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Humano...
¿Qué significa ser humano?
El ser humano significa sufrir...
El ser humano significa amar...

¿Cierto?

Los ojos de Luzu se abrieron lentamente. Aunque parecía que todavía los tenía cerrados, pues había una oscuridad rodeando su visión, tan negro como el carbón o incluso más que una pintura con este color.
Mientras su respiración empezaba a acelerarse unos ojos rojizos aparecieron en el "horizonte" pero no había humanidad en aquellos ojos...
No...
Esos ojos los había visto una vez...
No recordaba exactamente cuando...
Aún en shock el castaño vió como unas manos se materializaban de aquella oscuridad.
Eran iguales a los de aquel sueño...o bueno...lo que creyó en ese momento Luzu que era un sueño.
Al otro lado apareció otro par de ojos rojos, aquellos ojos lo miraban fijamente sin parpadear...solo estaban brillando... ahí en la oscuridad...
El silencio y la tensión era prácticamente visible, como un hilo.
Un escalofrío junto con un frío tacto recorrió por su piel. Otro par de manos negras se dirigieron a su cuello para luego bajar a sus hombros tomándole por estos. Luzu reaccionó con un pequeño grito mientras su respiración y su ritmo cardíaco aumentaba drásticamente.
Un tercer par de ojos le miraba desde atrás el estaba en el centro de aquel extraño triángulo que formaban aquellas miradas escarlatas, se quedó mirando a una en especial, más sintió como algo empezaba a acechar su mente y se volteó a otra, y luego a a la tercera, lo único que logró fue que el terror de una presa siendo cazada por un predador aumentara más, y así hasta casi volverlo loco.

De pronto, de la nada...

Silencio...

Fue un silencio abrupto, repentino.
Las miradas se pusieron enfrente de Luzu y de esos ojos surgieron tres figuras negras... Con capas con capucha negra puestas de forma que no se les veía el rostro...pero su retorcida sonrisa era más que visible.
El que estaba en el centro extendió ligeramente sus brazos a los costados y con una voz profunda y casi humana, habló.
-Ha llegado el momento, Luzu- comenzó -Todo el mundo paga eventualmente, y ahora es tu turno...-
El que estaba a su derecha tomó la palabra, cómo si todo estuviera ya escrito en un guión.
-Solo hay una forma de expiar todo lo que has cometido...-
-Y entonces... serás libre...- habló al final el tercero de aquellas imponentes figuras.
Y tan rápido como se formaron se volvieron humo y comenzaron a rodear a Luzu- en un torbellino de humo negro, ahogándolo.





































Abrió los ojos...

Se encontraba en una blanca y limpia habitación... más no tenía ni idea de lo que había pasado y mucho menos de como había llegado ahí.
Vestía una muy ligera tela como única prenda, suponía que de hospital. Sus sospechas fueron confirmadas en cuanto bajó su mirada a su brazo y encontró algunas cosas conectadas en la parte interior de su brazo, pero su sorpresa fue mayor al ver que estaba atado a su camilla.
Cómo no comprendía que pasaba empezó a intentar liberarse forcejeando sus ataduras. Mas era inútil, estaba firmemente atado.
Alertada, probablemente por el ruido del movimiento, una enfermera se asomó en el lugar. En cuanto vió que Luzu había recuperado su conciencia abrió los ojos algo asustada y salió de la habitación lo más rápido que pudo.
Aquello solo consiguió que su confusión aumentara. ¿Por qué había reaccionado así?

En otro lado...

Guardó el cuchillo en el cinturón y se puso su máscara plana de oso a un lado de su rostro, lista para ser usada en cualquier momento. Hace algún tiempo solía llevarla a cualquier lado, era como volver al pasado.
El de ojos esmeralda se apartó aquellos pensamientos.
Tenía algo que hacer, no era momento de ponerse sentimental.
Lo que iba a ser iba a ser peligroso...
Y atentaba contra el Juramento, uno que pronunció al unirse a aquella Hermandad.
Pero por algún motivo sentía la necesidad de ayudar a su amigo, quien ya estuvo al borde de la muerte hace algunos días.
Lo había mantenido al tanto de lo de Luzu, cómo este le había pedido.
Le contó que el muchacho fue apresado y llevado al hospital por su condición.
Vegetta parecía aliviado de algún modo, suponía que era porque eso significaba que ya no causaría más problemas.
Sabía que lo que iba a hacer también le causaría dolor, pero tenía que hacerlo. La adrenalina ya comenzaba a recorrer su sangre.
Dudaba tener que llevar algún arma más. Utilizar aquellos objetos nunca fue su fuerte, él sabía pelear, pero no con una espada o un arco, pero procuraba llevar una espada por cualquier cosa, tampoco era completamente malo, podía arreglárselas siempre y cuando fuera una batalla simple. Justo lo contrario a la posible pelea de hoy.
No...
Una espada no era la mejor opción. Para su estilo una hoja corta era lo mejor.
Esperaba que las sombras de nuevo lo acogieran y lo guiarán para cumplir su cometido.
Y así comenzó a recorrer el bosque a gran velocidad para dirigirse al lugar donde estaba apresado el de ojos amatista.
-Esta vez haré algo útil- pensó para si mismo.

|∆~Your worst nightmare~∆| LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora