➸Capítulo 25

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Dos semana después

Caminaba junto con Suni por los pasillos de la escuela. Ambas nos dirigiamos hacía el gimnasio para ayudar un poco con la decoración del baile que sería mañana por lo noche. Abrazé mí mochila mientras oía a Suni hablarme de algo, que claramente no estaba escuchando.

Mí mente estaba en otro lugar. Habían pasado dos semanas desde lo que pasó en la casa de Taehyung. Después de que Mina me preguntara que era lo que estaba haciendo ahí, huí. No iba a ser capaz de abrir la boca sin ponerme a llorar, así que simplemente salí de ahí sin darle algún tipo de explicación. Al llegar a casa subí a mí habitación mientras lloraba y me encerré en el. Mis papás y Jimin intentaron hablar conmigo, preguntando que era lo que me ocurría. Sólo les dije que eran cosas mías y que me dejaran sola. En ese momento solo quería hundirme en mí propio problema. 

No sabía que era lo Taehyung le había dicho a Mina, pero al parecer le había creído. En los siguientes días trató de hablar conmigo, pero cada que vez que nos topabamos, Mina siempre aparecía de alguna parte. Sabía que Mina no era tonta, tal vez ella empezaba a sospechar algo y aquello me llenaba de terror.

Entre ella y yo la cosas habían estado algo...diferentes. En primer lugar, yo no estaba siendo la misma con ella. No podía evitar sentirme una completa basura cada vez que la miraba, esa culpa la tenía atravesada en mí garganta, sentía que en algún momento iba a explotar. Luego estaba ella, se había dado cuenta de mí cambio de actitud y aunque no cuestionó nada, sabía que algo sospechaba. Nos habíamos distanciado un poco y ahora, al salir de la escuela se iba con Taehyung todos los días sin excepción. No obstante; aún veía aquel collar, símbolo de nuestra amistad, adornar su cuello.

No le había contado a nadie sobre lo sucedido y necesitaba hacerlo, sentía que me asfixiaba el tenerlo dentro de mí.

Créanme que he pensado en estás semanas confersarle todo a Mina, necesitaba soltarlo, ella debía saberlo de mí propia boca, antes de que un tercero llegue a contárselo. Aunque lo dudo, nadie sabía sobre esto. Pero no sé cómo hacerlo ¡Maldición! He imaginado miles de veces ese momento en mí cabeza y de cualquier forma todo terminaría mal. Pero eso...¿Era lo que yo misma había ocasionado, no?

No hay una forma de que se lo diga y ella no salga herida. El cuerpo me tiemblaba de solo pensar en ese momento.

— ¡Oye! — un chasquido hizo que me sobresaltara — ¿Que sucede? Te llevo hablando por más de 15 minutos.

— L-lo siento, estaba distraída. — dejé mis cosas a un lado de la puerta, cuando me di cuenta que ya estábamos en el gimnasio.

— Estás algo rara desde hace un par de semanas. ¿Ocurrió algo? — cuestionó con preocupación mientras dejaba sus cosas a un lado.

Negué.

— Nada importante...— imité su acción.

— Haré...haré como que te creo. — habló lento mientras entrecerraba sus ojos. — Está bien. Entiendo si no quieres decirlo, pero sabes que estoy aquí para ti ¿Si? — asentí dándole una leve sonrisa —  ¡Pero sonríe más! ¡Ven vamos! — tomó mí brazo llevándome hasta el resto de estudiantes que estaban organizando todo.

Sería una larga tarde.






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— ¡Ya llegué! — anuncié cerrando la puerta de mí casa.

Fui a la cocina con la intención de servirme un vaso con agua y me encontré con Jimin sentado, mientras devoraba un enorme pedazo de pizza.

𝑮𝒐𝒕𝒕𝒂 𝒈𝒐 » 𝐊𝐓𝐇 & 𝐌𝐘𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora