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La respiración era agitada y el frío de la noche comenzaba a asolar el lugar.
Rubius esperaba que esa tranquilidad fuera un buen presagio.
Palpó su cuchillo, como para asegurarse que seguía ahí, en su pequeña vaina.
Trataba de controlar su respiración para llenarse de valor.
Una vez preparado se acercó a la guarida y buscó una de las entradas que había colocado sin que Willy y Fargan se enteraran, rezó para que su mecanismo no hiciera mucho ruido para luego adentrarse en el túnel una vez que la puerta se hubo cerrado detrás de él.
Corrió ligeramente por aquel pasillo, para no gastar su energía de más; en menos de unos 3 minutos llegó a la puerta oculta que conducía al área principal. Solo había un pequeño... inconveniente...
No había forma de ver si había alguien del otro lado.
Cómo no tenía opción la abrió ligeramente esperando que no hubiera nadie...
Suspiró aliviado...

No había nadie a la costa.
Salió al recinto, aún vigilando sus alrededores, como una presa esperando al cazador.
Desenvainó su cuchillo; pues conociendo como actuaban sus compañeros, atacaban desde las sombras sin aviso alguno.
Se pegó en una de las esquinas, para supervisar el pasillo. Vacío. Respirando hondo se colocó aquella máscara marrón claro. Más que el poder que tenía aquella máscara le daba confianza para continuar.
Caminó por el lugar, dejando que sus instintos le dijeran de algún cambio o algún movimiento en el lugar.
Pronto llegó a las escaleras que le llevaban al piso donde estaba la habitación de Vegetta.
Todo era muy fácil y tranquilo, sin obstáculo alguno.

Pronto se dió cuenta que estaba hablando demasiado pronto.
Tan pronto como tocó la superficie de la manija de la puerta escuchó el siseo del aire que es provocado por el ataque de un arma.
Sabiendo que no tendría tiempo para parar aquel ataque se lanzó a un lado para evitarlo. Aterrizó con una rodilla en el suelo y con su cuchillo posicionado lateralmente en posición de defensa. Entre respiraciones dejó que el poder se dirigiera a sus brazos y su boca. De los primeros empezó a salir pelaje del mismo marrón que la máscara y en la parte final de sus dedos las fuertes y fieras garras se formaron, pero no le quitaban la comodidad del manejo de sus dedos, que aún sostenían el cuchillo. Y de su boca se formaron colmillos que se asomaban ligeramente de la boca, situada un poco más abajo de su máscara para que pudiera utilizarlos.
Ahí se encontraba la persona con un hacha de color negro. La máscara blanca solo le mostraba una sonrisa completamente fría.
Aunque no era del todo relajante, estaba aliviado que fuera Fargan y no Willy. Más su alivio le abandonó en cuanto vió que Fargan de nuevo se lanzó contra el alzando en hacha listo para azetar otro golpe, más esta vez Rubius estaba listo, con la fortaleza dada y su cuchillo fue capaz de parar el golpe, bueno casi, más bien el golpe fue desviado ya que el hacha venía con tanta fuerza que no lo podría parar del todo.
-Interesante- dijo con aquella voz distorcionada Fargan.
-Has mejorado, Rubius. Creí que habías dejado de utilizar esa fuerza- terminó.
-Veamos sí es suficiente- río de nuevo el de máscara pálida.
El agarre que tenía Fargan se tensó de nuevo para tomar aquel palo igual que un bate de béisbol, listo para propinar otro ataque.
No tenía mucho tiempo para pensar, de hecho no había nada de tiempo. Así que hizo lo primero que se le cruzó por la mente.
Tomó el cuchillo por la hoja con el filo hacía delante, para luego tomar vuelo y lanzarla contra el hombro de Fargan, quien bajó el brazo del hecha, la cuál recibió el impacto del cuchillo.
En cuanto lo hizo Rubius se lanzó contra el rostro enmascarado con sus garras, con la velocidad de un oso. Más sus garras se deslizaron por aquellas superficie sin provocar desperfecto alguno, así que en un desesperado acto atacó su pecho torso, el cuál comenzaron a sangrar.
El único problema es que descuidó su postura y la mano del hacha, por lo tanto lo único que tuvo que hacer Fargan fue dar una patada en el plexo solar, derrumbando así al rubio-albino y ponerle el hacha contra el cuello. Ambos estaban jadeando; Rubius, rendido, desactivó aquella "magia" devolviendo sus dientes y brazos a la normalidad.
El hacha se separó lentamente del cuello del contrario para después colocarla en su hombro para cargarla; después se quitó su máscara, dejando a la vista su rostro junto a esos ojos rubí.
-Si no puedes contra mí, ¿cómo esperabas salir vivo con Willy?- dijo Fargan, ahora sin distorción en su voz.
Al ver que no había respuesta continúo hablando.
-Ve y sigue. Que por lo que veo tendremos un caos muy interesante, y mi trabajo es dejarlo sembrarse y expandirse...Me siento amable así que no te haré nada, pero Willy intentará matarte por esto si se entera- terminó para luego desvanecerse por el lugar tan silenciosamente cómo llegó.
Rubius dejó escapar un suspiro para después levantarse y abrir la puerta de la habitación del rehén.
Podía sentir de nuevo la mirada de Vegetta encima de él, pero tenía que ignorar eso por el momento, habría que darse prisa.
-Venga, salgamos de aquí antes de que nos maten a uno de nosotros, o a los dos- dijo en un susurro mientras liberaba sus muñecas.

|∆~Your worst nightmare~∆| LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora