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Mangel se encaminaba al pueblo. Podía sentir en su interior que algo estaba pasando. Había aprovechado el tiempo en lo que Lolito iba a visitar a Auron, quién al parecer quería hablar con el alcalde, para visitar a una persona que quizá podría averiguar más sobre el castaño loco, bueno no sabía si llamarlo exactamente loco.
Aunque en teoría él no quería saber nada de en lo que el chico a quien iba a visitar estaba metido, quería aprovechar el hecho de que se hayan acercado a él por petición de uno de los cercanos a este.
Pronto se encuentra frente a las puertas de la enorme casa, que podría considerarse "natural". Tocó las puertas, esperando la respuesta del dueño, quien casi de inmediato abrió.
Su cabello gris (casi derivando a un blanco) estaba un poco más desordenado de lo normal, bajo su boina de color verde.
Los ojos color jade le miraban de una forma casi autoritaria. Mirando un poco hacia abajo pero mirando a Mangel.
-¿A qué se debe tu visita, Mangel?- preguntó Willy ya con una pequeña sonrisa en su rostro, no muy notoria a decir verdad
-Necesito un favor- le respondió Mangel, tratando de sonar seguro. No es como si sintiera miedo de él, pero necesitaba verse fuerte y seguro para que todavía le tomaran en cuenta.
-Habla entonces- volvió a hablar Willy.
-Vamos adentro- pidió Mangel
A respuesta de esto Willy arqueó una de sus cejas, algo extrañado por la petición, pero todavía dejando un aire autoritario a su alrededor.
-Oh, ¿y por qué Mangel?- le replicó
Mangel resopló un poco, miró a su alrededor, cómo si buscara algien merodeando por esos lares en esos momentos y con una susurro Mangel le dió a entender que era algo que se debía discutir en la privacidad del hogar de Willy. Ambos entraron a la casa y se sentaron en el sofá de la sala. Cada uno en uno diferente de modo que quedaran viéndose mutuamente mientras hablaban del favor que quería Mangel.
Una vez cómodos, Mangel empezó a hablar.

Cerca de la casa de Auron pasaba cierto pelinaranja en respuesta a uno petición de hablar que le había pedido su mano derecha.
Caminó hacia la puerta de la casa y tocó...
Y volvió a tocar...

Y una vez más...

Pero nadie vino...

Esto causó una terrible sensación en el cuerpo del alcalde, quien, por obvias razones estaba preocupado.
Buscó en los bolsillos de su pantalón su teléfono para revisar sus mensajes con el muchacho, revisando si no se había confundido en el lugar de encuentro, pero cuando revisó el chat, se percató de que no era así. Auron le pedía que se vieran en su casa.
Preocupado por su amigo le mandó un mensaje.
Esperó varios minutos pero no había respuesta.
Volvió a enviar otro, pero tampoco obtuvo nada.
Al final le decidió llamar...
La llamada fue contestada, pero del otro lado solo había silencio, ni un "hola" o alguna otra respuesta.
Así que decidió hablar primero
-Hey, Auron. Ya estoy en tu casa, ¿Dónde estás tú? Te estoy...- dijo para ser interrumpido por el ruido que señalaba que la llamada había sido finalizada.
Se retiró el dispositivo de cerca de su oído y lo miró con un rostro confundido.
Decidió esperar un rato más, pero mientras más pasaban los minutos y este no aparecía, más preocupado se quedaba.
Al final no tuvo más remedio que retirarse del sitio. Decidió encaminarse hacia la comisaría, esperaba que le ayudasen. Internamente esperaba que solo fuera un susto.

La luz de aquella habitación flaqueba constantemente, se encendía y se apagaba continuamente, contribuyendo al terror del lugar:
Luzu sentado y mirando con una sonrisa a Auron, quien estaba de igual forma sentado, pero atado y amordazado por el contrario.
En una mesa reposaba el teléfono de Auron, lejos del alcance de su dueño y cerca del captor.
Poco a poco la conciencia regresaba al cuerpo de Auron. Su mirada estaba perdida, apenas alcanzaba a ver gran cosa y la débil e intermitente luz no le ayudaba exactamente.
Luzu le miraba tranquilo, no es como si tuviera prisa al fin y al cabo.
Cuando le vió empezar a despertar se acercó a él lentamente, para luego agacharse para que sus rostros quedarán a la altura y le tomó su barbilla.
-Bienvenido, Honey- saludó Luzu a su invitado especial.
En el rostro de Auron sus ojos pasaron de confusión a brillar con un creciente temor al ver a Luzu y sus ojos escarlata y esa sonrisa que hacían que toda su valentía se doblegase y le abandonara por completo.
Este se enderezó y comenzó a caminar, ahora fuera del campo de visión del secuestrado.
Pasó sus manos por piezas metálicas y de plástico de distintos tamaños muy divertidos y emocionantes a la vista del castaño. Adoraba esa sensación, deseaba poder sentirla más. Que más le daba ahora que había caído en ese camino en que todos ya andaban, cada uno con sus distintos pecados. Jamás había sentido eso, y ahora no quería dejarlo escapar.
-We are going to have a great time here, Auroncito- rió suave y dulcemente Luzu, casi como un niño inocente a punto de jugar con sus juguetes.

|∆~Your worst nightmare~∆| LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora