Narra Dylan
Estuvimos saliendo por varias semanas y tuvimos más de tres citas, al principio no me podía creer que el destino volviera a presentarme otro amor, la sensación natural de querer protegerla, consentirla y amarla fue creciendo velozmente y de forma preocupante. Graciela también era muy llorona, muy peleona, curiosa y se podía ofender rápido, a veces me llevaba tiempo aceptar sus imperfecciones porque al verla la primera vez me pareció perfecta. Sin embargo nadie lo es, y cada vez que lloraba o se molestaba, me gustaba lograr lo contrario a lo que sentía, era mi premio verla feliz. Un día bajo la luz de las estrellas le pedí ser mi novia mientras se rascaba su piel roja de tantas picaduras de mosquitos, la querían matar a pinchazos; y mientras le ponía repelente en la piel, dijo que sí.
—Dilo otra vez. —pestañeé anonadado.
—Sí. —sonrió y me lamí los labios, qué feliz estaba por esa respuesta. —Dylan, estos mosquitos me quieren comer. —se quejó.
—No antes que yo. —la miré con lujuria, era momento de descubrir su piel, entonces le besé el cuello y ella se alejó rápidamente. —¿Qué pasó?
—Dylan... yo nunca he... no tengo idea de como... no creo que...
—¿Qué no has hecho? Yo te enseño. —le dije con total galantería.
—Nunca he besado a nadie. —me susurró avergonzada mientras se rascaba el brazo. —y mucho menos he tenido sexo, pienso tenerlo después del matrimonio...
Yo me quedé paralizado, ¿Cómo era posible que yo iba a ser el primero en besarle los labios? ¿Cómo iba a soportar tanto tiempo sin...? Tenía la responsabilidad de hacer su primer beso lo más Graciela posible, tenía que ir paso a paso.
—Oh... así que eres virgen... —lo repetí para mí. Necesitaba decírmelo para que se quedara en mi cerebro.
—Dylan, quiero estar contigo. Sé que corro el riesgo de que me uses y me dejes por otra pero estoy cansada de esperar el príncipe que no existe; sé que contigo por lo menos podré disfrutar la experiencia de ser novia y...
—¿De qué hablas, Graciela? —negué con la cabeza confundido.
—Pablo me dijo que usas a las mujeres. Traté, traté de no caer en tus palabras pero mi corazón solo me dice que te aproveche porque sabe que no va a sentir nada igual a lo que siente.
—Graciela... —la miré con detenimiento y alcé su barbilla con delicadeza para que me mirara a los ojos. —Tienes razón yo uso a las mujeres, pero siempre con su consentimiento. ¿Te he pedido permiso? —negó con la cabeza. —Creeme cuando te digo que en este momento eres la única mujer en la que estoy interesado, y eso será así durante nuestra relación, te lo prometo. —le sonreí y ella asintió. —Prométeme lo mismo.
—También te voy a ser fiel, eres el primero y no quiero arruinarlo. —afirmó y me dio un beso en la mejilla.
—Graciela, eres mi novia ahora. —le iba explicando mientras abría la bolsa de malvaviscos. —por lo que un beso para mí será la suficiente carga para mi batería del corazón. Ten este malvavisco. —le tendí el malvavisco jumbo y ella lo agarró confundida. —vas a sostener este malvavisco frente a mi boca o frente a la tuya, ¿Cuál eliges?
—La mía. —dijo nerviosa, estaba riendo levemente lo que significaba que estaba muy ansiosa.
—Excelente. Yo me voy a acercar, voy a besar el malvavisco y aún con mis labios en él voy acercarme a ti lo más que pueda, así te acostumbrarás a mi cercanía, a mi aliento, a mi respiración, sin tocar mis labios. —dije en voz baja. —¿Estás de acuerdo?
—Me gustan los malvaviscos... —dijo nerviosamente mientras asentía.
—Y pronto preferirás mis labios. —le guiñé. —Verás que no es la gran cosa.
Sostuvo el malvavisco frente a su boca, y me acerqué lo suficiente a ella oprimiendo el malvavisco, sintiendo su respiración, oliendo su aroma a frutas tropicales, relajando los músculos, estuve así unos segundos y me fui alejando, pero a ella no le bastaron los segundos, dejó el malvavisco y me atrajo a ella. Me dio un gran beso atropellado, torpe y baboso sabor a malvavisco, entonces supe que me había equivocado, sí era la gran cosa.
Ahora mi mundo era ella y yo era el suyo.
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Dilo otra vez
Любовные романыGraciela está muy enamorada de Dylan, y Dylan de ella, pero convivir con alguien muy diferente puede sacarlos de quicio en algunos instantes, por lo que habrán muchos obstáculos en su relación. Graciela siendo venezolana es muy familiar y apegada a...