Al otro día la pasamos estupendo en el café, tiene buen sentido del humor y eso es muy importante para mí, y cuando nos quedamos en silencio me decía que estaba muy linda y yo no sabía para dónde agarrar pues me ponía nerviosa. En mi mente no podía dejar de retumbar lo que Pablo me había dicho ¿Cómo alguien tan dulce como Dylan podía utilizar a las mujeres? De pronto me fijé en su mano... no tenía anillo... estaba libre, no quería caer y sabía que él no intentaría nada conmigo porque Pablo me tenía bajo su ala protectora, pero sus ojos azules me decían algo distinto.
Decidimos salir más a menudo, y cuando la conversación de mis libros acabó, comenzamos a hablar de nosotros, entonces nuestros sentimientos afloraron y hace ocho meses que me pidió ser su novia; era primavera y me invitó a acampar, yo nunca había acampado en mi vida y estaba muy emocionada aunque parte de la velada no la pasé muy bien por los mosquitos, soy un imán para ellos, mi día malo se convirtió en uno muy bueno porque me convertí en su novia, y fue en ese bosque que nos dimos nuestro primer beso, mi primer beso de todos, luego de aclarar lo de "las toallas húmedas".
En estos meses Dylan se ha comportado como un completo caballero y aunque no estemos de acuerdo en infinidades de cosas, siempre hallamos una solución. A él le gusta acampar, a mí no. A él le gustan sus gatos, a mí no. Él no sabe bailar, yo sí. Él no es muy familiar, yo demasiado. Él ha tenido sexo y quiere tenerlo cuanto antes, yo soy virgen y prefiero mantenerme así hasta casarme. Él es muy impaciente, quiere las cosas rápido, yo puedo esperar una eternidad. Va por placer al gimnasio, yo voy por obligación. Le encanta leer, yo no leo mucho, en vez de leer solo escribo. Se graduó como diseñador de interiores, yo solo llegué al cuarto semestre de Comunicación Social. Ha viajado a varios países, yo... he ido con suerte a Mérida en Venezuela. Es un fan obsesionado de X-Men, a mí... Me obsesiona ver Stand up, siendo más específica a George Harris. Cuando se concentra, nada ni nadie puede sacarlo de su nube, cuando me concentro hasta el aletear de una mosca puede sacarme las ideas de la mente. Él tiene una casa y diseñó su interior, yo alquilo una habitación y tengo pocas cosas. Él tiene su empresa: Willis furniture, una tienda de muebles, yo tengo que trabajar turnos dobles en una librería para no endeudarme. Él ha querido que trabaje con él, pero pienso que no resultaría... si algo sale mal, no sabría qué hacer.
Y finalmente después de años perfeccionando mis historias, ¡Una de ellas se publicaría! ¡Estaba muy emocionada! Dylan me había dado animo para llevar un manuscrito a una editorial, no me veía muy convencida de que la escritura fuese realmente lo mío, tenía miedo de no ser lo suficientemente buena en lo que me apasionaba. Sin embargo, me levantó del suelo y me dio muchos besos, él creía en mí de una manera en la que yo nunca creí.
Llevé mi manuscrito, acompañada de Dylan y dije: "Que sea lo que Dios quiera" al salir de ahí, estaba temblando. Pasaron tres meses y me llamó un número desconocido mientras observaba a Dylan en el parque haciendo skateboarding después de trabajar, Dylan a veces me buscaba al trabajo y salíamos a cenar o solo me dejaba en la residencia, pero esta vez me arrastró al parque para verlo hacer skateboarding, quería desestresarse. Es un hombre de 29 años, diseñador de interiores y dueño de una tienda de muebles para el hogar, él parece muy delicado, pero en realidad es muy habilidoso con la patineta y así se ve un poco más rudo y atractivo; atendí y era la editorial, querían mi historia, no podía respirar de la emoción y corrí hacia Dylan, que casi me atropella.
—¡Graciela, no te metas así en mi camino! ¡Te pude haber hecho daño! —me regañó preocupado con la respiración agotada de tantas piruetas.
—¡Van a publicar mi libro! ¡Van a publicar mi libro! —salté como una niña aplaudiendo y llorando.
—¡Oh, linda! ¡Eso es increíble! —dejó la patineta en el suelo y me abrazó con todas sus fuerzas. —Felicidades, cariño, te lo mereces. Yo sabía que lo ibas a lograr. —dijo con voz tierna besando mi cabeza mientras yo llenaba de lágrimas y mocos su camiseta, luego me apartó mirándome a los ojos muy animado —¡Hay que festejar!
Asentí varias veces. Este mérito claramente había que festejarlo.
—Muchas gracias, bebo; si no hubiera sido por ti, aún seguiría siendo insegura sobre mi escritura. —lo volví a abrazar y él recibió el abrazo con mucho cariño.
—No hay de que, linda; tienes un talento nato, no podías seguir escondiéndolo.
—Llamaré a mis padres para contarles. —dije apartándome y limpiándome las lágrimas. —sigue patinando, yo estaré en los columpios. —él asintió y me guiñó el ojo. Le di un beso rápido en los labios y me dirigí a los columpios dando saltitos.
Llamé a mi familia por medio de una videollamada para contarles, estaban muy felices por mí, sabían que había estado trabajando muy duro en mis historias y que eran muy importantes para mí.
—¿Ya le dijiste a Dylan? —preguntó Moisés mi hermano mayor, es el más grande de los seis; sí, tengo cinco hermanos. Actualmente Moisés vive en Uruguay y es modelo de una marca de ropa, siempre fue una cara bonita.
—¡Claro que sí! —asentí emocionada.
—¿Y de que vamos para allá? —preguntó mi hermanito Fabio, el más pequeño de los seis.
—No, no le he dicho... —eso me quitó la sonrisa de la cara, y comencé a morderme las uñas, no sabía cómo iban a caber mi mamá, mi hermana y mi hermano en la habitación que tengo y no quería pedirle ayuda a Dylan, tiene bastante con su negocio, él se estresa mucho y decirle esto a tres días de que vengan ellos... mejor no le decía o le daría un ataque.
—¿Y cuando le piensas decir? —preguntó mi hermana mayor, Ramira.
—Dios, no sé... no sé, Pablo sí lo sabe pero no me ha conseguido algún lugar para quedarnos...
—¡Linda! —Dylan me llamó desde lo lejos.
—¡Dime! —le grité, estaba muy muy lejos.
—¡Vámonos, estoy cansado! —exclamó haciéndome señas.
—¡Voy! —me levanté del columpio y caminé hacia él. —No se preocupen, veré la forma de decirle.
—Ay, hija por favor. —dijo mi madre negando con la cabeza.
—Llegaremos el domingo a las 5 de la tarde. Espero que para ese día ya se haya enterado. —suspiró Ramira.
Era jueves y yo estaba metida en un problema.

ESTÁS LEYENDO
Dilo otra vez
RomanceGraciela está muy enamorada de Dylan, y Dylan de ella, pero convivir con alguien muy diferente puede sacarlos de quicio en algunos instantes, por lo que habrán muchos obstáculos en su relación. Graciela siendo venezolana es muy familiar y apegada a...