Rubius de nuevo se encontraba enfrente del de ojos color violeta, vendándole el abdomen.
Los ojos amatista estaban ocultos detrás de los párpados, pues la perdida de sangre le había robado la energía que le quedaba.
Pasaba sus manos con aquella tela una y otra vez sobre el cuerpo bien trabajado del muchacho.
Tenía que admitir que estaba impresionado por la resistencia de Vegetta ante la herida sangrante, que afortunadamente no dió en sus entrañas.
Se preguntaba en que estaba pensando Willy al dejar casi moribundo al chico.
Ah, ya en en parte también le molestaba servir de niñero, Fargan estaba en una de sus estúpidas misiones de policía junto con Alex, entonces ahí se encontraba él.
Un gruñido se escapó por sus labios, sabía que él no estaba a la misma altura que Willy y Fargan en la organización de la Hermandad, antes lo era... bueno casi, pero porque cada vez que había que reunirse para organizar siempre tenía algo que hacer, así que se tomó la decisión de que ya no estaría en la cima de la organización pero aún tendría bastante poder en la Hermandad, y aunque normalmente le agradaba el no tener que planear nada y aún así participar en las operaciones grandes...
¡No era lo mismo que hacer de sirviente!
Seguía vendando con el ceño ligeramente fruncido, vuelta tras vuelta, en una especie de trance.
Justo cuando terminó de colocar la venda, el cuerpo vendado se empezó a estremecer ligeramente. Levantó la vista hacia el rostro del preso, que aunque no se viera su rostro, Rubius sabía perfectamente que le estaba viendo, o al menos lo sentía.
El de ojos verdes se separó para luego darle la espalda a Vegetta y ponerse su respectiva máscara negra sonriente.
-Te voy a sacar de aquí- dijo sin voltearle a ver, para después caminar fuera de la, todavía, oscura habitación.
En cuanto salió de la habitación el de cabello aperlado corrió por los pisos de la guarida, afortunadamente ya era de noche, sentía alivio al saber que la oscuridad de la noche le acompañaría y lo cobijará para cubrir su rastro, como en cada acción que tomaba con aquel traje y aquella máscara. Suponía que Fargan y Willy llegarían pronto, en teoría Fargan ya había terminado su trabajo, sea el que sea y Willy...creo que solo vienen a hablar de algo implrtante, sabía que sus acciones traería consecuencias, aquí el Karma siempre actúa, para malvados y benevolentes por igual, pero valdría la pena, sin importar si su propia balanza se balanceaba o desequilibrara más.
Solo siguió corriendo hasta llegar a los bosques que rodeaban Karmaland, para evitar se visto de cualquier forma subió a un árbol, una vez en una de aquellas ramas bajas removió su máscara del rostro y miró por entre las hojas de aquel árbol, apartando algunas delicadamente con esa mano suya cubierta parcialmente con un guante igual de negro.
Por estas pequeñas cosas disfrutaba ser parte de la Hermandad, correr en la noche, vivir sin reglas y el anonimato al hacerlo.
Sabía que todos los demás se sentían igual, incluso Vegetta, que de ser el más recto con lo legal y lo ilegal en el lugar, se volvió uno de los ladrones más reconocidos en el lugar, el ladrón francés fue algo de que en poco tiempo se empezó a hablar por el pueblo.
Rió ligeramente para si mismo.
"Supongo que todos disfrutamos del lado oscuro de vez en cuando" se dijo a si mismo. Se preguntaba que tan calmado era el pueblo antes de que llegaran ellos.
Con aquellos pensamientos plasmados en su sonrisa fue de rama en rama, de árbol en árbol hasta su casa. Bajó de las alturas con un salto elegante y experimentado, que demostraba práctica y maestría de la técnica.
Todavía con un paso ligeramente acelerado alcanzó la puerta y entró a su casa. Llegó a la habitación dónde guardaba aquel traje y se cambió, depojándose de aquellas ropas y guardándolas en su escondite de siempre.
Subió a su habitación ya con su respiración más calmada y se recostó en su cama, solo que de forma que su cuerpo estuviera cruzado, sus pies apoyados en una pared y su cabeza colgaba plácidamente del borde de la cama mientras cerraba los ojos y ordenaba sus ideas.Fargan vió como Alex se derrumbó en el lugar, Luzu también estaba tirado en el suelo derramando sangre sobre el pasto verde bien cuidado, pero su atención solo era para su compañero.
Por el momento solo llamó a alguno de los otros oficiales para que trajera un médico con ellos, su voz estaba desesperada, la idea de perder a Alex le atormentaba y casi lo deja exhausto.
Sabía que Alex estaba vivo, podía ver su pecho subir y bajar lentamente, pero le preocupaba que en algún momento ese movimiento cesara, tenía varias marcas de la pelea que había tenido con el aún enmascarado, cortes, recientes moretones y aquella flecha. Decidió no moverla del sitio, pues aquella maldita flecha mantenía el sangrado de alguna forma, controlado.
La rabia empezó a trepar por su cuerpo y no le dejaba pensar con claridad, esa emoción era como una maraña de hilos que controlaba su mente. Su vista enfocó al otro muchacho que estaba tendido en el suelo. Cómo si los Dioses hubiesen querido dejó a Alexby suavemente sobre la hierba, sus cabellos negros se mezclaron en aquel verde tan vivo y casi triste a la vez.
Y como si aquellos sentimientos lo tomaran por completo, los ojos amarillo oscuro se tornaron rojos con cada paso que daba hacía Luzu.
Una fría sonrisa apareció en el rostro, lo que había aprendido a controlar durante meses se fue a la mierda en ese momento.Y esto lo sabían los Dioses Oscuros.
A ellos les encanta ver el caos, y todo lo que Fargan estaba por hacer acabaría en caos...aunque ellos no tenían completo control, el destino podría cambiar, pero el destino de Karmaland estaba en llamas de caos con cada paso que daba el de máscara de búho hacia el de la calavera.
La jugada estaba hecha.
¿A qué lado alimentarán más estos "héroes"?
¿Al bien?¿O a la oscuridad?
Fargan por fin llegó hasta el chico, la oscuridad pactada estaba descontrolada, afortunadamente no había nadie por aquel lugar que lo viera, o estaría en aún más grandes problemas.
Claro que en esa situación si nadie lo veía podía crear una historia muy convincente.
Era imposible que le atraparan. Solo por precaución de puso las esposas en sus pálidas muñecas.
Alzó su bota cerca de las costillas del castaño y lo dejó caer una y otro vez, costillas, espalda y rostro fueron pisoteados, derramando aún más sangre.
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|∆~Your worst nightmare~∆| Luzuplay
FanficIncluso después de lo que me arrebataron...¿creen que no soy capaz de ser cruel? Creyeron que todo es un juego... Pues adelante...juguemos Tú mismo quisiste jugar con el demonio No te vas a salvar de mí, será mejor que huyas... Dibujo de la portada...