Capítulo 52

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Ya habían pasado nueve días ¿Y saben qué? ¡ES MI CUMPLEAÑOS! Hoy cumplo mis 18 años de edad, y me siento muy bien.

¿Recuerdan que en plena escena de amor alguien nos interrumpió? Ese alguien era mi padre. Fabián se escondió debajo de mi cama por casi una hora, ya que mi padre quiso recordar mi niñez. Muy hermoso, noten el sarcasmo.

Luego de eso se marchó, no pudimos hacer nada. Y bueno aquí estoy, en una tienda comprando ropa con mi mejor amigo.

-Creo que esto se ve sexy ¿No crees?- dijo Esteban mirando un vestido.

-Es muy bonito, pero no para mi gusto.- dije.

Esteban puso los ojos en blanco y suspiró.

-Bueno nena, te traje para comprarte algo por tu cumpleaños. Pero ya me cansé ¿Ok?- dijo moviendo sus manos. Algo que me dio mucha risa.

-Oh por Dios.- dije tapando mi boca. -Éste es hermoso, ¿Me lo compras?- dije haciendo pucheros.

Esteban sonrió y asintió. Busqué uno de mi size y listo.

Salimos de la tienda y yo tenía una sonrisa enorme, sinceramente mi amigo era el mejor. Nos montamos en su auto y nos fuimos.

-No creas que éste es tú único regalo.- sonrió con malicia.

-¿Qué te traes entre manos?- pregunté.

-¡Contraté a un stripper!- gritó tan fuerte que casi me dejó sorda.

Me quedé impresionada, era mucha tentación. Pero no debía hacerlo, a Fabián no le gustaría para nada, debo respetarlo si quiero que lo nuestro dure.

-Esteban, juro que me encanta tu idea. Pero es mejor que rechace tu oferta, no quiero terminar con Fabián por una tontería.-

-Por Dios ¿Qué has hecho con mi amiga? Eres una agua fiestas, pero me agradas.- sonrió.

-Ya pareces mujer con tus cambios de humor.- reí. -¿Pero sabes qué? Mejor ve a mi casa. Mi padre preparó una cena en mi honor. Irán algunas amistades de la familia para celebrar mi cumpleaños y no conoceré a nadie. Mas que a Fabián y obvio a ti, porque irás ¿Cierto?-

-Sí nena, iré. Más vale que hallan hombres ricos y guapos.- los dos reímos.

Creo que la cena será un poco aburrida, pero estoy feliz porque hoy es mi cumpleaños, no debo desanimarme por tonterías. En ese instante Esteban frenó de momento, juro que casi me salgo por el espejo.

-¿Q-qué qué pasa?¿Estás bien?-lo miro confundida.

Él sólo tenía su mirada hacia al frente. Yo también hice lo mismo y allí estaba mi madre, acostada en un banco de un parque. Mi corazón se rompió en mil pedazos, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Sin dudarlo bajé del auto y corrí hacia ella. Estaba acostada, pero también estaba escribiendo algo en un papel. Me acerqué poco a poco y hablé.

-¿M-mamá?-

Ella miró rápidamente y vi que sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-¿Irina? Mi niña.- corrió hacia mí y me abrazó fuertemente.

Yo era un poco más alta que ella. Sentí sus brazos alrededor de mi y sentí una sensación extraña. Luego de unos segundos, le respondí el abrazo. Las dos comenzamos a llorar. Quizás Sara y mi padre tengan razón, debo perdonar a mi madre.

-Mi niña, feliz cumpleaños. Mira, estaba escribiendo esto para ti.- me mostró el papel en el que estaba escribiendo. -Q-quiero pedir-pedirte perdón mi niña. Yo no estaba bien y sé que te..- la interrumpí.

-Por favor Irene, no tiene porqué decirme cosas que ya sé. Yo la perdono, la perdono.- repetí.

Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y volvió a abrazarme. Le pedí que se tranquilizara y la llevé hacia el auto de Esteban. Cuando me acerqué, mi amigo me miraba confundido.

-Es mi madre, no puedo dejarla así.- dije con un hilo de voz.

Esteban asintió y ayudé a Irene a montarse. Luego me monté en el asiento del copiloto. Esteban tomó mi mano fuertemente y yo solo suspiré.

Llegamos a mi casa y me despedí de Esteban, ya que nos veríamos a la noche, sé que tendremos una plática sobre lo ocurrido. En todo el camino, Irene se quedó dormida al parecer no a descansado bien por bastante tiempo. Entré a mi casa e Irene me siguió. Cuando entramos mi padre abrió los ojos como platos.

-¿Qué hace Irene aquí?- pregunta serio. Muy serio diría yo.

-Papá, la encontré acostada en un banco. Se me rompió el corazón verla así.- dije.

Mi padre me abrazó y asintió. En ese instante apareció Sara. Su mirada no fue de confusión, fue de alegría. Sé que ella me apoyará en esto. Le dio un fuerte abrazo a mi madre. Mi madre le respondió con lágrimas en sus ojos. Sé que está arrepentida de todo lo que a pasado.

***

-Estoy tan orgulloso de ti.- dijo Fabián por el teléfono.

Había llamado a Fabián y le había contado lo sucedido.

-Gracias... Bueno te veré a la noche. Te amo... adiós.- colgué.

Irene se había bañado y cambiado. Sara le dio una ropa linda y cómoda. Y como tenía ropa interior sin usar se la regaló. E estado pensando en comprarle un departamento aqui cerca a mi madre. Sé que será extraño si se queda aquí, y no quiero problemas.

-Irina, estás muy hermosa hija.- dijo sacandome de mis pensamientos.

-Gracias.- me limité a decir.

-Sé que no quieres que hable de esto, pero estoy muy arrepentida hija yo...- la interrumpi.

-Por favor, basta. Ya te perdoné, así que por favor no vuelvas a poner el tema ¿De acuerdo?-

Ella sonrió y me abrazó fuerte. Sé que todo esto será difícil pero no imposible. Le conté de mi relación con Fabián y se puso muy contenta.

En ese instante tocaron la puerta de mi habitación. Me levanté y la abrí, era mi padre.

-Irina, ya está el departamento para tu mamá. ¿Quieres que le pida un taxi?- preguntó.

-¿Ya?¿Tan rápido?-

-Hija, estás hablando con tu padre.- rió.

Luego de que mi madre aceptara vivir en el departamento, Sara se ofreció a llevarla para que descansara. Ella no quería, porque se sentía culpable. Dijo que ella no merecía nada de eso. Pero no es cierto, cada ser humano merece otra oportunidad y no dejaré que mi madre se muera.

Ya estaba anocheciendo y escuché la ruidosa bocina de Esteban. Mi amigo y sus dulces locuras. Abrí mi ventana para que viera que podía entrar y entré a mi armario. Ésta noche debo verme espectacular.

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Aquí otro cap hermosas!

Esteban en multimedia. ❤

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Besos ❤

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