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- Jungkook, no hagas eso.

El castaño ni siquiera se inmutó.

- Kook- repitió.

- ¿No se siente rarito?- preguntó realmente interesado- Nuestro bebé se mueve mucho... ¿No te duele, amor?

Jimin negó, apartando con cuidado la cabeza de Jeon de su pancita.

- Se siente raro... Muy raro... Pero no me duele- sonrió- Y sí, se mueve mucho, pero eso no significa que debas tener la cara pegada ahí todo el día.

- Necesito apoyo moral ahora mismo y tú y mi bebé me ayudan con eso- sonrió, regresando a su posición una vez más. Jimin se dio por vencido- Así que déjame besarte la panza cuanto quiera~.

- Es mi panza. Sal de ahí.

- Nuestra panza- volvió a sonreír- Yo contribuí a que te quedara así de linda.

- Parezco una papa- bufó.

- Te ves hermoso.

El rubio negó con la cabeza y trató de no caer una vez más ante los encantos de su protector novio.

- ¿A qué hora iremos...?- murmuró, dejando que Kook siguiera observando su vientre como si fuera lo más interesante del mundo.

Un bello ser estaba adentro, claro que sí, y él mismo lo adoraba, pero Jimin no le encontraba nada de divertido a besar y observar un abdomen creciente por horas como sí lo hacía Jungkook.

Él conversaba con su bebé, pero eran dos cosas distintas~.

- Después de almorzar, ¿te parece?

- Pensé que los íbamos a llamar antes...

- Podemos hacerlo. Pero eso solo incrementaría tus nervios, bebé- sonrió- Hay que caerles de improviso. Ellos tampoco sabrán como defenderse entonces.

- Yo digo que llamemos.

- Un ataque sorpresa- suplicó.

El rubio puso los ojos en blanco y luego de un par de minutos asintió ante la propuesta de su novio. Hablarían con sus padres ese día. Y sí, estaba demás decir que ambos estaban nerviosos por lo que podría estar a punto de pasar.

Sobre todo Jimin.

La verdad es que ni siquiera esperaba algo de parte de sus progenitores, pero... A la vez, todavía seguía pensando que podrían llegar a cambiar algún día. Perder a los padres que en realidad nunca tuvo no le afectaría mucho, sin embargo, le provocaba tristeza el solo hecho de que nunca pudieron ser la familia que siempre deseó. Él... Aunque quisiera negárselo a diario, guardaba cierto cariño por sus padres. Especialmente por aquellos momentos que vivieron juntos, que a pesar de ser muy pocos, sí que atesoraba. Recordaba, por ejemplo, cuando su padre le compró por primera vez un helado de fresa. Había sido un día maravilloso, porque habían salido los tres juntos a pasear. Jimin cayó al suelo, siempre había sido muy torpe. Han se había acercado a él y fue él mismo quien curó su herida. Le regaló un helado gigantesco de fresa para que dejara de llorar y luego sonrieron e incluso, su padre se atrevió a darle un abrazo.

Tenía ocho años en ese entonces.

Había pasado relativamente mucho tiempo desde que recibió muestra alguna de cariño de su parte. Quería pensar que ambos simplemente habían sido criados de esa manera. Que demostrar afecto o comprensión alguna por sus hijos, no había sido jamás parte de ellos. Los justificaba de alguna manera y sabía que estaba mal hacerlo después de todo el daño que habían provocado en él.

Ma Sweet Boy- #KOOKMIN- #M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora