Al llegar al hospital me faltaba la respiración, pregunté por Dylan Willis en la recepción y me dijeron que estaba en la habitación 111, Fabio y yo corrimos a la habitación y abrimos la puerta, Dylan estaba despierto, acostado en la camilla escuchando a la doctora.
—¡Ay, bebo! —me acerqué a él y toqué su frente estaba tibio, él me miraba con sus ojitos claros.
—Hola, soy la Doctora Stuart. —la doctora se presentó, era una señora mayor.
—Soy Graciela, la novia de Dylan, y él es mi hermano Fabio.—nos presenté muy nerviosa. —¿Qué tiene Dylan?
—El señor Willis presentó un dolor intenso mientras estaba en el trabajo según sus palabras, se había desorientado, cuando llegó a emergencias le hicimos unos exámenes, los cuales presentan que la presión arterial del señor Willis esta tarde fue de 224. —explicó la doctora sin dejarme procesar todo.
—¿Eso es alto? —pregunté.
—Mucho. La presión es alta cuando está por encima de 120. Le estaba explicando al señor Willis que debe estar en reposo y bajar el consumo de sal; me ha dicho que ha tenido mucho trabajo estos últimos días.
—Sí, ha estado muy estresado... —murmuré y lo miré con los ojos bien abiertos ¡Los sustos que me da!
A Dylan le dieron de alta, fuimos a comprar un lector de presión arterial y nos fuimos en taxi a la casa, estaba preocupada y molesta, hemos tenido que llegar a esto para que el muérgano descansara.
Cuando llegamos a casa Ramira y mi mamá lo abrazaron, también estaban Pablo y Agapy en la casa.
—¿Estás bien, papaito? —preguntó mi mamá.
—Nos diste un susto... —exhaló Ramira.
—Estoy bien, solo la presión alta... —murmuró y ambas se separaron dándole espacio.
Ramira se acercó a mí y me abrazó, yo no dejaba de morderme las uñas ansiosa.
—Se lo dije. —susurré. —pero no me escucha.
—Dylan es testarudo, lo conoces.
Esa noche mi mamá cocinó, hizo unos sandwiches de jamón, queso, lechuga y tomate, como ella le coloca pizcas de sal al tomate y salsa al sándwich, el de Dylan no tuvo sal ni salsa.
—¿Y qué vas a hacer estos días? —preguntó Pablo con la boca llena.
—Trabajar menos. —dijo Dylan terminando de comer.
—Cero trabajo, Dylan. —le reclamé. —De ahora en adelante estás de vacaciones.
—He estado trabajando más porque el próximo mes iremos a Las Vegas y necesito dejar todo bien.
Vi cómo Agapy abrió sus ojotes marrones hacia Dylan y este asintió lentamente, seguro Agapy ya había hablado con Dylan de no llevarme
—¿Qué van a hacer en Las Vegas? —preguntó Pablo.
—¿Van a apostar en casinos? —preguntó Fabio.
—¿Se van a casar a nuestras espaldas? —preguntó Ramira con reproche.
—No y no, vamos a una reunión que mi familia hace todos los años para Acción de Gracias. —Dylan aclaró.
—Pero debes descansar, bebo. No me hagas amarrarte a la cama contra tu voluntad.
Ramira abrió sus ojos muy grandes y se rió.
—¡Pero si eso es lo que quiere Dylan! —Pablo exclamó y se rió.
—Pablo... —Dylan lo riñó mirando a mi mamá disimuladamente.
—Dylan, debes descansar porque si no lo haces vas a deteriorar tu salud, la empresa es algo material que puede recuperarse pero si te sigues esforzando por Willis furniture, no vas a poder recuperarte tú, así que mañana vas a dejarte consentir. —mi mamá le habló seriamente a Dylan.
—Sí, señora... —asintió Dylan dándose por vencido.
Al otro día, como Dylan no podía ir a trabajar, se quedó en la cama reposando, para que se sintiera mejor le llevé a sus gatos quienes me rasguñaron un poco porque me odian. Mientras Dylan acariciaba a sus gatitos, yo volví a ver "You" en Netflix aunque la hubiese terminado hace un mes, luego de ver cuatro episodios, le medí la presión a Dylan con el aparato, estaba en 115... ¡Excelente!
—Estabas molesta. —mencionó mientras guardaba la maquinita.
—Claro que sí, te dije que dejaras la magalla y seguías.
—¿"Magalla"?
—"Cosa", que dejaras de trabajar tan tarde. —aclaré.
—Ustedes tienen palabras extrañas.
—Sí...
—Voy a estar bien, tranquila.
—Quiero pensar eso, porque si no lo hago... me voy a volver loca.
—¿Qué no lo estás? —se mofó.
—Me voy a llevar a tus gatos. —le amenacé y se enserió.
—Bromeo. —aclaró.
—Lo sé... —reí. —Yo también.
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Dilo otra vez
RomantiekGraciela está muy enamorada de Dylan, y Dylan de ella, pero convivir con alguien muy diferente puede sacarlos de quicio en algunos instantes, por lo que habrán muchos obstáculos en su relación. Graciela siendo venezolana es muy familiar y apegada a...