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Los pasos eran torpes a través de la habitación.
Una de las marionetas intentaba el cortar aquellas cosas que la ataban.
Pero un ser mortal no tenía el poder de hacerlo... Seguiría el juego de los otros seres hasta que ellos se aburrieran.
En la lucha del control Luzu casi se golpeaba con cada pared, mientras que en contra de su voluntad se dirigía a la cocina de su casa, sus dedos de movían ansiosos de tomar algo...algo tan familiar para sus manos, las manos de un asesino...
Pronto el castaño perdió la lucha...
Su mundo se volvió negro.




























































La luz volvió a su ser.
Estaba de nuevo en su casa, traía puesto otro conjunto de ropa, sin embargo él no lo recordaba así. Estaba recostado en su cama, mirando hacia el techo de su habitación, los ojos mostraban un café moribundo, como si apenas se estuviera curando. De nuevo su memoria comenzaba a fallar, lo único que se había quedado en su cabeza fue aquella misteriosa botella que había sido puesta sobre su mesa, después de eso...ya no había nada.
Se sentó en el borde de la cama, mientras su mirada se mantenía fija y perdida en el piso, intentando entender lo que estaba pasando. Al notar que estar pensando tanto en ellos no le ayudaba se levantó y salió de su cuarto para dirigirse hacia su mesa, donde todavía reposaba la pócima. La metió en una pequeña mochila que había preparado para la ocasión. Pasó media hora más buscando todo lo que faltaba para llevar a cabo el contra maleficio.
Cuando estuvo listo, se fue a buscar a Auron a su casa. Hacia mucho tiempo que no visitaba aquella casa, de hecho su última visita se había comenzado a volver un poco vaga en su mente, pero realmente eso no tenía importancia.
En unos pocos minutos a pie llegó a la casa destinada. Las imponentes torres se alzaban en lo alto, era una casa hermosa, sin embargo había algo que le causaba un pequeño sentimiento de miedo en lo más profundo de su ser, apenas era persectible dentro de él, así que lo ignoró y tocó las puertas de metal.
Mientras esperaba se quedó contemplando un rato más la edificación, más que nada el agua y las farolas que rodeaban la pasarela de la entrada, era realmente bello. El de ojos negros tenía buen ojo para la belleza. Se oyó el sonido de la puerta a su lado abriéndose.
-Hola, Luzu. Es raro verte por aquí.
-Jaja, sí. Traigo un regalo.
Luzu pudo notar una pequeño cambio en la expresión se Auron en cuanto le mencionó el regalo, ¿acaso tenía alguna mala memoria con un regalo?
-¿En serio?¿Y qué es?
Luzu sonrió de forma tierna
-Ven conmigo y te lo muestro.- Le dijo extendiendo su mano.
Algo se removió en el estómago de Auron. Que sensación than extraña. Al principio lentamente y después con más seguridad tomó su mano. Era cálida, pero tenía algunas cicatrices en la palma y el dorso de esta.
Luzu comenzó a caminar con un paso ligeramente acelerado hacía los árboles que rodeaban el pueblo. Atravesaron aquel lugar, para seguir caminando entre aquellos pastos verdes hasta que llegaron a una planicie, donde se alzaba una especie de santuario, creado únicamente de metal, distintos tipos, pero metal al fin y acabo.
Ambos se quedaron observándolo, aún unidos por el agarre de sus manos. Luzu tenía una sonrisa cálida y Auron estaba alucinado con aquella construcción.
-¿Cómo supiste que esto estaba aquí?
-No lo sé. Simplemente supe que estaba aquí, es algo extraño, no te voy a mentir.
-Bueno, ya estamos aquí. ¿Cuál es la sorpresa?
Luzu posó su mano en la correa de la mochila, deslizándola lentamente, con un poco de nerviosismo, para después recomponerse y sonreír de nuevo.
-Te traje aquí para devolverte tu aspecto anterior.
La incredulidad se apoderó del rostro de el de los ojos negros, quien estaba, en una mezcla de emociones.
-¿Y qué tenemos que hacer?
Luzu asintió y sacó la botella con la apariencia rosada, las manos de Auron temblaron ligeramente, los recuerdos de la dolorosa transformación le empezaron a acechar.
-Ten, tómate esto- le dijo primero enfocándose en sus manos mientras colocaba la botella en sus manos. -¿Auron? ¿Estás bien?- le preguntó ahora mirando a su rostro, que veía que había palidecido ligeramente.
-¡Claro, hombre! ¿Entonces solo me tomo esto?
-Sí, y después entras al santuario. Yo me encargo de todo lo demás.











Una ráfaga de viento los envolvió cuando Luzu terminó con el ritual, no entendía como es que aquella cosa de la magia y la energía le era fácil de dominar. Sabía que era algo que corría en la sangre de él y sus compañeros, pero todos los demás parecían tener ciertas complicaciones cuando todo aquello era modificado fuera de ellos mismos.
Cuando la ráfaga se disipó, dejando solo una brisa fresca y tranquila, la persona dentro caminó hacia el exterior.
Una especie de humo le seguía no dejando ver con claridad su aspecto hasta que salió por completo del santuario.
Luzu se quedó ligeramente boquiabierto al contemplar las facciones de Auron. Volvía a tener la apariencia de humano, y ya no de un slime naranja, pero todavía quedaban algunos rastros de la transformación, aunque le quedaba de maravilla.
Pudo sentir aquella sensación que había sentido hace mucho, pero un poco más intensa que antes.
-Wow, nada mal.- habló Auron cuando se acercó al castaño. -Luzu, ¿estás vivo?
Luzu salió de sus pensamientos de golpe, volviendo a la realidad.
-Ah... Sí, sí. Solo me distraje por un momento.
Auron soltó una risa. ¿Desde cuándo verle reír se había vuelto algo tan especial?
-¿Acaso te distraje yo?- dijo con una sonrisa socarrona.
-N-no
Al notar la respuesta del castaño Auron se acercó a este, este tampoco entendía del todo sus acciones, simplemente seguía unas instrucciones que el no comprendía. Miró sus ojos, el color café ya casi había consumido al gris que se había apoderado de estos por mucho tiempo.
¿Acaso se había sonrojado Luzu?
¿Por qué su corazón comenzó a latir con más intensidad?
Se dejó llevar por lo que parecía un instinto, un sentimiento que no terminaba de comprender.
-¿Y sí yo también te doy un regalo?
Luzu estaba un poco confundido, pero asintió con la cabeza, esperando por la sorpresa...




















Y vaya que sí fue una sorpresa.











Los labios de la otra persona se posaron en su mejilla, en un cálido y tierno beso. Uno pequeño, eso sí.
Luzu no pudo evitar reírse ante el acto de su contrario, con un sonrojo en sus mejillas.




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Después de 30 capitulos, hemos llegado a esto.
Disfruten mientras puedan, porque esto apenas va comenzar (o terminar, ya no sé jaja)

|∆~Your worst nightmare~∆| LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora