
-Todo va perfecto. Lolito por fin está tranquilo ha tenido mucho trabajo últimamente.
-Me...alegro- respondió Luzu, algo le decía que él tenía algo que ver con toda esa carga de trabajo que el pelinaranja había tenido.
Mangel se levantó de su asiento.
-Bueno. Espero verte por el pueblo pronto. La instalación no debería llevarte tanto tiempo.
Después de asentir, Luzu también se levantó y juntos se dirigieron de vuelta a su habitación.

Al día siguiente Luzu ya estaba a las puertas de lo que sería su nuevo hogar. No era tan grande como su antigua casa, pero sería suficiente. Entró por la puerta de madera para encontrarse con un salón acogedor, le sorprendía que la casa estuviera amueblada. Bueno, al menos así se ahorraría trabajo.
Aunque debía admitir que le tenía un poco de miedo a los otros habitantes, podía sentir todas sus miradas sobre él, algunas enfadadas, otras asustadas y otras confundidas.
Se encontraba arreglando un poco los muebles y haciendo una lista de lo que tendría que comprar, cuando la puerta sonó. Luzu se dirigió hacía está y abrió, ahí se encontró con Auron, que contemplaba los detalles de la fachada de la casa que le habían...¿regalado?¿prestado?
-Hey, Auron
-Hola, Luzu
Luzu lo invitó a pasar, invitación que Auron aceptó, el de piel naranja se sentó, mientras Luzu hacía unos bocadillos simples y rápidos con la comida que le dejaron al moverse del hospital hasta aquel lugar (lo cuál en realidad no había sido mucho)
Se sentaron primero en silencio, comiendo juntos, como ya lo habían hecho varias veces.
De un momento a otro los ojos cafés grisáceos se posaron en el rostro de Auron, quien no lo había notado.
Luzu lo contempló unos segundos más para después posar su mano en la mejilla del otro chica y girarla hacía él.
-Nunca me has dicho que fue lo que te pasó
-Luzu...No quiero hablar de eso.
El rostro de Luzu lucía confusión y preocupación. Pensó en cómo ayudarle, así recordando que hace un tiempo leyó libros de brujería en la biblioteca del pueblo. Tal vez...solo tal vez, podría ayudarle. Se apartó del rostro de Auron, el sentimiento de poder hacer algo útil para este le provocaba un extraño hormigueo en el cuerpo, especialmente en el estómago.
Antes de que se dieran cuenta la noche comenzó a caer, por lo que Auron se tuvo que ir a su respectiva casa, mientras Luzu terminaba de acomodarse en el lugar antes de irse a dormir.

Afuera estaba el Observador, sobre el tejado de una de las casas. La máscara impasible y la ropa negra, como su "nombre" indica solo observando desde la distancia.
-Has hecho un buen trabajo. Esto será muy fácil de lograr- susurró de forma que si hubiera alguien más ahí no lo podría escuchar.
Se dió la vuelta y se dirigió al filo del tejado, para luego saltar entre las casas hasta llegar al final del pueblo, para bajar con un salto lleno de maestría y elegancia, para después desaparecer entre los árboles.

|∆~Your worst nightmare~∆| LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora