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Para su mala o quizás buena suerte, no había visto a sus padres inmediatamente.

Un día había pasado apenas y los guardaespaldas lo habían traído de vuelta a "casa". Cuando llegó, fue recibido por personas totalmente distintas a las que dejó allí hace ocho meses y medio. Ni siquiera encontró a alguna de las tantas nanas que tuvo. La verdad ni siquiera estaba sorprendido. Sabía que sus progenitores se desharían del personal que ya no les servía. Si Jimin no estaba en casa, el personal que lo cuidó y veló por él, tampoco tendría razón aparente para mantenerse allí. De cualquier forma, lo unico "productivo" que había logrado hacer, fue observar y recorrer aquella increíble mansión como si fuera la primera vez que la visitara. Caminó por las habitaciones y trató de recordar las emociones que tuvo cuando de pequeño estuvo en ellas, sorprendiéndose tal vez al no encontrar nada importante la verdad.

Hubieron sonrisas, claro, pero nada que durara demasiado.

Se preguntó entonces porqué en espacios tan grandes como ese, las personas podían sentirse tan solas. Se preguntó porqué teniendo tanto dinero y cosas que tal vez los demás envidiaban de él, seguía sintiéndose de aquella forma que ya ni siquiera conseguía describir con claridad. Aquel día, luego de su breve y funesta reflexión, se la había pasado encerrado en su habitación, escuchando a nadie más que a su adorada Ailee. Era casi increíble cómo la mujer parecía entenderlo. Sus canciones sacaban a la luz toda su jodida tristeza y eso, de alguna manera extraña y retorcida, parecía gustarle.

Goodbye my love, había sido la que hasta ese momento más lágrimas le había robado.

Y cómo no hacerlo si Jungkook cantaba esa canción a modo de burla y diversión casi todos los días. La letra siempre había sido triste, claro, pero el castaño lo hacía reír al entonar los altos de tan pésima manera. Pero incluso así, con desafinaciones en algunas partes y notas muy bien alcanzadas en otras, había sido perfecto. Sí que lo fue~...

Oh, y por supuesto.

Ahora que la maldita canción se adecuaba a su fatal situación, hacerlo llorar no había sido una tarea difícil.

Por otro lado, Jin había querido ir a verlo más de una vez durante ese día, pero su padre al parecer le había prohibido visitas hasta que todo ese embrollo de mierda se solucionara. Además, Yoongi le había hecho saber que quería regresar de Australia solo por su mal estado; sin embargo demoraría un poco en hacerlo. Sobre todo debido a que necesitaba convencer a sus padres de permitirle viajar sin su compañía. Hasta el momento solo había hecho un par de videollamadas con ese par, pero fue más por obligación que por otra cosa.

No quería hablar con nadie.

No quería ver a nadie.

Simplemente no quería nada.

De cualquier forma y regresando a la situación actual en la que se encontraba, el rubio caminó a paso lento y cansado hasta aquel espacio de la mansión que tan bien conocía. No tocó antes de entrar y pasó a sentarse en el único lugar disponible en aquella oficina.

El hombre frente a él no lo miró sino hasta segundos después.

Jimin observó el rostro de su padre sin disimular el evidente desprecio que sentía hacia él. Aunque debido a sus ojos hinchados y rostro demacrado, tendría suerte si alguien pudiera siquiera notarlo.

El hombre estaba serio. Más serio de lo que nunca antes lo había visto. Hablaba desde su teléfono hacia quien suponía era el Señor Jeon.

Miró a sus costados, familiarizándose nuevamente con su alrededor.

Ma Sweet Boy- #KOOKMIN- #M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora