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Casi cuatro meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

Las cosas habían ido de bien a mejor para la buena suerte de ambos chicos. Navidad y año nuevo fueron maravillosos, sobre todo por el pequeño viaje que realizaron a Francia. Duró apenas un par de semanas, solo para esas dos fechas especiales. Fueron allá junto a sus amigos y tuvieron noches inolvidables en esas hermosas calles de París. Seguían viviendo en el apartamento de Jungkook, pero ya estaban viendo las posibles casas en las que vivir cuando se mudaran a Busan dentro de unos cuantos meses. Por otro lado, Jimin fue admitido en la Universidad nacional de Busan. Tanto Jungkook como el mismo rubio estuvieron completamente felices al conocer la noticia, sobre todo porque Park había obtenido el mejor puntaje en el área a la que postuló e incluso, en muchas otras secciones también~. Claro que empezaría el año entrante, pero aún así estaba realmente emocionado.

¿La carrera?

Literatura.

Era una de sus más grandes pasiones después de todo.

En adición a ello, Kook continuaba trabajando como de costumbre. Podía hacer sus maestrías luego de que naciera el bebé e incluso, había pensado en llevar a Jimin a Japón durante un tiempo si es que las cosas continuaban tan bien para ambos. Quizás hasta podrían cambiar de planes e irse a vivir allá. Aunque esa era una idea más de Jungkook que de Jimin. El rubio quería una vida tranquila y creía firmemente que solo un lugar como Busan podría darle esa calma que por tanto tiempo necesitó.

¿Pero quién sabe?

Alguna provincia de Japón tampoco sonaba mal~. Tal vez en un futuro lejano.

Les quedaban muchísimas cosas por hacer todavía.

Aparte de eso, Jimin ya iba recibiendo terapia psicológica por tres meses seguidos. Decir que no era difícil para él, sería mentir. Pero la verdad es que lo manejaba bastante bien. Poco a poco aquella personalidad suya tan fuerte y cautivadora volvía a surgir. Ahora tenía el apoyo y el amor de las personas más importantes para él y se sentía querido. Se sentía valioso e inmensamente afortunado de estar vivo. Claro que restaban muchas cosas por trabajar, pero el progreso en él se podía notar a leguas.

Y no solo su salud mental, sino la física también.

Se sentía bien en todo sentido y no podía estar más contento por ello.Por último, Taehyung y Seokjin habían decorado completamente la habitación que sería del bebé. Era un lugar extraño si debían ser sinceros, aunque se veía bien~. Una mitad tenía el estilo del peligris, bastante suave y tierna, y la otra estaba llena de un aura entusiasta y alegre.

Tanto Kook como Jimin se encontraban satisfechos con la divertida mezcla de colores de la habitación de su bebé~.

De cualquier forma, y volviendo a la actualidad, un bonito rubio de 8 meses de embarazo, se lucía a él y a su pancita con toda la alegría del mundo. Siempre había sido orgulloso y lo suficiente caprichoso como para presumirse~, pero en esos momentos, realmente se sentía bello. Tal vez los halagos constantes del castaño lo habían vuelto más egocéntrico todavía, pero ese no era el punto~.

Se sentía lindo, pero cansado también.

Muy cansado en realidad.

Tanto que era un trabajo agotador tener que ponerse de pie incluso para hacer pipí. En ese preciso momento, se encontraba viendo Jujutsu Kaisen mientras comía un delicioso helado de fresa. Totalmente tirado en su cama~, contento de no hacer nada más que "hacer nada"~.

La vida de un embarazado tenía muchísimos pros en su caso particular.

Aunque claro, incluso así de relajado, no le quitaba lo exhausto que era tener que lidiar con su ahora muy hiperactivo y nervioso novio. El castaño, a sabiendas de que faltaba apenas un mes para la llegada de su bebé, se había vuelto cada vez más ansioso. Literalmente, apenas llegaba del trabajo no estaba quieto.

Ma Sweet Boy- #KOOKMIN- #M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora